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NUEVO RUMBO

La CUP se radicaliza tras el batacazo de las catalanas y aboga por dejar la UE y la OTAN

Los anticapitalistas, en pleno proceso de refundación, prometen iniciar una ronda de contactos con entidades y grupos cívicos para reconducir la situación tras los comicios

Foto: Laia Estrada, tras las elecciones del 12-M. (EFE/Andreu Dalmau)
Laia Estrada, tras las elecciones del 12-M. (EFE/Andreu Dalmau)

Algo se mueve en la extrema izquierda independentista. La CUP perdió en las pasadas elecciones autonómicas del 12 de mayo casi 62.000 votos y cinco de sus nueve escaños. Ante la debacle, han comenzado a oírse voces descontentas dentro de la organización. No hay que olvidar que es un ente formado por siete partidos, cada uno con una dinámica diferente. Poble Lliure, el más grande de los que componen la formación, fue el primero en pedir responsabilidades políticas por los resultados. Y la necesidad de un nuevo rumbo va a más y ya se plantea abandonar la UE y la OTAN.

"La debacle de votantes evidencia que es preciso reforzar un discurso nacional-popular completamente desacomplejado para hacer entender que lo que es bueno para los intereses de los trabajadores catalanes también lo es para el país. Los malos resultados no responden al trabajo hecho durante esta campaña electoral, sino que se deben a la trayectoria de la CUP, más de una vez errática o autodestructiva durante los últimos años (…) es necesario que la dirección asuma la responsabilidad que le toca". Es la conclusión que Poble Lliure saca de la debacle.

Este partido, al que pertenece el exportavoz en el Congreso Albert Botran, cree que "es necesario trabajar para formar una candidatura amplia con voluntad de ganar y gobernar, con una propuesta vinculada con las luchas para la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores de nuestro país y comprometida con la construcción y la liberación nacional". "Urge también la reconstrucción del movimiento civil independentista (…) la situación exige que estemos a la altura, huyendo de la comodidad del continuismo y afrontando de cara y con visión estratégica la realidad donde nos hallamos. ¡Ahora más que nunca hace falta fuego nuevo!", añaden.

La diatriba fue contestada esta semana por el núcleo duro, articulado en torno a Endavant, partido al que pertenecen, entre otros, Anna Gabriel o Benet Salellas, pero también las dos primeras candidatas en la lista de Barcelona, Laia Estrada y Laure Vega, en las elecciones del 12-M

Salir de la UE y la OTAN

En la ejecutiva nacional de Endavant, celebrada el pasado 23 de mayo, se aprobó un documento que expresa que, además de la polarización, hay otros elementos que han provocado la catástrofe. "La realidad del fin del procés tal y como lo conocemos, lo que no quiere decir el fin del conflicto nacional en los Països Catalans, no se ha trasladado a un replanteamiento estratégico adecuado que respondiese a esta coyuntura y que trabajase para resituar a la izquierda independentista en unas nuevas coordenadas políticas. Por eso, es más importante que nunca volver a pensar en clave estratégica para reactivar un proceso de movilización en clave nacional-popular que no será fruto de pequeños movimientos tácticos, sino de un trabajo político consistente y consciente en los próximos años", dice el documento aprobado.

La fórmula para el núcleo duro pasa por repensar los modelos organizativos, además de "evitar la tendencia a hacer de la catalanidad una minoría nacional en términos defensivos". También aboga este núcleo por "armonizar la lucha política dentro y fuera de las instituciones" y vuelve a los orígenes del movimiento: "Nuestro proyecto de emancipación ha de fundamentarse en la necesidad de una fractura independentista con los estados español y francés que permita romper al mismo tiempo con la Unión Europea y la OTAN y golpear así al capitalismo europeo y a la maquinaria de guerra capitalista".

Foto: Manifestación en Barcelona contra la ampliación de El Prat. (EFE/Alberto Estévez)

De hecho, los anticapitalistas jamás se presentaron a unas elecciones europeas, porque tradicionalmente han sido remisos a las instituciones comunitarias, salvo cuando necesitaban algún dictamen favorable suyo. Endavant cree que "la asunción teórica del derecho a la autodeterminación y la reivindicación de un referéndum no tendrá recorrido práctico sin una estrategia de ruptura independentista". María Esther del Alcázar, portavoz de Lluita Internacionalista, otro de los partidos que componen la CUP, lamentaba la pasada semana que "la CUP no solo no es capaz de recoger muchos votos que se van de ERC, sino que no retiene ni los suyos".

Un proceso que comenzó hace meses

Esta situación tiene mucho que ver con el hecho de que la CUP se encuentra en estos momentos en un proceso de refundación que comenzó el pasado otoño. Conocido como Proceso Garbí, la organización anticapitalista quiere estudiar y aprobar unas nuevas bases ideológicas y una nueva hoja de ruta para captar la atención de la población y hacer que su mensaje vuelva a calar entre las capas sociales y situarse en el centro de la batalla política.

Para la dirigente de Luita Internacionalista, "en pleno debate de Garbí que debería decidir el rumbo, la dirección de la CUP ha precipitado un giro a la derecha que nuevamente ha sido castigado por su electorado: volviendo a proponerse dentro de un bloque independentista con ERC y Junts que solo existe en la mente de la dirección de la formación y sin dar ningún peso sustancial a la lucha por las condiciones de vida de la clase obrera y los sectores populares".

Foto: El diputado de la CUP, Carles Riera. (David Zorrakino/Europa Press)

Del Alcázar advierte que "esta deriva ya había provocado el año pasado la ruptura, sobre todo, de la juventud hacia el Movimiento Socialista —hoy Organización Juvenil Socialista (OJS)— que, ante las elecciones que califica de 'farsa electoral', llamaba a la abstención". El análisis remarca que "Girona, la 'joya de la corona' para la dirección de la CUP, con el Ayuntamiento en la mano de Junts y ERC, pasa del 10,82% al 6%. Y en la demarcación pierde un diputado, pasando del 9,04% al 4,94%. Es la circunscripción donde más puntos porcentuales se pierden y los votos van directamente a Puigdemont". Lamenta también que en Lleida la formación quede por detrás de la xenófoba Aliança Catalana. Los resultados, afirma, reflejan "la irrelevancia política de la CUP".

La cabeza de lista de la CUP en las pasadas elecciones del 12-M anunció hace pocos días que la organización iniciará una ronda de consultas con entidades y movimientos sociales y populares para retomar el pulso a la sociedad. "Queremos analizar cómo hemos llegado aquí y compartir con estas entidades propuestas y retos que pasan por la recuperación de la agenda nacional propia, hacer política desde aquí y legislar a favor de la gente para reconstruir un movimiento independentista amplio".

Algo se mueve en la extrema izquierda independentista. La CUP perdió en las pasadas elecciones autonómicas del 12 de mayo casi 62.000 votos y cinco de sus nueve escaños. Ante la debacle, han comenzado a oírse voces descontentas dentro de la organización. No hay que olvidar que es un ente formado por siete partidos, cada uno con una dinámica diferente. Poble Lliure, el más grande de los que componen la formación, fue el primero en pedir responsabilidades políticas por los resultados. Y la necesidad de un nuevo rumbo va a más y ya se plantea abandonar la UE y la OTAN.

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