Guerra total por el control de los Mossos entre el elegido de ERC y el histórico Trapero

Guerra sin cuartel en el cuerpo de los Mossos d’Esquadra. Dos sombras inquietantes planean sobre la policía autonómica de Cataluña: la primera es la anulación judicial de la provisión de una plaza de Major, con la que Interior pensaba obsequiar al actual jefe de los Mossos, Eduard Sallent, elevándolo a una categoría superior a la de comisario para agradecerle los servicios prestados. La segunda son los movimientos subterráneos del exjefe de los Mossos (y único 'major' que existe en el Cuerpo), Josep Lluís Trapero, a quien el socialista Salvador Illa ha ofrecido el cargo de director general de la Policía si consigue formar Govern.

Respecto a la plaza de Major que quería instaurar ERC antes de salir del Govern, los republicanos se encontraron con la denuncia del sindicato SAP-Fepol. La magistrada Rocío Colorado, titular del juzgado de lo contencioso-administrativo número 8 de Barcelona dictaminó el pasado 30 de mayo que “nos encontramos ante una convocatoria para cubrir una plaza de la categoría de Major de la escala superior del Cuerpo de los Mossos d’Esquadra en la que se denuncian una serie de irregularidades que pueden dar lugar a su nulidad”. Considera la magistrada que si se nombra a Eduard Sallent Major no se podrá retrotraer el nombramiento y por ello admite las medidas cautelarísimas solicitadas por el SAP de que se paralizara el procedimiento.

“Es escandaloso lo que intentaron hacer. Sabemos que en la cúpula política se dio orden de dejar atado el tema del nombramiento de Major para Sallent antes de las elecciones autonómicas. ‘Esto ha de salir antes del domingo’, dijeron. Lo que querían es cubrir las apariencias, porque sabían que la cosa pintaba mal y que no iban a sacar buenos resultados electorales. Por eso, el viernes 10 de mayo, dos días antes de las elecciones, organizan una prueba por la mañana, que consistía en una entrevista personal y, por la tarde, dos días antes de las elecciones, anunciaron que ya tenían candidato a Major. Todo así, de improviso, para no tener que proponerlo con un Govern en funciones tras unas elecciones”, explican a El Confidencial fuentes del SAP.

A la entrevista acudió Eduard Sallent y la jefa de la Región Central, Alicia Moriana. El director general de la Policía, Pere Ferrer, eligió a Sallent como el candidato a la plaza que querían crear. El sindicato pidió explicaciones a Interior y la contestación fue que el SAP no era nadie para pedir explicaciones. De ahí que se optase por la denuncia judicial.

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Fuentes oficiales de Interior señalaron a este diario que “lo que el juez hizo es paralizar el procedimiento, pero no lo invalida. Cuando haya estudiado bien el tema, decidirá si da luz verde al procedimiento”. Añaden estas fuentes que la comisaria Alicia Moriana también había interpuesto una denuncia, “pero otro juzgado contencioso-administrativo no le dio curso. Es decir, que mientras un juzgado no admitía una denuncia, otro dicta cautelarísimas”.

Una (mala) jugada de ERC

Sea como fuere, lo que se adivinaba detrás del intento de nombramiento de Sallent es una operación política para el hombre que ha sido jefe de los Mossos los últimos años, considerado una persona de confianza de ERC. La paralización de una convocatoria hecha deprisa y corriendo, y a la medida de Sallent, le ha salido, de momento, mal a ERC. De hecho, fue una auténtica chapuza. “Si se dicta sentencia estimatoria [del proceso de selección y convocatoria de Major], el proceso no se podrá retrotraer para hacer efectivo el derecho tras la sentencia, y si se hiciera, los perjuicios serían enormes, tanto para la Administración como para terceros, ya que se habría nombrado a un intendente de forma nula y se le habría abonado un salario que no le correspondería”, relata el auto judicial para razonar su decisión.

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La maniobra calca lo que había hecho Junts con Josep Lluís Trapero: lo ascendió a Major antes del referéndum ilegal de 2017 para agradecerle los servicios prestados durante el procés y para blindarlo dentro del Cuerpo. El último 'major' que había tenido el Cuerpo fue Joan Unió, que se retiró en 2007. Desde entonces, no hubo ningún funcionario con esa categoría hasta que Convergència elevó a Trapero a dicha categoría en plena efervescencia independentista.

Aun así, el socialista Salvador Illa quiere recuperar a Trapero, pero para el cargo de director general de la Policía, un cargo puramente político. “Es alucinante que se recupere a este tipo para un cargo de estas características. De hecho, en un discurso ante el Parlament, el propio Trapero dijo que los policías no debían ceder a presiones políticas. Su cargo como director general se contradice con su mensaje en el Parlament. ¿Cesará a alguien si no le hacen caso a él, como cargo político, y se rigen por criterios estrictamente profesionales?”, explican a El Confidencial fuentes sindicales de los Mossos.

Los últimos años, Trapero ha estado retirado de primera línea: se le asignó como cometido la inspección general del Cuerpo, algo así como la inspección interna, la vigilancia de que todo se hace correctamente y funciona: es el responsable de la Divisió d’Avaluació de Serveis (DAS, División de Evaluación de Servicios). “Trapero ha estado repudiado, escondido, ignorado en los actos oficiales estos años. Cuando ascendió a 'major' y fue desalojado como jefe de los Mossos, no sabían qué hacer con él, con un Major que tenía más rango que el propio jefe de los Mossos. Pues no contentos con eso, ahora quieren otro 'major'. A saber dónde lo querrían ubicar”, critican las fuentes consultadas.

Intensas reuniones de Trapero

Según ha podido conocer este diario, Trapero se ha mostrado personalmente muy activo las últimas semanas, lo que se traduce en intensas reuniones y comidas con determinados mandos de los Mossos. “Está moviendo la cosa para que entre la vieja guardia, su círculo de gente de confianza. Lo que trata es de reconstruir a su equipo histórico”, explica una de las fuentes. Otra apunta a que “algunos de los actuales mandos operativos se han interesado por destinos administrativos, donde saben que difícilmente les van a tocar las narices si hay un cambio brusco en la cúpula del Cuerpo".

Hay nervios en el escalafón de los Mossos. “Eduard Sallent sabe que tiene los días contados y que si Trapero es nombrado director general el primero en caer será él, que por algo le cortó la cabeza en 2022”. En realidad, Sallent ya fue destituido por Miquel Sàmper en 2020, después de que Quim Torra fuese inhabilitado como president y con un Govern en funciones en manos del entonces vicepresidente Pere Aragonès. Luego fue el propio Govern de Aragonès el que le dio la puntilla para volver a restituir a Sallent. La última maniobra para blindar a este en un cargo estratosférico le ha fallado al gobierno de ERC.