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El independentismo recupera la unidad estratégica para repetir elecciones en octubre

Tras la debacle de 2017, el independentismo intentó recuperar la unidad. El mayor ensayo fue en 2021, pero fracasó. Y no se había logrado volver a la acción conjunta hasta ahora

Foto: La nueva Mesa independentista del Parlament. (EFE)
La nueva Mesa independentista del Parlament. (EFE)
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El independentismo ha recuperado la unidad estratégica después de tres años de desencuentros. El último intento fue en 2021 alrededor del Consell de la República y acabó como el rosario de la aurora. Solo duró diez meses. Ahora, Carles Puigdemont ha aprovechado la salida del escenario, aunque fuera de manera temporal, de Oriol Junqueras, para volver a tender puentes con la CUP y con ERC. El respaldo de ambos partidos permite a JxCAT forzar su apuesta por una repetición electoral en Cataluña que podría ser para este mes de octubre si, como parece, ni Salvador Illa ni el propio Puigdemont obtienen una mayoría suficiente para ser investidos.

La recuperada unidad depende ahora de la conexión entre los dos secretarios generales, de la relación entre Jordi Turull (JxCAT) y Marta Rovira (ERC). Pero se fraguó en una discreta reunión entre Rovira y Puigdemont en Ginebra, Suiza, el pasado 5 de junio. El primer fruto de esta unidad es la figura de Josep Rull como presidente del Parlament, con una Mesa donde los independentistas tienen mayoría.

Con la actual cámara, Puigdemont se garantiza una vía para lograr la repetición electoral en Cataluña, que ya planeaban cuando estaba en campaña para las catalanas. A ERC y a la CUP no les conviene volver a las urnas y desearían mejor una legislatura corta. Pero los republicanos se abonan a esta posición, la repetición electoral, porque la prefieren a un pacto con el PSC.

En 2021 fue diferente. Ni tan rápido ni tuvo repercusiones públicas. Lo explica el periodista Gerard Sesé en su libro De la resistencia a la independencia. El Consell de la República visto por dentro.

La unidad independentista, con un Parlament en contra de la independencia, no sirve de nada, por eso Puigdemont quiere nuevas elecciones

En esta obra se desvela que, cuando se invistió presidente a Pere Aragonès en mayo de 2021, se empezó a reunir lo que se denominó como "Espacio Transitorio Paralelo", que estaba integrado por ERC, Junts, CUP, ANC, Òmnium y el Consell de la República, en reuniones que eran quincenales y —durante algunos períodos— incluso cada semana.

Según Sesé, había que "volver a construir un espacio entre los principales actores políticos y cívicos del independentismo para trazar complicidades, establecer una hoja de ruta y ejercer un liderazgo en la sombra del movimiento: una dirección estratégica independentista".

Paraguas estratégico

El Consell tenía que ser el paraguas estratégico de ese Espacio Transitorio Paralelo. Las reuniones que nunca fueron públicas duraron de mayo de 2021 hasta febrero de 2022. Fuentes conocedoras de estos encuentros explican que en ellas participaban Jordi Sànchez, Josep Rius y Joan Canadell (Junts) Alba Vergés y Marta Vilalta y Josep Maria Jové (ERC) Carles Riera y Eulàlia Reguant (CUP); Elisenda Paluzie (ANC), Marcel Mauri y Xavier Antich (Òmnium); y Toni Comín y Antoni Castellà (Consell de la República). Lluís Llach, actual presidente de la ANC, también participó en algún encuentro.

El diálogo se truncó, según el libro de Sesé, porque en ERC "no entendían qué era exactamente el Consell", lo que cuestionaba la tutela de Puigdemont sobre las decisiones. Los representantes de los republicanos también expresaron dudas sobre la vigencia del 1-O. Ahora que tanto Junts como ERC quieren pactar un referéndum con Pedro Sánchez, eso último es una cuestión menor. Según el libro, ante el desacuerdo, se optó por dejar ese espacio de diálogo "congelado".

En 2022 fue ERC la que rompió la unidad y les costó la coalición en la Generalitat

Las consecuencias del final de ese foro informal las pagó Pere Aragonès. Ocho meses después, Laura Borràs rompía el ejecutivo de la Generalitat. De ahí, año y medio de guerra abierta entre JxCAT y ERC hasta ahora.

Otro paisaje

En 2021 había lo que se denominaba "la mayoría del 52%". Ahora, incluyendo a Aliança Catalana, que no votó a favor de Rull, no pasan del 41% de los votos en el Parlament. Es un cambio de paisaje fundamental. Por eso Puigdemont apuesta por repetir elecciones. Porque sin mayoría en el Parlament no puede avanzar hacia sus objetivos independentistas. O dicho de otra manera, la unidad independentista, con un Parlament contrario a la independencia como el actual, no sirve de nada.

Por eso, hay que forzar la repetición electoral. Puigdemont puede que no gane en una nueva tirada de dados. Y ahora la unidad no depende de grandes foros: la conexión de Jordi Turull con Marta Rovira y la recién estrenada presidencia de Llach en la ANC, que acabará convertida en la sección de eventos callejeros de Junts. Pocos, más unidos y sin Junqueras. A ver cuánto dura esta vez.

El independentismo ha recuperado la unidad estratégica después de tres años de desencuentros. El último intento fue en 2021 alrededor del Consell de la República y acabó como el rosario de la aurora. Solo duró diez meses. Ahora, Carles Puigdemont ha aprovechado la salida del escenario, aunque fuera de manera temporal, de Oriol Junqueras, para volver a tender puentes con la CUP y con ERC. El respaldo de ambos partidos permite a JxCAT forzar su apuesta por una repetición electoral en Cataluña que podría ser para este mes de octubre si, como parece, ni Salvador Illa ni el propio Puigdemont obtienen una mayoría suficiente para ser investidos.

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