Josep Rull, abocado a activar el reloj electoral por la falta de candidatos a presidir Cataluña

El nuevo presidente del Parlament, Josep Rull, queda abocado a activar el reloj electoral que determinará repetir elecciones catalanas en octubre por falta de candidato para el primer intento de debate de investidura que está fijado para el 25 de junio. El socialista Salvador Illa se autodescartó anoche en La Ser, asegurando que pediría más tiempo a Rull para configurar una mayoría progresista. Y Carles Puigdemont no piensa volver tan pronto por las actuales dudas sobre la aplicación de la amnistía. Así que al presidente de la Cámara catalana no le queda otra que activar lo que se denomina “acto equivalente”, es decir, abrir el plazo legal por el que empieza a correr el tiempo para una nueva repetición electoral.

"La cuenta atrás empieza la semana que viene y el plazo se acaba el 25 de agosto", ha apuntado Rull en una entrevista en La2 y Ràdio4, y ha asegurado que "no puede forzar" a nadie a presentar su candidatura tras el rechazo del candidato socialista. Así, recuerda que ya contempla activar el "acto equivalente", el mecanismo que abre la cuenta atrás para la repetición electoral si no hay presidente de la Generalitat en dos meses.

El líder del PSC explicó anoche que en la ronda de contactos que hoy inicia el presidente del Parlament pedirá "a Rull más tiempo para armar una mayoría progresista”. Pero Josep Rull carece de margen legal para otorgarle ese tiempo de descuento. La legislación catalana no es como la española. El Reglamento del Parlament fija un período muy estricto. Si el 25 de junio no hay un debate de investidura, el presidente del Parlament tiene que activar el “acto equivalente”. Y el reloj empieza a correr. Punto para Puigdemont, que puso a Rull al frente del Parlament precisamente para que ocurriese eso.

Eso no quiere decir que la repetición electoral a mediados de octubre sea inevitable, pero sitúa esta posibilidad más cerca de lo ya cerca que estaba el lunes. Para empezar, porque el Reglamento del Parlament prevé dos meses durante los cuales, en teoría, aún podría haber debates de investidura. En concreto, hasta el 25 de agosto. Pasado ese período la repetición electoral sería automática.

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Es decir, el PSC todavía tiene dos meses para armar lo que denominan “mayoría progresista”: los 68 escaños que suponen la mayoría absoluta en el Parlament y que salen de la suma de PSC, ERC y En Comú Sumar.

Pero parece improbable que se cierre un acuerdo mientras ERC siga sumida en una profunda crisis interna. Hay un sector, mayoritariamente de cuadros de los republicanos, que quieren evitar que Oriol Junqueras se presente al Congreso previsto para el mes de noviembre, después de una hipotética repetición de los comicios. En este sector, con buena parte de los firmantes del manifiesto contra Junqueras ayer, están altos cargos de la Generalitat, desde el presidente Pere Aragonès hasta la consellera Ester Capella, pasando por la vicepresidenta Laura Vilagrà, o el viceconseller Sergi Sebrià. A todos ellos les encabeza la secretaria general, Marta Rovira, desde Ginebra. Este grupo se opone a cualquier pacto con el PSC, aunque la repetición electoral los hundiría aún más, según las encuestas.

Clima de guerra civil

En este clima de guerra civil entre los republicanos, en donde ahora el grueso de la dirección de ERC reniega del junquerismo que han representado durante los últimos diez años, resultará muy complicado, por no decir imposible, que el PSC o el PSOE puedan cerrar un acuerdo de gobernabilidad. Ya no digamos cuestiones más complejas, como una nueva financiación autonómica de grado de “singularidad” discutible.

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El PSC llevaba días barajando la idea de no presentarse al debate de investidura el próximo 25 de junio, para no visibilizar la soledad de Salvador Illa, que no cuenta ni con el respaldo de los comunes. Al final se han decantado por dar un paso atrás y esperar a que ERC resuelva sus cuitas internas.

Escenario más probable

El escenario más probable que se abre ahora es que se pierdan los próximos dos meses, que además coinciden con el verano. Hacia el 25 de agosto, en función de cómo evolucione la aplicación legal de la ley de amnistía, Puigdemont podría decantarse por volver a Cataluña con su situación legal más clarificada y presentarse a un debate de investidura. El expresident carece de los votos para resultar escogido, pero sería más bien el primer acto de campaña de Junts cara a la repetición electoral de octubre.

"La investidura de Puigdemont no tiene viabilidad", recordó anoche Illa para añadir: "La mía necesita tiempo. Estoy hablando ya con las formaciones y lo comunicaré en cuanto la tenga". Puigdemont carece de los votos, solo tendría 61 incluyendo a Aliança Catalana, pero lo más probable es que a Salvador Illa le falte la oportunidad. Illa parece abonarse a la tesis de “cuando no tengas nada que ganar, gana tiempo”. Uno por otro, la repetición electoral en Cataluña más cerca.