Es noticia
Documentos muestran que Puigdemont usó la Casa de Habsburgo para conspirar contra España
  1. España
  2. Cataluña
pieza separada por traición

Documentos muestran que Puigdemont usó la Casa de Habsburgo para conspirar contra España

Documentos incautados y conversaciones muestran cómo asesores de Austria y Eslovenia ofrecieron un encuentro con Puigdemont tras el 1-O para procurar el apoyo de esos gobiernos a una Cataluña independiente

Foto: El fugado Puigdemont, en el pasado mitin de cierre de campaña a las europeas en Colliure (EFE)
El fugado Puigdemont, en el pasado mitin de cierre de campaña a las europeas en Colliure (EFE)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

La cúpula independentista acudió a asesores monárquicos para encontrar apoyos entre gobiernos europeos que reconociesen la República Catalana en octubre de 2017. Así consta en la pieza separada que el juez Joaquín Aguirre, titular del juzgado de instrucción número 1 de Barcelona, ha abierto para investigar a 13 personas por traición. Entre los investigados, los expresidentes Artur Mas y Carles Puigdemont, la exconsejera Elsa Artadi, el diputado Francesc Dalmases, el responsable de relaciones internacionales de Convergència, Víctor Terradellas, el jefe de la Oficina de Puigdemont, Josep Lluís Alay, y el abogado del fugado, Gonzalo Boye. El magistrado ha pedido a instancias superiores que abra causa contra Puigdemont y Dalmases, al ser aforados, ya que ambos sacaron acta de diputado en las elecciones autonómicas del 12-M.

La investigación sobre Puigdemont puede suponer problemas para el fugado, puesto que la traición es un delito excluido de la Ley de Amnistía aprobada por el Congreso, y este grave delito le podría comportar penas de cárcel y, consecuentemente, otro motivo para su detención si pisa territorio español.

El magistrado expresa que "el orden constitucional y la integridad territorial de España fueron cuestionados por actores políticos que se mantuvieron deliberadamente al margen de la ley, apoyados por figuras operativas rusas en los años posteriores a la agitación (…) En el caso de Cataluña, el apoyo y la utilización de actores políticos, tal y como se ha demostrado lo largo de la investigación, involucraron a personas del más alto nivel del Gobierno de la Generalitat, incluido su presidente y ello habría facilitado y reforzado considerablemente el proceso de injerencia rusa. Así, se ha podido acreditar que estas personas mantuvieron contactos con individuos cercanos a los servicios de inteligencia rusos y al Gobierno de la Federación de Rusia".

El auto del juez, no obstante, arroja algunas perlas curiosas. Además de los nombres de los espías rusos con los que habían tonteado los independentistas, reproduce documentos que demuestran cómo trabajaba en la sombra el aparato soberanista para conseguir aliados internacionales. Uno de los episodios involucra a Carlos de Habsburgo, es decir, el archiduque Carlos de Austria, empresario y político austriaco y jefe de la casa real de Habsburgo-Lorena, miembro de la nobleza y nieto del último emperador de Austria y rey de Hungría y de Bohemia.

Involucran a Austria y Eslovenia

La historia aparece en un documento enviado a Carles Puigdemont por Víctor Terradellas. En ese momento, habían pasado quince días del referéndum ilegal y el independentismo debatía si convocaba nuevas elecciones o proclamaba la independencia unilateralmente. El entonces alto cargo de Convergència le explicaba al president que “los asesores de Carlos de Habsburgo dicen poder trazar el camino hacia una mediación exitosa entre Cataluña y España que tendría lugar en Viena. Plantean una estrategia de diversos pasos que culminaría con el anuncio de conversaciones informales en Austria, con la connivencia del Ministerio de Exteriores austriaco”.

El detalle de la irrupción de una Casa Real llama la atención de Puigdemont, que se comunica con Terradellas. "¿Pero Austria no era una república?", le inquiere. "Sí. Los Austrias siguen teniendo más fuerza. Ahora que se murió uno de ellos, le hicieron un entierro imperial. Es una de las familias más importantes (ricas) de Europa”, le responde el responsable de relaciones internacionales de CDC.

Foto: Carles Puigdemont en una foto de archivo. (EFE/EPA/Olivier Hoslet)

El 17 de octubre era martes y Terradellas aseguraba a Puigdemont que "la estrategia comenzaría a aplicarse este mismo jueves con la preparación de una respuesta ad hoc al ultimátum de Madrid". Se refería a la posibilidad de que el Gobierno central, entonces en manos de Mariano Rajoy, aplicase el artículo 155 de la Constitución destituyendo al gobierno de la Generalitat y tomando el control político de la situación.

El documento argumentaba que "la estrategia se puede adaptar a una posible declaración de independencia durante la duración del proyecto si fuera conveniente". Y advertía: "Piden ir a Barcelona y poder ser recibidos por Puigdemont y por el conseller Romeva [Raül Romeva, consejero de Exteriores] este miércoles". Terradellas detalla que los nombres de los negociadores son Vinzenz Stimpfl-Abele y Laris Gaiser, "asesores principales de la Casa de Habsburgo, asesores de los gobiernos austriaco y esloveno y de los ministerios austriaco y esloveno de Exteriores". Y finalizaba el documento con un sonoro "esperamos instrucciones". Al parecer, los contactos se habrían desarrollado bajo la supervisión del entonces 'embajador' de la Generalitat en Austria, Adam Casals.

Assange, una herramienta de Rusia

El hecho demuestra que no solo de Rusia se alimentaban las esperanzas secesionistas. También pretendían que los gobiernos de Alemania, Eslovenia y Austria entrasen en el conflicto como defensores de la secesión de Cataluña. En el caso alemán, Terradellas pasó el 10 de octubre de 2017 a Carles Puigdemont el teléfono de Joachim Rücker, diplomático alemán que fue presidente del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. En aquel momento, era asesor de Frank-Walter Steinmeier, elegido presidente federal de Alemania en marzo de 2017.

"Para ser precisos y no caer en ningún equívoco, creo que lo mejor sería que le llamara Romeva de mi parte y evitamos mistakes lingüísticos que nos podrían hacer caer en errores garrafales. ¿Cómo lo ves?", le contestó Puigdemont a Terradellas cuando este le pasó el teléfono. "No, yo creo que lo tienes que hacer tú. Danos tres minutos y te confirmo qué es mejor". "Mi inglés no me permite entrar a matizar lo que una conversación de este nivel y momento requiere", se disculpa el president.

También le aseguró Terradellas a Puigdemont que el Gobierno de San Marino apoyaría la independencia y podría convertirse incluso en 'puerto seguro' del independentismo, albergando a los posibles 'exiliados'. El auto explica el papel de Julian Assange, que en septiembre de 2017 llegó a publicar un mensaje donde anunciaba "el nacimiento de Cataluña como país o una guerra civil", convirtiéndose en "uno de los principales agitadores internacionales de la crisis catalana, diseminando opiniones y medias verdades como si fueran noticias". Es decir, se convirtió en una herramienta más de la guerra híbrida de desinformación a favor de Cataluña, todo ello alimentado por medios prorrusos. Y ello porque "el procés era una herramienta perfecta que le podría ayudar [a rusia] en sus objetivos estratégicos contra Occidente".

Los tres ejes de la ofensiva

El auto recoge los informes de las instituciones europeas ordenando investigar la injerencia rusa en las democracias occidentales y considera que "se han hallado indicios más que suficientes que justifican sobradamente la apertura de esta pieza separada con la finalidad de investigar, a instancia también del Parlamento Europeo, todas las conexiones realizadas por el Gobierno ruso, los viajes y encuentros de Puigdemont y sus colaboradores y las actividades realizadas por estos, que habrían facilitado la infiltración de personas de origen ruso en territorio español con el objetivo de influir en las estructuras financieras y en la realización de actividades de desinformación, desestabilización y alteración de la paz social". En este sentido, habla de la 'guerra híbrida' de Rusia contra Europa vertebrada mediante tres ejes: "Los medios de comunicación estatales [como Sputnik y Russia Today, que difundían fake news], la actuación de trolls y bots en redes sociales y la influencia directa en políticos y decisores públicos".

En resumidas cuentas, Rusia era el amigo internacional deseado, pero no era el único. Durante años, la cúpula independentista buscó desesperadamente una ventana en algún gobierno oficial que se abriese y asomase un rayo de esperanza de que alguien reconocería una Cataluña independiente. Todo fue en vano. Sin embargo, la intención quedó plasmada en numerosos documentos, mensajes y conversaciones telefónicas que demuestran el tesón de los fontaneros del procés y de su cúpula política.

La cúpula independentista acudió a asesores monárquicos para encontrar apoyos entre gobiernos europeos que reconociesen la República Catalana en octubre de 2017. Así consta en la pieza separada que el juez Joaquín Aguirre, titular del juzgado de instrucción número 1 de Barcelona, ha abierto para investigar a 13 personas por traición. Entre los investigados, los expresidentes Artur Mas y Carles Puigdemont, la exconsejera Elsa Artadi, el diputado Francesc Dalmases, el responsable de relaciones internacionales de Convergència, Víctor Terradellas, el jefe de la Oficina de Puigdemont, Josep Lluís Alay, y el abogado del fugado, Gonzalo Boye. El magistrado ha pedido a instancias superiores que abra causa contra Puigdemont y Dalmases, al ser aforados, ya que ambos sacaron acta de diputado en las elecciones autonómicas del 12-M.

Noticias de Cataluña Carles Puigdemont Raül Romeva
El redactor recomienda