La soledad de Ada Colau, la lideresa a la que (casi) todo le sale mal

La exalcaldesa de Barcelona Ada Colau se encuentra cada vez más sola en la cúpula de cristal de Barcelona en Comú (BeC). No pierde peso político, manda mucho, pero sus socios que provienen de Iniciativa per Catalunya (ICV) comienzan a marcar distancias y a alejarse. "Evidentemente, hay objetivos e intereses comunes entre todos los sectores, pero Ada Colau es muy suya y no suele consultar con nadie lo que va a hacer", señalan a El Confidencial fuentes internas de BeC.

La argamasa que une a los sectores de los comunes es el furibundo rechazo a la gestión del socialista Jaume Collboni al frente del Ayuntamiento de Barcelona. Ahí, la líder de ICV, Janet Sanz, coincide en sus críticas con Ada Colau. La exhibición de Fórmula 1 que esta semana realizó Collboni en el centro de Barcelona para atraerse a los organizadores del campeonato mundial y que no cambien el circuito de Montmeló por Madrid unió a todas las familias de los comunes, que quisieron boicotear el acto, pero que solo consiguieron agrupar a unas decenas de personas para rechazar el evento.

Es más: los comunes utilizaron una plataforma ciudadana como símbolo del "rechazo vecinal". Pero ocultaron que esa plataforma, Eixample Respira, fue fundada y está controlada por Guille López, actual concejal de los comunes y fichaje de Colau para engrosar su lista en las últimas municipales. A esta plataforma se añadieron varias decenas de entidades similares que se encuentran en el espectro de los comunes y que estos utilizan para movilizar las calles. En otras palabras, el rechazo vecinal es más bien el rechazo orquestado de los comunes.

Este evento se suma al alquiler del Park Güell para el desfile de moda de Louis Vuitton, que presentó su temporada mundial en este singular escenario. De ese modo, Barcelona fue portada planetaria de periódicos y revistas en una impagable campaña de publicidad que, además, cosechó beneficios para los comercios, los transportes, la hostelería y otros sectores. Los comunes aprovechan para intentar herir de gravedad a Collboni, convertido en su archienemigo: "El primer año de mandato del PSC y Jaume Collboni se resume en descontrol turístico, privatizar el Parque Güell para permitir desfiles de lujo, permitir más hoteles en el centro de la ciudad y convertir el Paseo de Gracia en un festival de humo y ruido con exhibición de la Fórmula 1. El modelo de crecimiento sin límites de Collboni nos está abocando al límite, un modelo en el que ahora participará ERC entrando dentro del gobierno del PSC", decía una comunicación de BeC a sus activistas.

Evitar el voto útil hacia el PSC

En resumen, las familias de los comunes solo se mantienen unidas por el cemento anti PSC que destilan sus cuadros dirigentes. La intención es tensar a su potencial electorado para no perder capacidad de respuesta ante los socialistas y, en caso de que haya repetición de elecciones autonómicas el 13 de octubre, minimizar en lo posible la fuga de votos hacia el socialista Salvador Illa, que podría beneficiarse de una tendencia al voto útil que se refugiaría en el PSC para frenar al independentismo.

Ahora mismo, lo único que une a los Comunes es la lucha contra Collboni, y Colau lo alimenta en previsión de elecciones en octubre

Pero la coincidencia de todas las familias en la estrategia anti-Collboni no libra a los comunes de otras tensiones derivadas de la propia personalidad de Colau. La exalcaldesa es una activista que va por libre y que marca camino. Su nulo papel en el Ayuntamiento de Barcelona le ha dejado las manos libres para trabajar otros ámbitos, como el control de la hoja de ruta de los comunes, especialmente en la vertiente de la agitación callejera. Este campo es uno de los que Colau y los suyos dominan a la perfección. Ya lo hacían cuando la lideresa era alcaldesa y era capaz de montar manifestaciones de los suyos contra un evento mientras Colau participaba en ese evento defendiéndolo.

Los resultados de las elecciones europeas han supuesto también un jarro de agua fría para Colau y añadir más tensión entre las familias de BeC, de un modo similar a lo que pasó con Sumar a nivel nacional. Uno de los mayores reveses que sufrió Colau fue el fracaso de su amigo Jaume Asens en las recientes elecciones europeas. La exalcaldesa pudo colocar a su protegido como número 2 en la candidatura de Sumar al Parlamento Europeo, pero el polémico abogado catalán no pudo mantener un resultado digno a ojos de parte de la militancia, por lo que algunos sectores critican la falta de autocrítica tras el batacazo en las urnas.

Piden cuentas a Asens

"Jaume Asens nos dijo antes de las elecciones que en las europeas no se presentaba la CUP y que él se llevaría los votos de esta fuerza política de calle. Pues bien, se ha demostrado que no ha sido así. Y no solo no se llevó los votos de la CUP, sino tampoco los de Podemos. Por si fuera poco, perdió votos, hasta el punto de que Cataluña fue la única comunidad donde Podemos superó a Sumar. Sin embargo, aquí nadie ha dimitido ni ha asumido responsabilidades políticas. Asens tendría que dimitir tras el fracaso electoral", explica una fuente crítica interna de los comunes a El Confidencial. En otras palabras: los 102.000 votos que cosechó Comuns Sumar en Cataluña quedan muy lejos de los 288.000 que obtuvo Podemos en el 2019.

Esta falta de autocrítica es severamente criticada por algunos sectores de los comunes, que consideran que la formación presume mucho de democracia y de transparencia, pero sus hechos contradicen a su ideario. Los socios de Colau comienzan a criticar ahora que quizá Asens no fuese el candidato idóneo para ir a unas europeas y que la exalcaldesa cometió un grave error al apostar por él.

Colau y sus relaciones internacionales

Al margen de la política nacional, que intenta seguir controlando, Colau se ha dedicado los últimos meses a cultivar sus relaciones internacionales. La participación en foros internacionales es una faceta que la propia Colau mima para seguir siendo un referente de los movimientos de izquierda, aunque ya no tenga un cargo público que visualizar.

Uno de los campos donde ha trabajado es en la política mexicana. En el mes de abril, fue al país azteca para participar en la campaña a favor del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), pidiendo el voto para Claudia Sheinbaum como presidenta del país y Clara Brugada como alcaldesa de Ciudad de México. Ambas fueron elegidas el pasado 2 de junio. Además, Colau se integró en el comité asesor de Brugada.

Colau viajó a México a participar en la campaña en apoyo de Morena y ha hecho de su activismo contra Israel uno de sus puntales

La nueva alcaldesa de la capital mexicana había sido hasta ahora alcaldesa de Iztapalapa, una de las corporaciones municipales que integran la gran urbe. En ella, abrió 12 centros culturales, a los que llamó 'Utopías' y que son definidas por su partido como "unidades de transformación y organización para la inclusión y la armonía social". Se trata, en definitiva, de "lugares para el encuentro, lugares para estar bien", espacios con equipamientos culturales, recreativos, sociales y deportivos. En Barcelona, Colau quiso hacer algo parecido con las denominadas 'superillas', aunque distan mucho de ser como el invento mexicano.

Su participación en la campaña internacional contra Israel es otro de los puntales de su estrategia internacional. Llegó a viajar a Turquía para poder ir a bordo de un barco a llevar ayuda humanitaria a la franja de Gaza, pero el tiempo se le echó encima y tuvo que volver a España antes de poder materializar su sueño. No obstante, desde Barcelona ha espoleado a las plataformas amigas para realizar constantes manifestaciones antiisraelíes y cuestiona periódicamente la postura del alcalde de Barcelona ante el conflicto, conminándole a que declare de nuevo non grata a Israel y rompa relaciones con Tel Aviv, como hizo ella pesa a que el pleno municipal la desautorizó.