El día que 'El Yoyas' no pudo esconderse más: un fugitivo "muy demacrado" en la Cataluña profunda

El miércoles 26 de junio quedará como el día en el que Carlos Navarro El Yoyas no pudo esconderse más. Casi dos años después de fugarse para no entrar en prisión por una condena de cinco años y ocho meses por maltratar a su pareja, el personaje televisivo acabó engrilletado, acompañado por agentes de la Policía y los Mossos, bajando las escaleras de la masía de la Cataluña profunda que había convertido en su escondrijo. ¿El destino? La cárcel.

Tras declararse en rebeldía y desatender el requerimiento del juzgado canario que le instaba a presentarse voluntariamente en el penal en el que debía cumplir condena, algunas crónicas hablaron de que El Yoyas se había escondido en un bosque. Incluso se permitió el lujo de pedir el indulto al Gobierno o dar una entrevista, pese a que sobre él recaía una orden de busca y captura. No obstante, al final el caso tuvo menos glamour y el detenido encontró el escondite en una masía de La Torre de Claramunt, un municipio de la comarca de Anoia, en Barcelona, de 4.018 habitantes.

Algunos vecinos han comentado que le habían visto, también que dieron el chivatazo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que finalmente lo sacaron de la masía sobre las 6 de la mañana con el sol veraniego despuntando. Fuentes conocedoras del dispositivo explican a El Confidencial que a los agentes que formaron parte de la operación les sorprendió, especialmente, el aspecto que tenía El Yoyas.

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Al tratarse de un personaje televisivo, que saltó a la fama por ser uno de los concursantes de Gran Hermano, todo el mundo tenía una imagen en la cabeza de él, sustentada en los comportamientos que ofreció en los medios, donde apareció como un hombre violento, tosco, con pocos modales y también de complexión fuerte. Sin embargo, al ser descubierto, los agentes no dieron crédito al toparse con un individuo "muy desmejorado, casi demacrado".

La obsesión por esconderse sin ser detectado, consciente de que en el momento en el que dieran con él iba a ingresar en prisión para cumplir su pena, hizo que Navarro fuera descuidando su apariencia progresivamente. "Tenía un aspecto muy desaliñado", insisten dichas fuentes, que también indican que el hombre, mucho más delgado y afilado que tiempo atrás, no opuso ningún tipo de resistencia, ni tampoco se mostró desafiante en el momento en el que dieron con él y procedieron a la detención. Este comportamiento, curiosamente, también contrasta con la imagen que dio en sus años en televisión.

Meses tras su pista

La operación de esta mañana se ha producido, según ha podido saber este diario, después de que ambos cuerpos, Policía y Mossos, trabajaran codo con codo en la tarea de localizar a Navarro. Desde hace meses eran conocedores de que se encontraba en algún punto de Cataluña y, poco a poco, fueron estrechando el cerco hasta que han dado con él.

Apenas unas horas después de ser arrestado, El Yoyas ha ingresado en la prisión de Brians 1 tras haber sido condenado por los delitos de malos tratos y lesiones cometidos contra su exmujer, también concursante de Gran Hermano. Concretamente, el 12 de abril de 2021, la Audiencia de Las Palmas selló su condena al estimar que era culpable de un delito de maltrato habitual y de otros cuatro de lesiones contra su exmujer. Lo hizo, además, en presencia de los dos hijos que tenía la pareja.

En el operativo conjunto han participado los especialistas en materia de búsqueda de fugitivos de Policía y Mossos y también se han requerido de otros medios técnicos, como es el caso de los drones, para las tareas de localización. Al final, El Yoyas tuvo que abandonar, en chándal y acompañado por los agentes, la masía de la Anoia que fue su particular madriguera. Como le ocurrió hace 23 años, cuando las cámaras registraban cada uno de sus pasos en la casa de Gran Hermano, en esta ocasión también estaba siendo vigilado, aunque él no lo sabía.