Doble juego de Marta Rovira: conversaciones con el PSC, contactos con Puigdemont

ERC tiene la llave de la legislatura y en sus manos está la repetición electoral en Cataluña que Carles Puigdemont lleva meses buscando. Así, mientras los republicanos abren negociaciones oficiales con el PSC de cara a una posible investidura de Salvador Illa, su secretaria general, Marta Rovira, también mantiene contactos con Junts, en concreto, con su secretario general Jordi Turull y con el propio Puigdemont, según explican fuentes de ambas formaciones.

Las conversaciones con el PSC evolucionan dentro de un marco establecido. Hay dos comisiones negociadoras organizadas por ambos partidos. Los socialistas catalanes han puesto a la alcaldesa de Sant Boi, Lluïsa Moret, al frente de la suya. Por su parte, la de ERC está encabezada por la secretaria general, Marta Rovira. También forman parte Marta Vilalta, Josep María Jové, Oriol López y Juli Fernández. Se reúnen de manera periódica —esta semana volverán a hacerlo— y las condiciones de ERC fueron marcadas por el propio Jové en el Parlament esta semana: referéndum de autodeterminación y cupo catalán.

Pero, al mismo tiempo, Marta Rovira mantiene contactos menos reglados y de forma más esporádica con Jordi Turull y con Carles Puigdemont. Portavoces de ERC solo reconocen los contactos con Junts, pero aseguran, de manera vaga, que hay pocas propuestas concretas.

Tras la dimisión de Oriol Junqueras como presidente, Rovira es la mujer fuerte del partido. El pacto para que la Mesa del Parlament fuese de mayoría independentista fue fruto de su relación con la cúpula de Junts. Rovira, y la mayoría de los cuadros que la apoyan, prefieren repetir elecciones que cerrar un acuerdo que haga presidente de la Generalitat a Salvador Illa.

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Itziar Reyero

Fuentes de Junts explican que Marta Rovira ha rechazado la pretensión de ir en una lista conjunta en una posible repetición electoral el 13 de octubre, como proponían convergentes del peso de Artur Mas o David Madí. Ahora, el nuevo objetivo de Puigdemont es bloquear la investidura de Illa y forzar la repetición electoral para el 13 de octubre. El clima de guerra abierta en ERC favorece ese objetivo, ya que parece poco probable que el partido de Junqueras pueda cerrar esta crisis interna en dos meses.

Junts también está pidiendo a ERC apoyo para una posible investidura de Puigdemont, aunque esta fuese fallida. Pero Rovira se está mostrando reticente. Si tiene que llevar a los republicanos de nuevo a las urnas, como ahora parece lo más probable, prefiere hacerlo con la mochila menos cargada posible, según explican fuentes políticas de ambas formaciones conocedoras de los contactos con Junts.

Conscientes en el PSC

En el PSC son conscientes de esta situación, tanto del rol que juega Rovira en el partido como de su doble juego. En el pacto sobre la Mesa del Parlament que dio la presidencia a Josep Rull se sintieron engañados porque Rovira les había dicho otra cosa. Ahora, la situación es muy diferente, según explican desde la formación de los socialistas catalanes.

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En la práctica, Marta Rovira cuenta con todas las palancas para sabotear un acuerdo con el PSC. El grueso de los cuadros del partido y la mayoría del grupo en el Parlament la respalda. También la apoyan casi todos los consellers de la Generalitat que, para negociar cuestiones como una nueva financiación autonómica, son fundamentales. Hasta cuenta con el respaldo del actual presidente en funciones, Pere Aragonès.

Cuestión de debate

El pacto con el PSC determinará el debate interno en ERC. El sector a favor de Oriol Junqueras sería más partidario de un acuerdo, no tanto para investir a Salvador Illa como para evitar la repetición electoral, que solo favorecerá a otras formaciones –los grupos de ultraderecha, a Junts o incluso al PSC– pero no a los republicanos.

En ERC carecen de candidato tras la dimisión de Aragonès, que no repetirá como cabeza de lista. Las encuestas auguran a los republicanos un nuevo castigo y el partido saldría más débil. Pero para el sector que encabeza Marta Rovira este sería un precio asumible.