Junqueras rechaza apoyar la investidura de Puigdemont tras una fría visita a Waterloo

Oriol Junqueras rechazó apoyar una hipotética investidura de Carles Puigdemont, con la que JxCAT quiere que se visualice que cuenta con más apoyos que el candidato del PSC Salvador Illa. Junqueras, en este aspecto, ha coincidido con la secretaria general de ERC, Marta Rovira, que también se ha negado a esta pretensión de Puigdemont. Ese fue el resultado de la reunión entre Puigdemont y Junqueras que tuvo lugar este domingo en Waterloo, en la mansión de Puigdemont en Bélgica, según explican fuentes de ambas formaciones.

La reunión fue fría. Los dos líderes llevaban años sin hablarse. El encuentro duró varias horas. Junqueras llegó a las 11.00 h y la reunión, en concreto, duró hasta las 13:00 h. Después comieron, entre otros platos, uno de pasta, según explican fuentes del entorno de Waterloo. Puigdemont quería que esta cumbre del independentismo catalán sirviese para tender puentes con el sector de ERC que lidera Junqueras.

Al tiempo, también buscaba debilitar a Marta Rovira, que hasta ahora ha sido la interlocutora principal con Junts. Rovira no acepta ni la candidatura única en coalición con Junts ni tampoco votar a favor de una investidura fallida de Puigdemont. El líder de Junts buscaba atraer a Junqueras a sus tesis para dejar en falso a Rovira. Pero la reunión no acabó de funcionar.

Puigdemont ha contado con el respaldo de algunos sectores del independentismo para que Junqueras aceptase la reunión: entre ellos, el del nuevo presidente de la ANC, el cantautor Lluís Llach.

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Sin embargo, el fracaso de la reunión no quiere decir que los planes de Puigdemont vayan mal. Al contrario: ERC no apoya una investidura de Puigdemont, pero no queda claro que sus votos puedan respaldar ni mucho menos a Illa. La situación de bloqueo apuntaría a una repetición electoral el 13 de octubre, justo lo que lleva buscando desde hace meses el expresident huido.

Al mismo tiempo, Junqueras se refuerza con el encuentro con Puigdemont. Los partidarios de Rovira querían apartarlo de la escena política, pero, tras algunos actos por Cataluña, ha quedado claro que el expresidente de ERC todavía tiene tirón entre las bases de los republicanos. La reunión con Puigdemont en Bruselas tiene que ver precisamente con el modo en que quien fuera líder de los republicanos se reivindica como una figura aún relevante en la política catalana.

Además, Oriol Junqueras y Puigdemont mantienen posiciones muy alejadas. Junqueras no es partidario de una repetición electoral que tampoco, según las encuestas, facilitaría el final del actual bloqueo en Cataluña.

Mejor el PSC

En este sentido, Junqueras preferiría un esquema en el que ERC apoyase desde fuera de la Generalitat a Salvador Illa, que tendría los votos suficientes con ERC y los comunes y facilitar su investidura, para luego desgastar al PSC durante el resto de su mandato. No sería un tripartito, solo un apoyo puntual que permitiera a los republicanos ganar tiempo hasta su congreso de noviembre donde debe elegirse al nuevo líder del partido.

Junqueras considera que la repetición electoral en octubre perjudica a ERC

Así, ERC evitaría una repetición electoral, en la cual los republicanos se arriesgarían a perder sus actuales veinte diputados. Puigdemont quiere justo lo contrario: volver a las urnas el próximo 13 de octubre para reforzar su posición en el Parlament. Pero de nuevo las encuestas, que sí le dan más diputados, le dejarían, sin embargo, sin una mayoría suficiente, en buena parte por la subida que experimentarían los ultraderechistas de Aliança Catalana, la formación de la alcaldesa de Olot, Silvia Orriols.

Paisaje con Illa al fondo

Así que el contexto del encuentro entre los dos líderes independentistas está marcado por Illa y su voluntad de presentarse a la investidura el próximo 25 de agosto. Junts y Puigdemont necesitan no solo que Illa pierda, sino que tenga en el hemiciclo menos votos que ellos. Y ERC no está por la labor, más allá de apartarse y comprometerse lo mínimo con unos y con los otros.

El PSC también tiene deberes pendientes. Entre ellos, asegurarse el apoyo de los comunes de Jèssica Albiach, algo que aún no está claro. Solo quedan dos meses.