Sabrià dimite como 'viceconseller' tras los carteles de Maragall, pero niega su implicación

El viceconseller de Estrategia y Comunicación de la Generalitat en funciones y exvicesecretario de Comunicación de ERC, Sergi Sabrià, ha dimitido de su cargo en el Govern arrastrado por el escándalo de los carteles difamatorios contra el expresidente de la Generalitat Pasqual Maragall y su hermano, el exlíder de los republicanos en el Ayuntamiento de Barcelona, Ernest Maragall, y la enfermedad de Alzheimer y que salieron de las filas de los propios republicanos: "No lo hago por que sea culpable de nada". Sabrià dimite después de que este martes la portavoz del Govern, Patricia Plaja, subordinada de Sabrià, negase en rueda de prensa por activa y por pasiva que la Generalitat tuviese nada que ver con el escándalo.

Así se ha pronunciado en rueda de prensa este jueves, después de que la dirección de ERC abriese una investigación interna por el caso de estos carteles, y ha asegurado que dimite porque es "la mejor aportación a un proyecto" como ERC.

Sin nombrar a Junqueras "para no dañar el partido" el ya ex responsable de Estrategia y Comunicación de la Generalitat ha acusado a algunos sectores de "estar enfangando hasta límites insospechados un debate interno imprescindible”.

"La conclusión que saco es que desgraciadamente hay a quien no le importa ni el partido, ni la militancia, ni la ciudadanía de nuestro país. Solo la ambición y el deseo personal por controlar una organización para hacérsela a medida", se ha quejado en público el ex alto cargo de la administración catalana.

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"Hoy me marcho para no servir de distracción para los temas que esta organización debe afrontar, poder volver a iniciar nuevo ciclo ganador", ha subrayado Sabrià, que ha añadido que su salida puede rebajar la tensión en el partido, que asegura que es lo que algunos buscan desde hace mucho tiempo.

Sabrià era persona del núcleo duro de Pere Aragonès. Fue suya la idea de adelantar las elecciones al 12 de mayo cuando los comunes tumbaron los Prespuestos de la Generalitat para 2024. Sabrià, como el propio Aragonès o la vicepresidenta Laura Vilagrà se habían alineado con la secretaria general de ERC, Marta Rovira, contraria a pactar con el PSC la investidura del líder del PSC, Salvador Illa.

Sabrià cae después de que la justificación de ERC haya caído por tierra. La estrategia del partido había sido culpar al jefe de prensa de la época, Tolo Moya. El pasado martes Tolo Moya, actualmente asesor en la Diputación de Barcelona, aseguró que tenía pruebas de quién era el cerebro de la operación de intentar forzar que Ernest Maragall dimitiese como candidato a la alcaldía atacándole en carteles públicos con el Alzheimer de su hermano Pasqual.

La rueda de prensa para anunciar su marcha no ha sido en la Generalitat, sino en la calle Calabria, la sede de ERC. Han acudido a arroparle el núcleo duro del aparato del partido alineado con Rovira: entre otros, la vicepresidenta en funciones, Laura Vilagrà; la consellera de Economía, Natàlia Mas Guix; el propio Ernest Maragall; la dirección del grupo parlamentario con Josep Maria Jové y Marta Vilalta.

Según el diario Ara, que levantó el escándalo, Sabrià estaba al frente de un aparato paralelo del partido y que subcontrataba su actividad a través de la empresa Relevance Marketing SL.

Relevo en el independentismo

Sabrià, que fue portavoz, presidente del grupo parlamentario de ERC, jefe de la oficina de Aragonès a la presidencia, y alcalde de Palafrugell, se muestra "convencido" que el partido cuenta con una nueva generación "preparada para tomar el relevo". Junqueristas como el exdiputado en el Congreso Joan Tardà estaban pidiendo que se asumiesen responsabilidades.

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Cuando en 2023 estalló el escándalo por los carteles, ERC culpó al PSC. Se abrió una investigación policial y cuando se hizo evidente que los Mossos iban a acceder al teléfono de Tolo Moya, Sabrià se reunió con Ernest Maragall, y entonces este retiró la denuncia. El caso, por tanto, carece de derivada penal. Pero ERC tiene abierta una investigación y Tolo Moya iba a declarar la semana que viene.

El propio Sabrià en su rueda de prensa de despedida ha asumido su papel de cortafuegos de la crisis, es decir, de que la crisis no afecte a nadie más: "Mi salida puede ayudar a rebajar la tensión, porque es lo que algunos buscan desde hace mucho tiempo", ha lamentado. Se ha reivindicado a sí mismo como un "pacificador" en el contexto de crisis que vive ERC.