El escándalo del velero de Comín saca a flote a la nueva estrella en el Consell de la República

Ha nacido una estrella en el Consell de la República. Se llama Aurora Madaula y quiere ocupar el puesto clave que hasta ahora controlaba Toni Comin, recientemente elegido eurodiputado —no ha recogido su acta— pese a que bajó a la mitad los votos respecto a las anteriores elecciones. Madaula quiere ser la interlocutora entre el Consell y la asociación CatGlobal, la entidad que da cobertura jurídica en Bélgica al órgano áulico de Carles Puigdemont.

El motivo de que surja con fuerza el nombre de Madaula (una conocida activista de Junts del sector de Laura Borràs y persona de confianza de Carles Puigdemont), es la crisis desatada por los supuestos gastos incontrolados del vicepresidente del Consell (y mano derecha de Carles Puigdemont), Toni Comin, ha provocado un terremoto en la entidad independentista que el expresident controla desde Waterloo. Según el diario El Món, Comin pagó con dinero del Consell el alquiler de un velero que utilizó en la Costa Azul en verano de 2022, en el que iba acompañado por varios amigos, entre ellos Lluís Llach, en aquel momento también "ministro" de Carles Puigdemont en el Consell y actualmente presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC).

También intentó pasar como gastos el alquiler de una casa en el sur de Francia que alquiló entre el 31 de marzo y el 17 de abril para estar con su hija en las vacaciones de Semana Santa, así como los vuelos y el alquiler de un coche. El total de gastos de estas vacaciones fue de 4.786,78 euros, que el entonces gerente del Consell de la República, Sergi Miquel, se negó a abonar por entender que eran gastos privados. Comin achacó esta actitud, así como un mail de Miquel rechazando los gastos, a un deseo de "venganza" del otrora gerente, y justificó los recibos como "gastos de representación". Dijo, además, que Miquel fue apartado de su cargo por mala gestión y que por eso le denegó el pago de los gastos del alquiler de la casa y el coche. Fuentes internas de Junts que conocen a Sergi Miquel lo describen a El Confidencial como "una persona muy rigurosa y muy cumplidor. Especialmente, miraba que los gastos pasados fuesen por tareas encomendadas por trabajo y no privados".

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Después de que la gestoría belga Megyxx Sprl alertase de constantes salidas de dinero del Consell de la República hacia cuentas privadas de Toni Comin, y de que los gestores de CatGlobal alertasen de ello, las críticas al descontrol monetario de la cúpula del independentismo se han multiplicado. Varias voces del sector crítico del Consell, que ya en septiembre pasado habían denunciado chanchullos económicos de Comin, comienzan a pedir, cada vez con mayor fuerza, que se investiguen los hechos y se lleven hasta las últimas consecuencias.

Autoofrecimiento

En cuanto estalló la crisis del velero y los gastos de Comin, Aurora Madaula puso el grito en el cielo y se quejó públicamente. Madaula es una de las personas de confianza de Carles Puigdemont, que la mantiene como "ministra" del Consell de la República. Hasta hace poco, también era "ministro’" su pareja, el cupero Guillem Fusté, apeado del cargo en la última remodelación. Aprovechando la crisis desatada por Comin, el nombre de Madaula ha vuelto a coger vuelo: se ha autopropuesto para mediar en el asunto y para reconducir la situación, tomando las riendas del Consell de la República, en lugar de Toni Comin, y como interlocutora entre el Consell y CatGlobal. Con la asunción de ese cargo, afirmó que investigaría si el dinero se había desviado hacia gastos personales o todo eran gastos políticos relacionados con la gestión del organismo.

De este modo, Madaula saca de nuevo perfil en una crisis de su partido. En noviembre pasado, denunció "violencia machista silenciosa" dentro de Junts y abrió una crisis en el partido posconvergente. Ya tenía experiencia en crearle problemas a su partido: fue la diputada que canalizó las denuncias de varias mujeres contra el entonces portavoz, Eduard Pujol, que acabaron siendo archivadas por inconsistentes, pero que obligó a Pujol a dimitir. Junts lo recuperó en las últimas legislativas y hoy es diputado en el Congreso. Tras la nueva crisis provocada en noviembre, una veintena de diputados (de los 32 que tenía la formación) firmaron una carta de protesta contra ella. La diputada llegó a presentar una denuncia ante la Oficina de Igualdad del Parlament.

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Fuentes bien informadas de Junts señalan que Madaula llegó esta semana a un acuerdo con el partido para revisar el protocolo interno de prevención del acoso y no dirimir la cuestión en los tribunales. "El secretario general, Jordi Turull, le ha dicho que el protocolo se revisará y que ella debe seguir como vicepresidenta del partido. Con ello, se evita un problema enorme, ya que Madaula, por su trayectoria y los cargos que ha tenido, sabe muchas cosas internas del partido", explican estas fuentes. Curiosamente, además de ser vicepresidenta de JxCat, es portavoz de Acció per la República, un supuesto partido que firmó con Puigdemont el denominado Acuerdo del Vernet.

En todas las pomadas

De hecho, Madaula ha sido un ingrediente que siempre ha estado en todas las pomadas. Desde hace años, cuando era la pareja de Agustí Colominas (expresidente de la Fundación CatDem, la del 3%, y guía político de los primeros pasos de Puigdemont como líder de CDC, de PDeCAT y de los diferentes negociados que creó hasta llegar a Junts), comenzó a subir en política. Más tarde, formó parte de la guardia pretoriana de la condenada Laura Borràs, que la incorporó a la Mesa del Parlament en sustitución del abogado Jaume Alonso-Cuevillas, que jurídicamente planteaba dudas sobre algunos procederes parlamentarios. El día que la mesa del Parlament decidió expulsar a Borràs por corrupción, Madaula se emocionó ante los demás miembros del órgano de la cámara. Sus lágrimas sirvieron de poco: fue la única que defendió a su amiga, que también era presidenta de su partido.

Su último ofrecimiento de hacerse con el control de la interlocución del Consell de la República y CatGlobal apunta a una maniobra puramente política para seguir en la cúpula de la estructura independentista de Puigdemont y ganar peso. Madaula advirtió que, si la dejan hacer y se demuestra que hubo desvío de dinero del Consell de la República "habrá consecuencias", que es lo que piden los críticos. El reguero de escándalos que la "ministra" ha dejado a su paso no preocupa al expresident fugado, que ya dejó caer a su amigo de confianza, Sergi Miquel, como responsable de los números de Waterloo para poder seguir contando con Toni Comin como apoyo en el Europarlamento. Los que le conocen advierten que Puigdemont capea los conflictos internos muy rápido: mira hacia otro lado y abandona a su suerte a quien los protagoniza. Si Madaula coge las riendas del asunto, quizá la cúpula del Consell tenga que echarse a temblar, aunque puede ser un buen cortafuegos para el propio Puigdemont.