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La trama rusa creó una 'celula' en el Govern para negociar la ruptura con potencias extranjeras
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informe de la policía el 8 de julio

La trama rusa creó una 'celula' en el Govern para negociar la ruptura con potencias extranjeras

Un informe de la Comisaría General de Información de la Policía sitúa a Puigdemont en el vértice de una estructura jerarquizada y piramidal que buscaba romper España

Foto: Reunión en Waterloo del núcleo duro independentista. (EFE/EPA/Stephanie Lecocq)
Reunión en Waterloo del núcleo duro independentista. (EFE/EPA/Stephanie Lecocq)
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La trama rusa independentista intentó crear una estructura secreta en el Gobierno catalán para negociar con potencias extranjeras la financiación de la independencia de Cataluña y el reconocimiento de la República Catalana. Así lo desvela la Comisaría General de Información del Cuerpo Nacional de Policía en un extenso informe sobre la trama rusa catalana, elaborado hace apenas quince días, el pasado 8 de julio.

El descubrimiento de esta estructura se encontró en el teléfono de Víctor Terradellas, que había creado un chat que dejaba claro que al frente estaba Carles Puigdemont, que daba órdenes y recibía al momento los detalles de todos los contactos que se hacían. “La labor internacional al servicio de Carles Puigdemont era esencial y debía realizarse de forma confidencial. Esta acción exterior iría dirigida a Washington y Berlín, intentando con ello conseguir reuniones bilaterales con Estados Unidos y Alemania, siempre de manera discreta y secreta”, dice el informe.

El chat incluía a Pol Serrano, actual consejero municipal de Junts en Barcelona, Guillem Pursals y Roger Mallola, militante de ERC y miembro del Institut Nova Història (INH), la entidad que cobija a los historiadores separatistas.

Desde el chat, sus responsables pidieron “que se dotase a Presidencia del Govern de una ‘célula secreta’ que únicamente reportase a Carles Puigdemont o a quien éste indicase. Este equipo ‘no oficial’ de exteriores, según este informe de la Comisaría General de Información, sería "una práctica habitual en las democracias de nuestro entorno y trabajaría paralelamente con el Departamento de Exteriores”.

Foto: El expresidente catalán Carles Puigdemont. (Reuters/Bruna Casas)

La Policía ha podido determinar que la estrategia de internacionalización del proceso independentista tenía tres patas: el Departamento de Relaciones Exteriores y Transparencia, en manos del republicano Raül Romeva; el Consejo de Diplomacia Pública de Cataluña (Diplocat), un organismo público-privado que controlaba las relaciones internacionales de la Generalitat, y la secretaría de relaciones internacionales de Convergència, en manos de Víctor Terradellas. Las tres entidades iban coordinadas. Tanto que Romeva escribió un correo a Albert Royo, presidente de Diplocat, el 27 de septiembre de 2017, cuatro días antes del referéndum ilegal, en el que se recordaba: “A diferencia de otros ámbitos, el 90% de nuestro trabajo debe ser discreto y no se puede explicar (todavía)”.

Medidas de seguridad excepcionales

Por su parte, Terradellas envió una carta el 3 de octubre de 2017 a Puigdemont en la que le decía: “Os pido que me permitáis activar mi acción internacional, bajo vuestro mandato de forma discreta y confidencial, para trabajar en dos aspectos prioritarios: búsqueda de fondos y búsqueda de reconocimiento internacional”.

Foto: El juez Aguirre, en una imagen de archivo. (EFE)
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Desde el chat creado para activar la célula secreta, se determinó también que “la financiación debía ser por vía impuesta, ya que no podría existir ningún documento ni proyecto escrito que comprometiese la actuación. Finalizaba la conversación pidiendo a todos los integrantes del chat que eliminasen el mensaje con el fin de preservar su confidencialidad, como medida de seguridad”.

Las medidas de seguridad que tomaban Puigdemont y su círculo íntimo eran enormes. “La red investigada operaba a espaldas del Gobierno de la nación con el claro propósito de perjudicar la autoridad del Estado y comprometer los intereses vitales de España. Sus integrantes eran plenamente conscientes de la ilicitud de sus actividades, como demuestran las numerosas y exigentes medidas de seguridad que adoptaban en las comunicaciones, restringiéndolas únicamente a aquellas aplicaciones que consideraban seguras como Signal o Telegram, borrando mensajes comprometedores o emplazándose a conversar solo de forma personal si se trataba de temas sensibles”.

Puigdemont, control total

Además, se afirma en el informe policial que Puigdemontfue tejiendo una estructura clandestina que le sirviese a sus fines secesionistas". Bajo estas premisas, Puigdemont diseñó una organización piramidal, basada en relaciones de jerarquía y afinidad, sobre las que, en todo momento, tuvo pleno dominio funcional de la voluntad de la misma”.

Según la Policía, Puigdemont estaba informado en todo momento de los pasos que se daban y de los contactos con supuestos espías

Según la Policía, Puigdemont estaba informado en todo momento de los pasos que se daban y de los contactos con supuestos espías. “Las decisiones y pasos que la estructura ejecutaba con el objeto de establecer sinergias políticas y económicas con la Federación de Rusia le eran previamente consultadas por el nivel directivo intermedio, conformado cronológicamente primero por Víctor Terradellas y después, de forma conjunta, por Josep Lluís Alay [alto cargo del Govern en tanto que es el jefe de la Oficina del expresident] y Gonzalo Boye [letrado y asesor de Puigdemont]”.

El “aparato de poder” al mando de Puigdemont, dice el informe policial, “se caracterizaría por la fungibilidad de los ejecutores materiales, de tal manera que, aunque a lo largo del tiempo fueron cambiando los actores de las escalas intermedias, la organización continuaba funcionando y desarrollando la misma estrategia, gracias a la estabilidad que aportaba el último responsable, que aseguraba la continuidad de la línea establecida, así como ostentar un pleno dominio de las actividades, rendición de cuentas y aprobación de las iniciativas, como era Carles Puigdemont”.

Además del fugado y de ese círculo cerrado, a Puigdemont le ayudaron en esa trama la exconsejera de Presidencia Elsa Artadi, el empresario Jordi Sardà, la periodista afincada en Rusia Natalia Boronat, el empresario Oriol Soler, el también empresario y ex alto cargo de ERC Xavier Vendrell, o el exjefe de Comunicación de CDC y del Govern, David Madí. La policía ha realizado también sendos informes sobre el periodista y productor cinematográfico Carles Porta y sobre el diputado de Junts Francesc Damases, socio de Terradellas en dos entidades sociales y el principal apoyo parlamentario de Laura Borràs.

Foto: Carles Puigdemont en una imagen de archivo. (EFE/Olivier Hoslet)

Entre las personas rusas investigadas se encuentran Miroslav Melnik, Alexander Dmitrenko, Edvard Chesnokov, Denis Vtavheslavovich Sergeev, Sergei Motin, Sergei Markov, Nikolay Sadovnikov, Maksim Veleryevich Rodionov, Nikolay Sergeevich Ezhov, Artem Likoyanov, Sergei Sumin y Aman Urazbayevich Yusupoz. Algunos de ellos son espías rusos que pasaron por Barcelona en las semanas previas al referéndum ilegal.

Hace apenas tres semanas, el titular del juzgado de instrucción número 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre, abrió una causa separada sobre la trama rusa, al encontrar indicios de la hoja de ruta separatista en los documentos incautados por su juzgado, que podrían ser constitutivos de delitos por traición, declarando la inamnistiabilidad de los integrantes de la red y donde detallaba el plan para lograr la independencia de Cataluña buscando financiación extranjera y el apoyo de otras potencias.

La trama rusa independentista intentó crear una estructura secreta en el Gobierno catalán para negociar con potencias extranjeras la financiación de la independencia de Cataluña y el reconocimiento de la República Catalana. Así lo desvela la Comisaría General de Información del Cuerpo Nacional de Policía en un extenso informe sobre la trama rusa catalana, elaborado hace apenas quince días, el pasado 8 de julio.

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