Boluda, con Felipe González y Sarkozy, saborea en París lo que no tiene en el Bernabéu

"Hoy recibo dos honores: Esta condecoración, por supuesto, la más prestigiosa de todas. Para un empresario español que trabaja en Francia desde hace 15 años, esta es la más bella distinción. No hay nada igual en el mundo para mí. El segundo honor es usted, señor presidente: usted aceptó entregar esta condecoración, una prueba más de su gran apego a mi país, España". Fue el pasado jueves 16 de junio, en París. Embriagado por la emoción del momento, ante un escenario pleno de 'grandeur' (el Pavillon Vendôme) y rodeado de familiares, amigos, empresarios, políticos y empleados, el acaudalado naviero valenciano Vicente Boluda (Valencia, 1955) agradecía los honores que acababa de recibir, la insignia de caballero de la Legión de Honor de la República francesa, una de las más prestigiosas del país vecino. No importa que esa distinción la reciban anualmente unas 2.000 personas: lo relevante fue que a él se la entregaba personalmente un expresidente de la República, el controvertido Nicolas Sarkozy.

Pero Sarko no era el único de tan alta responsabilidad en la sala: entre los invitados destacaba el expresidente del Gobierno Felipe González, líder del partido socialista durante lustros y ahora asesor y miembro de diversos consejos de administración, entre ellos, el de Boluda Towage (una de las dos patas del 'holding' Boluda Corporación Marítima), lo cual explica nítidamente su presencia en un acto tan distante de los territorios habituales del exlíder socialista. 'Quid pro quo' (quién le iba a decir al Isidoro del congreso de Suresnes que casi medio siglo después habría cambiado el traje de pana por el oropel de la plaza Vendôme).

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No tan nítida, sin embargo, fue la motivación del expresidente francés como inhabitual maestro de ceremonias en representación de la República, imponiendo personalmente la medalla al naviero. Oficialmente, Boluda recibió esta alta distinción por los "notables servicios prestados a Francia" y "la trayectoria profesional del armador y empresario valenciano, como un ejemplo empresarial en el ámbito internacional". En todo caso, el galardón refleja el compromiso de Vicente Boluda con Francia tras la compra, en 2007, de la empresa de remolque Les Abeilles, denominada desde ese año Boluda France SLU (70 barcos, 1.200 trabajadores y actividad en una docena larga de puertos franceses). La firma desempeña en el país vecino una importante labor en la seguridad y operatividad en las aguas marítimas y puertos y en sus departamentos de ultramar en el Índico y en la costa oeste de África.

Lo que viene siendo corrupción

Quince años de desarrollo empresarial en el país vecino dan de sobra para establecer una tupida red de contactos y conexiones, empresariales y políticas. Por mucho que Sarkozy pusiera punto y final de mala manera a su carrera política, enredado (y condenado) en los tribunales por financiación ilegal de su partido (ay, Gadafi) y tráfico de influencias (lo que viene siendo corrupción), no hay por menos que reconocer el peso y la influencia del naviero valenciano, segundo en el 'ranking' mundial del mercado de remolcadores, por conseguir atraer a dos expresidentes tan notables a su exaltación.

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Y si el brillo lo pusieron los dos exmandatarios en el escenario de la deslumbrante plaza parisina, el auditorio llegó directamente desde la orilla del Turia. Más de 150 invitados acudieron expresamente desde Valencia para acolchar de aplausos y afecto la gloria del empresario. Entre ellos, sus dos hijos y herederos del imperio Boluda (sus dos hermanas han abandonado recientemente el capital de la firma y cedido el control en solitario al naviero).

Amigos y socios

Y detrás, una cohorte de sus amigos y colegas de AVE (Asociación Valenciana de Empresarios), la organización de grandes empresarios de la Comunidad Valenciana que también preside (con la complicidad de Juan Roig), al frente de la cual se encontraba, cómo no, el incombustible Federico Félix, el ya retirado 'rey del pollo' y primer presidente de AVE, así como Agnés Noguera, la financiera valenciana de origen francés (su hermano Alejandro fue cónsul de Francia en Valencia), cuya familia ha sido accionista histórica del Grupo Prisa.

Junto con el embajador de España en Francia y en representación de la Generalitat y de la Administración, los socialistas Arcadi España ('conseller' de Hacienda) y el presidente de la Diputación de Valencia, Toni Gaspar, ambos con aspecto de no saber muy bien qué pintaban en tan glamurosa recepción. Los acompañaba Aurelio Martínez, presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia (su presencia no fue baladí: es hoy el primer puerto de España y del Mediterráneo en tráfico de contenedores). Martínez se halla embarcado en estos momentos en un prácticamente ganado pulso a favor de la mega ampliación del puerto frente a los partidos a la izquierda del PSOE y los nacionalistas, incluido el alcalde de la ciudad, Joan Ribó, que acusan a la obra de perjudicar gravemente el medio ambiente litoral.

Un embarazoso asunto

El apoyo de la comunidad empresarial portuaria, así como de los grandes empresarios de AVE, con Boluda al frente de ambas instituciones, sumado al de la parte socialista del Gobierno autonómico, parece haber inclinado la balanza por el lado de la ampliación (la reciente y explosiva dimisión de Mónica Oltra, vicepresidenta de la Generalitat por Compromís, no parece que vaya a contribuir a un cambio de equilibrios en tan embarazoso asunto).

Un solemne acto, organizado a la perfección y hasta en sus últimos detalles por la anfitriona y esposa del naviero, Esther Pastor (en su anterior vida, poderosa y muy influyente secretaria autonómica de Organización, Coordinación y Relaciones Institucionales de Presidencia de la Generalitat durante el mandato de Alberto Fabra), quien durante toda la semana anterior cuidó 'in situ' que nada fallara en el homenaje a su marido. Pastor ha adquirido un peso creciente en los otros negocios de Boluda durante los últimos años y representa al naviero en los consejos de sus inversiones en medios de comunicación, COPE y el diario digital 'Valencia Plaza', en cuyos consejos coincide con el prestigioso abogado José María Mas Millet, la mano que mece la cuna de la Conferencia Episcopal en los medios, en otros tiempos presidente de Antena 3 y secretario general de Telefónica.

Colmado de honores y bulas (en 2020, Boluda recibió de manos del cardenal Bertone la acreditación como caballero de la Orden de San Gregorio Magno, conocida como caballero del Papa: a Dios rogando...), nada parece ya interponerse entre el naviero y la gloria nunca imaginada hace algunas décadas cuando correteaba por la casa de campo familiar en la bucólica localidad valenciana de Navajas. ¿Nada? Una 'pequeña' aldea madrileña, denominada presidencia del Real Madrid, sigue siendo el sueño imposible (salvo aquellos seis infaustos meses como presidente interino en 2009) de este socio y ferviente seguidor de los colores madridistas. Pero demos tiempo al tiempo. Si ya ha seducido a la República francesa, ¿no lo iba a hacer con el Bernabéu?