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Nueva guerra de los naranjeros españoles contra Sudáfrica: "Están haciendo trampas"
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TRATAMIENTO EN FRÍO

Nueva guerra de los naranjeros españoles contra Sudáfrica: "Están haciendo trampas"

La patronal citrícola cuestiona las inspecciones de los técnicos holandeses en el puerto de Róterdam y asegura que los exportadores incumplen la norma del tratamiento en frío

Foto: Protesta de agricultores en Valencia. (EFE/Manuel Bruque)
Protesta de agricultores en Valencia. (EFE/Manuel Bruque)

Los naranjeros españoles han vuelto al alzar la voz ante lo que consideran un sistemático incumplimiento de la normativa en materia fitosanitaria de los exportadores de cítricos sudafricanos. La Comisión Europea aprobó el año pasado la exigencia de aplicar el tratamiento en frío a los cargamentos de naranjas procedentes de Sudáfrica como medida preventiva para la plaga conocida como falsa polilla. Fue un éxito parcial del sector, que venía haciendo lobby en favor de este control sanitario, pues la Unión optó por aplicarla solamente a las naranjas, pero no a mandarinas, limones o pomelos.

El requisito obliga a los comerciantes a enfriar los contenedores durante todo el trayecto, tal como exigen también otros países como Estados Unidos, China, Corea o la India. En Sudáfrica, sin embargo, la norma ha sido interpretada como una agresión comercial. El Gobierno del país ha elevado una queja a la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la diplomacia sudafricana aprovecha cada foro multilateral con la Unión o los estados miembros implicados para meter el conflicto en la agenda.

La medida, además de tener un efecto fitosanitario, encarece los costes de transporte (100 millones de euros para el sector, según Sudáfrica) de un producto que nutre los estantes de los supermercados cuando no hay oferta europea, pero que se solapa con la naranja de España en los meses donde coinciden variedades tempranas y tardías. Esto ha venido ocurriendo cada vez más como consecuencia de la plantación en Sudáfrica de variedades de ese tipo.

Foto: Protesta de agricultores valencianos por el precio de los cítricos. (EFE/Kai Försterling)

Este lunes, la Interprofesional Citrícola Española (Intercitrus) denunciaba a través de un comunicado que los exportadores sudafricanos y los grandes importadores europeos, en su mayoría holandeses, están recurriendo a un "ardid" para relajar el control sanitario al "aplicar la temperatura de tratamiento al contenedor y no, como exige la normativa europea, enfriar la parte central de la fruta durante todos los días estipulados". De esta manera, denuncian que el llamado cold treatment no es efectivo contra la falsa polilla. "El modo de proceder de estos exportadores es el mismo que el materializado durante casi toda la campaña pasada: las partidas de naranjas sudafricanas llegan a los puertos europeos con un certificado fitosanitario que sobre el papel acredita el cumplimiento del protocolo y en algún lugar los inspectores lo dan por bueno sin solicitar los registros de temperatura de las tres sondas de pulpa, con lo que cursan su normal acceso al mercado europeo sin realizar mayor verificación", denuncia la patronal citrícola, poniendo en duda el papel de la inspección en frontera.

La competencia de inspección y supervisión del cumplimiento de la norma comunitaria corresponde a los Estados miembros. Y el grueso de la naranja sudafricana entra en el mercado común europeo a través del puerto neerlandés de Róterdam. Países Bajos fue, de hecho, el único país que votó en contra de aplicar el tratamiento en frío, en una negociación muy compleja en la que al final la diplomacia española logró sumar una mayoría a su posición, pese a la resistencia inicial de estados como Alemania, muy demandante de cítricos en los meses en que no hay producción española. Son conocidos en el sector español los vínculos entre los importadores holandeses y los productores sudafricanos.

Foto: El sector naranjero está en pie de guerra. (EFE/Biel Aliño)

La Comisión Europea no tiene constancia formal de que se estén incumpliendo los requisitos. Intercitrus no aporta mediciones, pero asegura que la temperatura de tratamiento requerida no se aplica sobre la parte central de la fruta, "como así exige expresamente la normativa internacional, la NIMF 42, a la que se refiere el reglamento europeo". "Se enfría la temperatura ambiente, la del set point del contenedor (no la del fruto), por lo que este método alternativo’no garantiza la eliminación de las posibles larvas de la plaga en el interior de las naranjas", insisten.

Fuentes del sector no dudan en apuntar a los inspectores holandeses como responsables de la relajación en los controles en frontera de la realidad de los certificados fitosanitarios, aunque por ahora no se han iniciado acciones administrativas o judiciales contra Países Bajos. Intercritrus ha instado a la Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión "que haga valer sus propias normas y que regule para ello un sistema de comprobación rápido e inequívoco sobre el cumplimiento del tratamiento de frío".

De trasfondo en el conflicto subyace la evidente guerra comercial entre productores españoles y sudafricanos, que alcanza el cenit justo estos meses de arranque de otoño, cuando el producto se solapa. A mayor abundancia de naranja en el mercado, precios más baratos. Intercitrus liga la supuesta relajación en los controles en frontera con el incremento de las ventas del cítrico africano. "La patronal sudafricana estimó a comienzos de esta campaña que la aplicación del tratamiento de frío iba a reducir en un 20% sus ventas de naranjas a la UE. Lo cierto es que hasta mediados de septiembre sus exportaciones a la UE han aumentado un 13% con respecto a 2022 y un 8,3% en relación a 2021", afirma. Pero también es verdad que la pasada campaña registró una producción nacional corta, insuficiente para cubrir la demanda europea, un factor que puede haber influido también en la mayor entrada de producto de fuera de la Unión.

Los naranjeros españoles han vuelto al alzar la voz ante lo que consideran un sistemático incumplimiento de la normativa en materia fitosanitaria de los exportadores de cítricos sudafricanos. La Comisión Europea aprobó el año pasado la exigencia de aplicar el tratamiento en frío a los cargamentos de naranjas procedentes de Sudáfrica como medida preventiva para la plaga conocida como falsa polilla. Fue un éxito parcial del sector, que venía haciendo lobby en favor de este control sanitario, pues la Unión optó por aplicarla solamente a las naranjas, pero no a mandarinas, limones o pomelos.

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