El primer 9 d'Octubre de PP y Vox en la Generalitat aflora las cuentas pendientes con el Gobierno

No hubo mejor detalle como prueba del tono político que este lunes sobrevoló el acto institucional del 9 d'Octubre que el aplauso que los diputados del PP (y por contagio otros asistentes) lanzaron cuando el presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, hizo referencia a la necesidad de desbloquear la ampliación del Puerto de Valencia. Al contrario que los años anteriores, cuando la claque esperaba hasta el final para aplaudir, la primera celebración del Día de la Comunitat Valenciana con el Partido Popular y Vox al frente de la Generalitat estuvo marcada este lunes por el espíritu reivindicativo de los discursos frente al Gobierno central, en lo que ya viene siendo desde hace semanas una tónica general en el debete político autonómico ante una previsible investidura del líder del PSOE Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.

Jaleado por los suyos, criticado soto voce por los diputados socialistas, que afeaban el hecho de convertir el acto institucional autonómico en una proclama de deberes para el Gobierno central, Mazón se estrenaba como anfitrión en el solemne evento en el Saló de Corts flanqueado por los consellers designados por el Partido Popular y Vox. Fue la vicepresidenta segunda Susana Camarero (PP) y no el primero, Vicente Barrera (Vox), quien ejerció, en calidad de secretaria del gobierno, de presentadora e introductora de discursos y premiados. Una diferencia con el Botànic de Ximo Puig, en el que ese papel se reservaba para la vicepresidencia de la socia de coalición Compromís, primero con Mónica Oltra, y Aitana Mas, en el tramo final de la pasada legislatura.

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La efeméride tenía el interés de saber cómo iba a enfocar Presidencia de la Generalitat su tono. No tardó en despejarse la incógnita. Tras una primera condena "a los actos terroristas acaecidos en territorio de Israel" y una referencia a las víctimas del "sinsentido y el fanatismo", Mazón reivindicó con motivo de la festividad "una Comunitat grande, abierta y hospitalaria, donde caben todos los que quieran sentirse en casa. Como quieran sentirse, como quieran expresar su manera de ver la vida, como quieran construir su proyecto personal. Porque aquí serán un valenciano más si así lo quieren".

Y a continuación realizó un repaso de las "palancas" que, a su juicio, deberían servir para "consolidar nuestra condición de tierra fértil para las oportunidades y para ese progreso económico y social que ha de alcanzar al conjunto de los ciudadanos". Palancas, todas ellas, cuya competencia está en manos del Gobierno central. Fue entonces cuando hizo alusión de la necesidad de "fijar y priorizar infraestructuras estratégicas" como el Puerto de Valencia. "No es un capricho autonómico, sino una necesidad de toda España", señaló, momento en el que se produjeron los aplausos de una parte de los asistentes.

Mazón, que intercaló frases en valenciano en la intervención, aludió al déficit de financiación, para el que reclamó "una solución satisfactoria, no cualquier solución", y a obras todavía inconclusas como el corredor mediterráneo de ferrocarril. Exigió al nuevo Ejecutivo central una respuesta en materia de inversiones "que sea acorde al peso y proyección de la economía valenciana", en clara referencia al 10% de PIB y población que la autonomía representa en el conjunto de España, y una solución "sensata y sostenible al problema del agua en provincias como la de Alicante", aunque sin hacer una referencia explícita al trasvase del Tajo-Segura. La lista de deberes al Gobierno la completó con una alusión a la industria cerámica, "especialmente desatendida a pesar de su contribución estratégica a la riqueza común". También reivindicó el Derecho Civil Valenciano, pese a que su partido se ha negado en el Congreso de los Diputados a garantizarlo a través de una reforma de la Contitución.

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El barón popular, que citó en su intervención al escritor alicantino José Martínez Ruiz 'Azorín' y al cantante valenciano Nino Bravo, premiado a título póstumo con la distinción de la Generalitat, defendió además un autonomía con una "perspectiva abierta, tolerante, sin asfixias. La que no necesita copiar o inspirarse en otras hojas de ruta territoriales que poco o nada se parecen a la fijada en el espíritu y la letra de nuestro Estatuto", deslizó en lo que se interpreta como una alusión a la negociación con Cataluña. "Me niego a pensar que la diversidad de esta tierra tenga propietarios. Nuestra diversidad es la rica y variada realidad de lo que somos, valencianos y españoles".

En la parte que corresponde a las competencias autonómicas, Mazón se comprometió "cumplir con expectativas igualmente legítimas" en materia de sanidad, servicios sociales, sanidad, educación y políticas para jóvenes. "Para cumplir con esas expectativas no es suficiente con la petición de más recursos, sino con la garantía de una gestión eficiente que avale nuestros propios argumentos", se puso como deber.

El acto institucional reunió a las principales autoridades y representantes políticos valencianos. El anterior president, el socialista Ximo Puig, ocupó un discreto segundo plano junto a Joan Lerma (PSPV) y Alberto Fabra (PP). Los expresidentes con procedimientos judiciales abiertos o condenados, Eduardo Zaplana, José Luis Olivas y Francisco Camps no asisten al encuentro en el Palau.

Tras la entrega de las distinciones y los discursos en el Saló de Corts de la Generalitat, se produjo la tradicional procesión cívica por las calles de Valencia, con el paseo de la 'Reial Senyera', esta vez sostenida por la nueva alcaldesa de la ciudad, María José Catalá. La bandera culminó el recorrido entrando por la puerta de la Catedral, una tradición que había suspendido el anterior alcalde, Joan Ribó, por entender que el gesto era contrario a la aconfesionalidad constitucional.