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De Louis Vuitton a un gimnasio: cuando la ciudad de Valencia quiso ser Montecarlo
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De Louis Vuitton a un gimnasio: cuando la ciudad de Valencia quiso ser Montecarlo

El cierre de la tienda de lujo en Poeta Querol, la Milla de Oro valenciana, y su posterior conversión en un gimnasio, coincide con una transformación en el comercio local

Foto: Vista de la mascletá disparada desde la Plaza del Ayuntamiento de Valencia. (EFE/Ana Escobar)
Vista de la mascletá disparada desde la Plaza del Ayuntamiento de Valencia. (EFE/Ana Escobar)

Atosigada por los efluvios de la Copa del América y la Fórmula 1, en pleno deseo por situarse en el mapa en plena competición entre urbes, la apertura de Louis Vuitton en el número 5 de la calle Poeta Querol de Valencia tuvo un efecto simbólico en la primera parte de este siglo: la conocida como Milla de Oro de la ciudad -a unos pasos de la Plaza del Ayuntamiento y cruzada con la calle la Paz- se atribuyó por entonces la cualidad de iniciar un nuevo rumbo. Valencia se miraba en Montecarlo y le nacían, brotando del asfalto, enseñas de relumbrón. Junto a Louis Vuitton, llegaron Salvatore Ferragamo, Hermès, Bulgari, Celine…

La mayor expresión de ese sueño fue la fiesta que Prada celebró en 2007 en el Mercado Central y que contó con celebridades pujantes, por entonces, como Demi Moore y Ashton Kutcher, Chlöe Sevigny, Rafa Medina, la propia Miuccia Prada y, por supuesto, Rita Barberá. Una fiesta privada de resonancias fundacionales. Aunque solo se tratase de un espejismo.

Foto: Un avión despega en el aeropuerto de Manises de Valencia. (EFE/Kai Forsterling)

El lujo que se apelotonaba en torno a Poeta Querol no respondía tanto una demanda como a la percepción de que podía conformarse una oferta exclusiva, toda una novedad para Valencia, llamando a la puerta de un nuevo circuito. Era una declaración de intenciones con el objetivo final de que el tipo de turismo fuera más monegasco que chancletero.

Cerca de quince años después el cierre de Louis Vuitton y el desmantelamiento de la mayoría de tiendas de lujo ubicadas en la Milla de Oro -apenas aguanta Lladró- sirve de epílogo de una época. También Loewe anunció recientemente la marcha de la que fue la ubicación más premium.

Si nuestros bajos comerciales tuvieran la fuerza necesaria para definir un momento, el recambio de Vuitton ejemplifica el estreno de otra época: en aquel escaparate señero donde bolsos despampanantes buscaban la seducción del turismo desprendido, abrirá un gimnasio de la marca Orangetheory Fitness, adelantó Valencia Plaza.

Foto: El grupo Nebulossa. (Kike Rincón/Europa Press)

Se suma a la modificación en marcha de las constantes comerciales: lejos de Hermès y Ferragamo, las aperturas más destacadas en los últimos años en Querol son las de los supermercados Eroski y Mulaya (la marca china de moda rápida). La Milla de Oro es otra cosa. Sirve para entender la consolidación de un turismo bien diferente al que Valencia aspiraba hace década y media. La dependencia de Manises respecto a las operaciones de Ryanair, y su circunscripción a rutas cercanas (Italia y Francia a la cabeza), configura una demanda que encaja poco con un visitante de alto poder adquisitivo.

La menor pujanza de Poeta Querol como calle emblema ha permitido un mayor grado de concentración en torno a la calle Colón y Juan de Austria, dos vías de mayor paso, principales arterias comerciales. El Informe de Retail del año 2023 para Valencia que realizan las consultoras Gesvalt y aRetail sitúa a Colón con una ocupación del 96%, mientras que Juan de Austria está en un 100%, con la mayoría de locales destinados a moda y con un sesgo a favor de la restauración en el caso de Juan de Austria.

Foto: La chef Vicky Sevilla. ( EFE/Sergio Pérez)

Los precios van desde los 200€/m2 para los locales de menos de 100 metros cuadrados en Calle Colón -150€/m2 en el caso de Juan de Austria- hasta los 60€/m2 para superficies de más de 1.000 metros cuadrados -por los 35€/m2 en el caso de Juan de Austria-. Si en Poeta Querol el metro cuadrado llegó a pagarse por 100 euros, ahora baja de los 30.

Otro de los puntos calientes en el entorno es la Plaza de la Reina, cuya peatonalización ha elevado el listón en sus calles adyacentes. La propia Loewe desplaza su tienda desde Querol hasta la Paz, esquina Reina, una ubicación con paso constante.

Foto: El antiguo casino Monte Picayo, cerrado en 2014.

Coincide con la nueva pretensión de las principales marcas de moda por transformar sus tiendas en espacios de visibilización y no tanto de venta. Frente a una comercialización concentrada por vía electrónica, su retahíla de cierres contrasta con la apertura de flagships en las principales ciudades españolas, desde donde buscan implementar los valores de la marca en zonas de mucho tráfico.

Montecarlo ya queda lejos y, frente a la ilusión de una ciudad segmentando su turismo, ganó el granel.

Atosigada por los efluvios de la Copa del América y la Fórmula 1, en pleno deseo por situarse en el mapa en plena competición entre urbes, la apertura de Louis Vuitton en el número 5 de la calle Poeta Querol de Valencia tuvo un efecto simbólico en la primera parte de este siglo: la conocida como Milla de Oro de la ciudad -a unos pasos de la Plaza del Ayuntamiento y cruzada con la calle la Paz- se atribuyó por entonces la cualidad de iniciar un nuevo rumbo. Valencia se miraba en Montecarlo y le nacían, brotando del asfalto, enseñas de relumbrón. Junto a Louis Vuitton, llegaron Salvatore Ferragamo, Hermès, Bulgari, Celine…

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