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Valencia, la capital de la cerámica… que podría ser: "Queda mucho trabajo por hacer"
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Valencia, la capital de la cerámica… que podría ser: "Queda mucho trabajo por hacer"

Con un gran legado de tradición cerámica y un renovado ecosistema, la ciudad apenas la incluye en su estrategia. Sin embargo, en pleno centro, se ubica el Museo Nacional de Cerámica

Foto: Valencia reúne todos los ingredientes para ser capital cerámica. (Cedida)
Valencia reúne todos los ingredientes para ser capital cerámica. (Cedida)

Con un rápido vistazo callejero es fácil dar con la presencia de la cerámica en Valencia. En algunos barrios de moda, como el Cabanyal, el Carmen o Russafa, puede hacerse un recorrido sin apearse de taller en taller cerámico (en aquellos bajos que todavía no tienen candado de apartamento turístico en la puerta). En pleno centro, el Museo Nacional de Cerámica ocupa el Palacio del Marqués de Dos Aguas. Es el único museo nacional en la tercera capital de España, y que depende directamente de la dirección general de Bellas Artes (en 2023 recibió 217.000 visitantes, la mayor cifra de su historia).

A apenas unos minutos de distancia, el municipio de Manises celebra su Bienal Internacional de Cerámica, convertida en ciudad creativa de la Unesco por su potencia y legado en la cerámica artesanal. Como Manises, también Paterna –en la misma corona metropolitana– tiene su museo municipal de la cerámica.

placeholder Es un momento dulce para la cerámica. (Cedida)
Es un momento dulce para la cerámica. (Cedida)

Escalando, la industria cerámica valenciana, con foco en Castellón, acapara la principal producción española, mientras que patrimonios cerámicos como los de Nolla viven una segunda época de esplendor. Espacios abandonados, como La Ceramo, están a la espera de regenerarse.

Esa proliferación de emplazamientos encaja con la resistencia de un sector que, enterrado a menudo y acusado de haberse anquilosado, ha sabido renovarse y ya forma parte indisociable de la creatividad contemporánea. En ese contexto, Valencia reúne todos los ingredientes para ser capital cerámica, aunque en sus sucesivos planes estratégicos ni tan siquiera se nombra. Contrasta con posicionamientos de otras ciudades medias como Oporto, que han construido a partir de su oferta cerámica un discurso potente.

placeholder Hay quienes ven en la cerámica una manera de amortiguar la exposición a la pantalla o al exceso multitarea. (Cedida)
Hay quienes ven en la cerámica una manera de amortiguar la exposición a la pantalla o al exceso multitarea. (Cedida)

En uno de esos enclaves, el taller y sala expositiva Plou Estudi, su responsable Elena López abrió al calor de un ecosistema favorable. A unos pasos del IVAM y de l’Etno, es una exponente de la renovación de la actividad que llevan entre manos. “Estamos viviendo un momento dulce para la cerámica en general, no solo en Valencia, pero aquí especialmente por su tradición”, explica.

"Se manifiesta en los talleres de cerámica que se han ido expandiendo en los últimos años, en el valor que se le da a este tipo de productos artesanos y a las propuestas artísticas que cada vez más optan por este tipo de materiales y técnicas". La ceramista Ana Illueca (impulsa del proyecto ADN Cerámico) lo explica por "un legado, una tradición: hemos sido potencia mundial en la exportación de cerámica en el siglo XVII, XVIII… Pero no es solo una cuestión de tradición, sino de conocimiento. La proliferación de talleres cerámicos. Permite que se expanda. Eso sirve de acercamiento, pero falta más profesionalización, que seamos capaces como artesanos de profesionalizarnos más". En esa nueva relación entre la cerámica y los nuevos públicos, hay dos afluentes principales. Por un lado, quienes ven en la cerámica una manera de amortiguar la exposición a la pantalla o al exceso multitarea.

placeholder Muchos profesionales de otras especialidades se sienten atraídos por la cerámica. (Cedida)
Muchos profesionales de otras especialidades se sienten atraídos por la cerámica. (Cedida)

Una forma sencilla de poner el foco en una única actividad. Como señala Elena López, es “gente interesada a nivel amateur, personas que se dedican a otras cosas, pero les apetece probar con el barro, hacer cosas con las manos, concentrarse durante unas horas en una sola cosa y la satisfacción de beberte el café de la mañana en una taza que has hecho tú misma”.

placeholder Cilindro de cerámica. (Cedida)
Cilindro de cerámica. (Cedida)

Illueca lo encaja en un “movimiento en auge a nivel mundial. La cerámica atrapa, tiene un poder de conexión con lo presente en un momento de grandes distracciones. Permite centrarnos en algo. La escuela cerámica de Valencia, de hecho, ha ampliado mucho sus plazas, ha nacido un máster especializado… La sociedad actual está pidiendo medios, espacios temporales, en los que desarrollarse a un ritmo en el que podamos pensar”.

Por otro lado, profesionales de otras artes que sienten atracción por la cerámica como vía de expresión. "Muchos creativos se están sintiendo atraídos. Y es que la cerámica es muy extensa. Te abre mil puertas para poder hacer mil pruebas diferentes... y te da sorpresas que te abren otras mil puertas", explica López. Para Illueca, "queda mucho trabajo por hacer para mostrar las posibilidades que tiene: la cerámica contemporánea, que es un modo de expresión como cualquier otro. Todavía lo que más se ve es cerámica utilitaria (la que podemos encontrar en las mesas)".

A propósito de cómo la ciudad integra la cerámica en sus objetivos como ciudad, Illueca hace un diagnóstico de oportunidad por aprovechar. "En Manises hay mucha actividad, pero en la ciudad de Valencia faltan por explorar muchas posibilidades. Lo más difícil para construir ciudad es tener el producto, y aquí ya lo tenemos. Debemos trabajar para ser el centro de cerámica contemporánea de Europa. Hay otras ciudades invirtiendo en la artesanía contemporánea y la cerámica. Nosotros deberíamos apretar el acelerador. Gana el que primero lo dice. Y no tenemos que crear desde cero, sino convencernos".

Con un rápido vistazo callejero es fácil dar con la presencia de la cerámica en Valencia. En algunos barrios de moda, como el Cabanyal, el Carmen o Russafa, puede hacerse un recorrido sin apearse de taller en taller cerámico (en aquellos bajos que todavía no tienen candado de apartamento turístico en la puerta). En pleno centro, el Museo Nacional de Cerámica ocupa el Palacio del Marqués de Dos Aguas. Es el único museo nacional en la tercera capital de España, y que depende directamente de la dirección general de Bellas Artes (en 2023 recibió 217.000 visitantes, la mayor cifra de su historia).

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