El Roig Arena no quiere ser otro Bernabéu: negocia con los vecinos para evitar conflictos

La dirección del Roig Arena, el nuevo complejo deportivo de 47.000 metros cuadrados y un aforo de más de 18.000 espectadores que construye en Valencia el dueño de Mercadona Juan Roig ha arrancado contactos con las asociaciones de vecinos de área de influencia para recoger inquietudes, intercambiar información y tratar de evitar conflictos futuros en la calidad de convivencia como los que están sufriendo los residentes del entorno del estadio Santiago Bernabéu en Madrid desde que ha multiplicado su actividad de explotación más allá de lo futbolístico.

Fuentes oficiales del Roig Arena confirmaron a preguntas de El Confidencial la existencia de estas reuniones con las asociaciones vecinales, si bien evitaron hacer más comentarios para no entrar en conflicto con el club que preside Florentino Pérez. La consigna es de total discreción pública con las conversaciones ciudadanas para no alimentar alarmas y equiparaciones con el estadio del Real Madrid. Con todo, Licampa 1617, la sociedad limitada promotora, considera que el caso no es análogo, entre otras razones, porque el estadio madridista no es un pabellón cerrado, cubierto y con instalaciones acústicas dirigidas a minimizar el ruido como el de Valencia, sino un recinto a cielo abierto que cuenta un techo retráctil sin elementos de aislamiento.

Esa característica de cierre parcial explica que cuando se producen conciertos multitudinarios en el recinto madrileño el ruido dentro de las casas cercanas oscile entre 60 y 80 decibelios, cuando lo permitido en zonas residenciales no puede superar el límite de 35 decibelios durante el día y 30 en horario nocturno. Lo que el Roig Arena está trasladando a los residentes de su área de influencia, según ha podido saber El Confidencial de fuentes vecinales, es que la acústica del pabellón valenciano, que tiene también en su plan de explotación la celebración de eventos musicales, no tiene nada que ver con la del Bernabéu.

El mismo barrio tiene pegado el actual Pabellón de la Fonteta de Sant Lluís, actual sede del Valencia Basket, también completamente cerrado y escenario habitual de conciertos y eventos, sin que hayan trascendido grandes conflictos. El Roig Arena, aunque es más del doble en aforo, sigue la misma línea de recintos cerrados y cubiertos. No obstante, la Federación de Asociaciones Vecinales no descarta practicar sus propias mediciones acústicas en virtud de acuerdos que mantiene con la Universidad Politécnica de Valencia con el fin de descartar excesos cuando comience la explotación comercial del complejo, según señalan fuentes de la entidad ciudadana.

La primera reunión se produjo el 25 de abril, cuando no había estallado la crisis del Bernabéu

El Roig Arena es una infraestructura ubicada en el distrito de Quatre Carreres, que comprende los barrios de Monteolivete, En Corts, Malilla, Fuente San Luis, Na Rovella, La Punta y Ciudad de las Artes y las Ciencias. Son zonas en las que se cruzan desde clases trabajadoras hasta rentas medias-altas que se han instalado en las promociones residenciales de reciente construcción.

Con todas las asociaciones de vecinos de estos barrios se han producido varias reuniones por parte de la dirección del Roig Arena desde que el pasado 25 de abril, un jueves por la tarde, se celebró el primer encuentro con los responsables de la Federación de Asociaciones Vecinales de Valencia, según ha podido saber este periódico. Fuentes de esta entidad explican que fue la propia dirección del complejo deportivo del dueño de Mercadona la que se dirigió a ellos para entablar un diálogo sobre posibles inquietudes, dudas y peticiones de información, ahora que la obra, presupuestada en 280 millones de euros, ha entrado en su fase final. La previsión es abrir puertas el año que viene. Aquí jugará sus partidos como local el club de baloncesto financiado por Juan Roig y se acogerán otros eventos deportivos y espectáculos musicales. Licampa ha creado una sociedad compartida con Arena Alive, ligada a los gestores del Festival Internacional de Benicàssim (FIB) y el Arenal Sound, para explotar el negocio paralelo al del Valencia Basket y tratar de rentabilizar la fuerte inversión.

La demanda de aparcamiento y los posibles problemas de urbanidad en el exterior del recinto cuando se producen grandes eventos multitudinarios han sido los primeros miedos que afloraron entre los representantes vecinales en el arranque de las conversaciones. También el tipo de elementos de restauración y ocio nocturno que se plantea asociar a la actividad del complejo. El estallido de la polémica del Bernabéu, larvada desde hace tiempo, pero que se intensificó el pasado mes de mayo tras trascender las elevadas denuncias y quejas de los residentes del entorno, ha introducido además el elemento de la acústica. Para tratar de hacer pedagogía y generar complicidades con los vecinos, los contactos de los responsables del Roig Arena han bajado ya un nivel cercano a los residentes directos, con comunicaciones con las comunidades de propietarios de los edificios de alrededor, concretamente con sus presidentes, según ha podido saber este diario.

Hablar para mejorar

La labor de comunicación con la comunidad está siendo intensa. "Tenemos un diálogo importante. Como federación vecinal siempre hemos mantenido contacto con el equipo técnico de Mercadona para solucionar cosas concretas en barrios con los supermercados. Lo que queremos es que se hable todo desde antes del inicio para ver si hay que hacer modificaciones o no. Nosotros estamos planteando todo aquello que veamos que se pueda mejorar porque sabemos que cuando terminan los conciertos puede haber problemas en el exterior", señalan fuentes de la organización ciudadana.

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"Nos han explicado que todo lo relacionado con carga y descarga se ha ubicado en la zona de sótanos de 2.000 metros cuadrados y que no habrá ruidos excesivos", afirman. El Roig Arena, uno de los pocos estadios europeos que tiene el acceso de camiones de suministros por la zona subterránea, también ha trasladado que prevé terminar antes de fin de año el aparcamiento para más de mil plazas en cinco alturas que el despacho ERRE Arquitectura está construyendo a pocos metros del pabellón, con un parque abierto de paso intermedio para facilitar el tránsito de peatones.

En paralelo, la dirección del Roig Arena ha iniciado conversaciones con las autoridades municipales y autonómicas para estudiar las frecuencias de rutas de autobuses de la EMT y metro de Ferrocarrils de la Generalitat con el fin de ir preparando ajustes que permitan optimizar el transporte público y propiciar una menor acumulación de vehículos privados cuando se produzcan eventos multitudinarios.