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El cepillaje y otros misterios de la economía actual
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El cepillaje y otros misterios de la economía actual

Todos se han puesto de acuerdo: hay que crear empleo. La cifra de personas de la última EPA es escandalosa. Los partidos políticos, nerviosos. Los sindicatos, nerviosos,

Todos se han puesto de acuerdo: hay que crear empleo. La cifra de personas de la última EPA es escandalosa.

Los partidos políticos, nerviosos. Los sindicatos, nerviosos, "buscando su papel", o sea, en plena crisis de identidad. Los empresarios, diciendo a los partidos que se pongan de acuerdo. Los bancos, callados.

Esteban González Ponsha dicho que "el empleo lo crean los empresarios, no los políticos".Rajoy ha dicho que su objetivo prioritario es que fluya el crédito.

Y me pongo a pensar, cosa que, en confianza, me cuesta un poco. Y pienso lo siguiente:

1. El empleo lo crean las empresas.

2. Estas empresas pueden ser grandes o medianas o pequeñas.

3. También pueden ser públicas -o sea, en parte mías- o privadas, o sea, en parte mías, si es que he puesto dinero allí.

4. En las empresas hay dos niveles:

-El nivel del que se juega su dinero, o sea, el empresario. Como la palabra "empresario" empezó a sonar mal, porque a unos cuantos se les ocurrió que todos los empresarios eran muy mala gente, ahora les llamamos emprendedores, hasta que a alguno de ellos le vaya muy bien y le volvamos a cambiar el nombre.

-El nivel de los que el empresario contrata porque él no puede o no sabe hacerlo todo.

Los empresarios y los empleados son necesarios en un país. Mucho más los empresarios, claro, porque son los que tienen ideas, se juegan sus perras y contratan gente. Lo que ahora se llama "crear puestos de trabajo".

5. Leo en La Vanguardia a Manuel Estapé, que dice: "Y como es bien sabido, si las pymes no funcionan, no se crea empleo".

6. Pues si esto es así, que me parece que es así, y además "es bien sabido", habrá que decir a los que no lo sepan que todo lo que se haga para ayudar a las pymes será bueno para un país.

7. Y, puestos a ayudar a las pymes, yo ayudaría también a las no pymes, por lo que ha dicho González Pons.

8. "Ayudar" quiere decir ayudar, o sea: no poner trabas, no hacer que el empresario pierda el tiempo y los dineros en el paso de ventanilla a ventanilla, hacer que el empresario sea una figura respetada y puesta de ejemplo, como lo son, por lo menos, Messi o Ronaldo.

9. El empresario pone su dinero y, con frecuencia, necesita más. Como es una persona honrada -porque si no lo es, no es empresario, sino facineroso-, va a un banco, le expone sus necesidades, le explica sus planes; el banco, por su parte, estudia el tema y le alquila el dinero, cobrándole unos intereses, porque ese es su negocio.

10. Si el empresario no es de fiar o si presenta un plan que no se aguanta ni con tirantes de acero, el banco no le alquila el dinero, cosa que me parece de puro sentido común.

11. Si el banco encuentra un procedimiento para, sin ningún riesgo, ganar más dinero, al empresario le dirán que no, o le exigirán tantos avales que no podrá conseguirlos. Se oirá entonces la famosa frase de que "falta demanda solvente", en vez de decir que prefiero prestárselo al Estado, que, en principio, no puede hundirse.

12. Cuanto más dinero necesite el Estado, peor aún. Esto se llama crowding out, como se podía llamar de otra manera. Y si queréis, hasta le podemos llamar flight to quality, porque el banco piensa que el Estado tiene más quality que el desgraciado del empresario y que del empresario, lo mejor es flight, o sea, volar muy lejos.

13. El Estado gasta mucho por muchas razones. Por ejemplo, porque está organizado de una manera carísima. Por ejemplo, porque alguno de los que mandan en alguna Administración de las que conforma el Estado puede pensar que necesita mucho asesoramiento y contrata muchos asesores. Por ejemplo, porque ese que manda, que, por cierto, es empleado y no empresario, tiene una familia muy extensa y se siente en la obligación de darles de comer a todos y se inventa unos empleos falsos que paga con dineros reales (nuestros).

Hay que crear empleo. Ya vale de austeridad. Sólo una pregunta: ¿quién pone el dinero? Si son los empresarios, habrá que ayudarles con todo lo que he dicho hasta ahora y con más cosas que seguro que se me han olvidado. Si es el Estado, habrá que preguntar de dónde lo saca y cuánto le cuesta el alquiler, por aquello de que los intereses aumentan el déficit y eso trae recortes e impuestos.

Antes de sentarse por primera vez en su despacho en Roma, Letta, el nuevo primer ministro italiano, ha visitado Bruselas, Berlín, París y Madrid, por este orden, para que quede claro quién manda y quién no manda.

A mí me gustaría que, después de las visitas, todos recordaran y acordaran que:

1. Vamos hacia Europa. "Europa es nuestro viaje", ha dicho el italiano. Preocupaciones de cesión de soberanía, ninguna, porque la cedimos hace tiempo.

2. Cada Estado se ha de poner guapo para ser un miembro presentable en los futuros (y deseables) Estados Unidos de Europa.

3. Guapo quiere decir serio, responsable, no alocado, sin pensar que uno es rico, dándose cuenta de que no se puede hacer el tonto en materia económica, porque lo económico repercute en lo no económico. O sea, si tú te gastas mi dinero y yo no puedo comer, un día me enfado y digo dos tacos.

4. La guapeza exige valentía. En las películas del Oeste, que a mí me gustaban mucho cuando iba al cine Actualidades en Zaragoza, el bueno siempre era guapo y valiente. Y siempre salvaba a la chica, cargándose a quien hiciera falta.

Mariano: ¿por qué no te animas a ser el guapo-valiente y te metes a cepillar a fondo la Administración Pública, o sea, la central, la autonómica y la pueblerina, y te cargas lo que haya que cargarse y rompes lo que haya que romper y al barón que se queje le quitas el caballo, le mandas a su pueblo andando y le quemas el rancho?

Y luego nos dices lo que nos ahorramos y se lo das al ICO y el ICO a las empresas y no necesitamos pedir dinero al BCE ni fabricarlo, porque resulta que ya lo teníamos en casa.

P.S.

Este último párrafo seguramente no se sostiene ni con alfileres. Lo iba a quitar para evitar que me desprecien los que saben. Pero lo dejo, porque, con desprecio o sin desprecio, hay dos cosas claras:

1. Que con la desorganización política actual tiramos el dinero que no tenemos de mala manera.

2. Que las empresas necesitan precisamente ese dinero.

He hecho un silogismo juntando las dos cosas y me ha salido el último párrafo. ¡Qué le vamos a hacer!

Todos se han puesto de acuerdo: hay que crear empleo. La cifra de personas de la última EPA es escandalosa.