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Pitayas vs. siderurgia: la 'tormenta' de metal que acabó con un cultivo experimental de fruta del dragón en Lugo
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DEL TRÓPICO A GALICIA

Pitayas vs. siderurgia: la 'tormenta' de metal que acabó con un cultivo experimental de fruta del dragón en Lugo

Andrea González lo apostó todo a Tropic Gaia, una huerta de frutas exóticas en la Mariña de Lugo. El "proyecto de su vida" está en jaque por tóxicos y metales pesados. Ha denunciado a una multinacional

Foto: Plantas de pitaya en floración en el invernadero de Xove (Lugo). Cedida.
Plantas de pitaya en floración en el invernadero de Xove (Lugo). Cedida.

Frutas tropicales en Lugo. Aunque parezca improbable, es posible y productivo. La suya es la plantación de pitaya más septentrional de España. La pitaya o fruta del dragón es una especie tropical que en Galicia tarda solo unos días más en madurar que en Huelva. Esperaba recoger más de 1.500 kilos este verano de las 1.160 plantas que cultiva en un invernadero, pero la cosecha se ha ido al garete por varias razones: un polvo rojo tóxico, una multinacional norteamericana del aluminio, una balsa de lodos y los largos tiempos administrativos.

En 2019, poco antes de la pandemia, Andrea González Río lo apostó todo a Tropic Gaia, su huerta de frutas ecológica y sostenible para la elaboración de mermeladas y productos gourmet desde Morás, una parroquia del ayuntamiento de Xove, en la costa de Lugo. Cuenta a El Confidencial que cogió las riendas de la finca familiar donde su padre ya había sido pionero en la introducción del kiwi en la dieta atlántica y amplió el catálogo con otras frutas poco comunes en Galicia; acondicionó un viejo invernadero de claveles para reconvertirlo en un vergel de frutas tropicales. Entre ellas estaba la pitaya, con alto valor nutricional y clave para reforzar el sistema inmune.

placeholder Frutas exóticas en el invernadero clausurado por contaminación. (Cedida)
Frutas exóticas en el invernadero clausurado por contaminación. (Cedida)

Más de 1.000 pies de fresa, parras de kiwis, physalis y otras frutas exóticas de producción 100% natural y sin artificios que aprendió a cultivar codo a codo con su progenitor. Fotógrafa y diseñadora, Andrea hizo de su afición, su oficio y aplicó sus conocimientos en ventas para comercializarlos a través de las plataformas Amar a Mariña e Son de Lugo, que agrupa a varios productores locales que siguen la misma filosofía de comida real libre de químicos y de kilómetro cero.

"Era el proyecto de mi vida. Todo mi esfuerzo, ahorros y conocimientos los apliqué a Tropic Gaia y vendía todo lo que tenía y más que tuviera", relata. Llevó sus pitayas y mermeladas al comedor del gigante textil Inditex, en Arteixo (A Coruña), y se abrió un hueco tras años perseverando y experimentaba como nuevas posibilidades como zumos y fruta deshidratada. Despuntó como emprendedora y su esfuerzo en la producción pionera le valió una nominación a los premios MujerAgro del ICEX.

Foto: Los acusados por el caso Carioca han desfilado estos días por la Audiencia Provincial de Lugo. (EP/Carlos Castro)

Hasta el 12 de octubre del 2023. Tiene esa fecha grabada a fuego porque ese día de intenso calor tres incendios forestales cercaron la zona entre Ribadeo, Traba y Foz, en plena seca y con vientos por encima de los 100 kilómetros por hora. Cuando llegó a su huerta, un polvo rojo lo recubría todo y saltaron todas las alarmas ambientales. "Fue la tormenta perfecta: calor, sequía y un viento fortísimo trajo un polvo rojo que lo impregnó todo: las plataneras, rojas, el suelo rojo". Presentó una denuncia ante el Seprona de la Guardia Civil y los análisis confirmaron los peores presagios: una larga lista de metales pesados contenidos en esa polvareda rojiza.

Ella misma lo reconfirmó encargando un análisis particular a un laboratorio con parámetros muy elevados que mostraban "una alteración del PH de la tierra". El 10 de diciembre, el Servicio de Explotaciones Agrarias de Lugo, dependiente de la Consellería de Medio Rural de la Xunta prohibió comercializar cualquier producto de Tropic Gaia como medida cautelar tras detectar elementos muy contaminantes como arsénico, cadmio, mercurio, plomo y aluminio.

'Prohibido entrar: contaminantes'

El gran problema (personal y empresarial) de Andrea se llama Alcoa. La siderúrgica es parte de una multinacional de capital norteamericano -Alumina Limited- y mantiene una planta en San Cibrao, no muy lejos de la huerta de Andrea. Trabajan con alúmina, bauxita y aluminio y su balsa de lodos está en la zona de influencia de Tropic Gaia "a 500 metros en línea recta", señala González, que denuncia que la empresa ha ido ampliando la balsa "sin permiso y retirando la barrera natural de árboles, lo cual es aún más sangrante".

placeholder Cartel que señaliza el invernadero de Tropic Gaia en Lugo. (Cedida)
Cartel que señaliza el invernadero de Tropic Gaia en Lugo. (Cedida)

Andrea González ha denunciado a la metalúrgica ante el juzgado de Viveiro (Lugo) por la presencia de polvo nocivo en su invernadero y los perjuicios para una producción que ella vende como "libre de tóxicos" y que se ha malogrado por completo. Es una batalla judicial desigual: una pequeña emprendedora local contra toda una multinacional que todavía va para largo después de una vista de conciliación infructuosa. "Alcoa lo niega todo y no se hacen cargo de nada, pero el Seprona certificó que el viento soplaba fuerte de la balsa de lodos hacia mi invernadero. No hay otra explicación", reitera.

La multinacional, que no se ha querido pronunciar sobre esta cuestión, guarda silencio mientras la propietaria de la huerta ecológica está a la espera de conocer las últimas analíticas del 14 de mayo para saber si el cierre será definitivo o tiene una segunda oportunidad. Mientras, un amargo cartel cuelga de la puerta del invernadero de Andrea, que tanto se ha cuidado de no emplear químicos ni pesticidas: "Prohibida la entrada. Presencia de contaminantes".

Frutas tropicales en Lugo. Aunque parezca improbable, es posible y productivo. La suya es la plantación de pitaya más septentrional de España. La pitaya o fruta del dragón es una especie tropical que en Galicia tarda solo unos días más en madurar que en Huelva. Esperaba recoger más de 1.500 kilos este verano de las 1.160 plantas que cultiva en un invernadero, pero la cosecha se ha ido al garete por varias razones: un polvo rojo tóxico, una multinacional norteamericana del aluminio, una balsa de lodos y los largos tiempos administrativos.

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