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Ni 'aliens' ni apocalipsis: por esto está el cielo morado en Madrid
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por la dispersión de Rayleigh

Ni 'aliens' ni apocalipsis: por esto está el cielo morado en Madrid

Un cielo de este intenso color sorprendió a los paseantes de la capital en la tarde del domingo. La explicación está lejos de los fenómenos apocalípticos

Foto: Cielo morado en Madrid. (E.M.)
Cielo morado en Madrid. (E.M.)

Lala paseaba el domingo con un amigo al filo de las ocho de la tarde. Están a punto de llegar al Retiro. El color del cielo de Madrid les llamó la atención. Morado. Muy brillante. Pensaron que se trataba de algún espectáculo de luces del estanque. Pero una vez allí, cayeron en la cuenta de que venía desde Atocha. Otros paseantes se paran a contemplar el espectáculo. ¿A qué podía ser debido? Un repaso a las redes sociales les confirmó que no eran los únicos que se habían hecho esa pregunta.

Ya se experimentó un fenómeno parecido en varias ciudades de España en la primavera de 2020, durante el confinamiento decretado con el primer estado de alarma. Se leyeron teorías peregrinas, hijas de la situación apocalíptica del momento. Almudena Nogués firmó una crónica en Diario Sur que incluía el testimonio del astrofísico del Instituto de Astrofísica de Andalucía José María Madiedo, que lo atribuía al planeta Venus y a los satélites artificiales de SpaceX (Elon Musk). Los ruidos que acompañaban estas manifestaciones lumínicas se explicarían por el silencio sepulcral que se adueño de las calles en aquellas circunstancias tan anómalas.

Marc Redondo, meteorólogo del programa Aruseros (La Sexta) no cree que este sea el caso. Apunta que la tarde del domingo fue de lluvia en Madrid. Había muchas nubes en el cielo y las imágenes de las redes fueron tomadas ya muchas horas después del atardecer. (El domingo se puso el Sol en Madrid a las 17:54h). De modo que se inclina por la dispersión de Rayleigh, así llamada en honor de John William Strutt (lord Rayleigh), descubridor del argón y Premio Nobel de Física en 1904, que fue el primero en explicarla en 1871.

A grandes rasgos, es la responsable de que veamos el cielo azul o las nubes anaranjadas en un atardecer. Naranjas, vale, pero ¿moradas? Redondo explica así el efecto óptico: "Las nubes, especialmente las más bajas, reflejan las luces de la ciudad. Su disposición en el cielo y la hora en la que estaban ahí hicieron que apareciera ese tono morado. No hay dos atardeceres iguales, está claro, pero si volvemos a tener unas nubes dispuestas así, a la misma hora solar, y en el mismo lugar, se repetirá el fenómeno".

Samuel Biener, de Meteored, apunta en la misma línea. “Por la propia dispersión de la luz, justo antes o después de los crepúsculo a veces puede adoptar colores menos normales”. La explicación tiene una razón de ser tan prosaica como el reflejo de las luces LED de la ciudad sobre las nubes, que habrían teñido el cielo, en esta ocasión, de color morado.

Así que ya lo saben la próxima vez que se alineen las circunstancias para ver un cielo morado sobre Madrid.

Lala paseaba el domingo con un amigo al filo de las ocho de la tarde. Están a punto de llegar al Retiro. El color del cielo de Madrid les llamó la atención. Morado. Muy brillante. Pensaron que se trataba de algún espectáculo de luces del estanque. Pero una vez allí, cayeron en la cuenta de que venía desde Atocha. Otros paseantes se paran a contemplar el espectáculo. ¿A qué podía ser debido? Un repaso a las redes sociales les confirmó que no eran los únicos que se habían hecho esa pregunta.

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