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En busca de setas por la sierra de Madrid: la primavera no tiene nada que envidiar al otoño
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En busca de setas por la sierra de Madrid: la primavera no tiene nada que envidiar al otoño

Aunque los meses de final de año son propicios para el crecimiento de los hongos, las características de la actual época del año permiten que algunas especies aparezcan ahora

Foto: Boletus pinophilus. (Gabriel Moreno Horcajada)
Boletus pinophilus. (Gabriel Moreno Horcajada)

En contraposición a los bosques de cristal y acero de la capital, la Comunidad de Madrid puede presumir de enormes zonas arboladas, muy abundantes si se tienen en cuenta las dimensiones reducidas de la región y la alta densidad de población del área metropolitana. Según explica a El Confidencial el Director General de Biodiversidad y Recursos Naturales de la Comunidad, Luis del Olmo, "más de un 50 por ciento del suelo está considerado como suelo forestal, que engloba a terrenos arbolados y no arbolados (pasto, especies arbustivas, etc.)". Si a esto añadimos un mes de marzo lluvioso, la esperanza de un mes de abril con más precipitaciones y temperaturas suaves, se pueden diseñar grandes rutas de senderismo buscando las apreciadas setas de primavera de los bosques, valles y praderas de la comunidad.

Foto: Bosque Metropolitano - Avenida Talgo. (Área de Desarrollo Urbano)

El parque forestal de Valdebebas, la Casa de Campo, la Dehesa de la Villa, el pinar de Santa Eugenia, los encinares del monte de El Pardo, el robledal de la Hiruela, el abedular de Canencia, el hayedo de Montejo, el bosque de la Herrería en San Lorenzo del Escorial, el castañar de Rozas de Puerto Real, el bosque de ‘Finlandia’ de Rascafría, la dehesa de La Cabrera o los sotos de Villamanrique de Tajo son algunos sugerentes rincones madrileños para pasear con un cesto de mimbre y agudizar la mirada micológica. “Las setas son más frecuentes en otoño, porque hay abundancia de lluvias y las temperaturas suelen estar por debajo de los 20 grados centígrados, que es una cifra estupenda para el crecimientos de las setas. Sin embargo, en primavera también hay setas”.

Foto: Lagunas de Ambroz de San Blas-Canillejas.

Lo cuenta Gabriel Moreno Horcajada, profesor emérito de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Alcalá de Henares. Con lluvias, humedad y temperaturas moderadas y bajas, “lógicamente tendremos setas”. “Algunas son las mismas que en el otoño como, por ejemplo, las setas de cardo y las setas de chopo, que nacen en estos árboles y también en troncos viejos de olmos o moreras”. Son las primeras especies que nos encontramos en estas fechas en nuestros bosques y praderas, “pero también hay setas propiamente de la primavera, que les gusta esta estación del año”, explica a este medio.

placeholder Hygrophorus marzuolus. (Gabriel Moreno Horcajada)
Hygrophorus marzuolus. (Gabriel Moreno Horcajada)

“Una seta excepcional de la primavera el Hygrophorus marzuolus, que ya se puede encontrar en la Sierra de Madrid, en los pinares y en los castañares. No es muy abundante pero sí es una de las mejores setas comestibles que podemos localizar en el campo. No tiene nada que envidiar a la Amanita caesarea o al Pleurotus eryngii (seta de cardo). Si las condiciones son óptimas, con lluvias y temperatura favorable, podemos encontrar Hygrophorus marzuolus en los meses de abril y mayo. Es una seta excepcional que conviene que conozcamos y recojamos”.

En nuestros paseos primaverales por el campo madrileño, también podemos ver “el Calocybe gambosa, también conocido como perrechico, perretxico (Euskadi) o moixernó (Cataluña)”. Es la seta de San Jorge o seta de primavera, que se da en praderas y no en zonas boscosas. “Esta seta tiene mucha fama. Forma ‘corros de brujas’, es blanquecina y desprende un fuerte olor a harina. Es una seta excepcional, muy apreciada en la gastronomía vasca, donde los primeros kilos de la temporada alcanzan unos precios muy elevados”.

placeholder Profesor Gabriel Moreno. (Antonio García Panizo)
Profesor Gabriel Moreno. (Antonio García Panizo)

De estas fechas primaverales “también son famosas las Morchella o cagarrias. Muchas de ellas, una vez desecadas y cocinadas, son muy interesantes para consumir”. Si siguiera lloviendo, “nos podemos meter en los meses de junio y julio y encontraríamos Boletus como el Boletus pinophilus, que es tan rico como el famoso Boletus edulis y que podemos encontrar en la sierra madrileña. En primavera también tenemos champiñones silvestres y Marasmius oreades, conocida como senderuela, muy común y que también forma ‘corros de brujas’ en las praderas de nuestra comunidad”.

Preservar el entorno

Pasear por el campo intentando localizar este tipo de setas de primavera es un ejercicio lúdico y entretenido, “que nos permite conocer la naturaleza con cuidado, recogiendo solo las especies que conocemos bien, que es el principal consejo que se puede dar a quien quiere iniciarse en el mundo de la micología”. En el caso de querer obtener más conocimientos, “las sociedades micológicas son una buena fuente de información. La Sociedad Micológica de Madrid está deseando responder las consultas de los nuevos aficionados. Te puedes hacer socio y aprender a diferenciar las setas comestibles de las especies venenosas y tóxicas”.

Aunque parezca una obviedad, el profesor emérito Moreno Horcajada recuerda que “en el campo debemos ser respetuosos con todo lo que nos encontramos. No hay que pisar o estropear las setas, aunque sean venenosas o no seamos capaces de reconocerlas. Cualquier seta tiene su función ecológica en la naturaleza. Existen árboles sanos porque hay setas cuya función es micorrizar esos árboles, no ser simplemente alimento para nosotros”.

En contraposición a los bosques de cristal y acero de la capital, la Comunidad de Madrid puede presumir de enormes zonas arboladas, muy abundantes si se tienen en cuenta las dimensiones reducidas de la región y la alta densidad de población del área metropolitana. Según explica a El Confidencial el Director General de Biodiversidad y Recursos Naturales de la Comunidad, Luis del Olmo, "más de un 50 por ciento del suelo está considerado como suelo forestal, que engloba a terrenos arbolados y no arbolados (pasto, especies arbustivas, etc.)". Si a esto añadimos un mes de marzo lluvioso, la esperanza de un mes de abril con más precipitaciones y temperaturas suaves, se pueden diseñar grandes rutas de senderismo buscando las apreciadas setas de primavera de los bosques, valles y praderas de la comunidad.

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