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Los vecinos de Tetuán luchan por proteger más de 200 edificaciones de estilo neomudéjar
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Los vecinos de Tetuán luchan por proteger más de 200 edificaciones de estilo neomudéjar

La Asociación Vecinal Cuatro Caminos-Tetuán ya ha enviado un escrito al Ayuntamiento de Madrid pidiendo la protección de estas casas, que cuentan con más de un siglo de historia

Foto: Vista del barrio de Tetuán. (A.R.)
Vista del barrio de Tetuán. (A.R.)

Caminando a paso ligero, Tirso Ocaña y Antonio Granero recorren las calles de su distrito, Tetuán, que engloba seis barrios, a cuál más castizo y popular: Cuatro Caminos, Bellas Vistas, Almenara, Valdeacederas, Castillejos y Berruguete. Los dos levantan la vista al unísono y señalan dinteles, frisos y decoraciones varias. No les vale cualquiera. Su interés recae en aquellas construcciones de ladrillo de finales del siglo XIX y principios del XX, la época dorada del neomudéjar.

Foto: visita guiada durante las obras de rehabilitación del Frontón Beti-Jai. (EFE/ Luis Millán) Opinión

“Creemos que debemos proteger la identidad de nuestro barrio”, comenta Granero, presidente de la Asociación Vecinal Cuatro Caminos Tetuán e impulsor, junto a un gran número de habitantes de la zona, de la protección de más de doscientos edificios. “La mayoría no están protegidos, solo hay unos pocos con protección ambiental, que es la más baja. Nosotros queremos que esto cambie y elevar la mayoría a protección parcial, que obliga a que se mantenga la fachada y sean más protegidos”, continúa Granero.

En este último año ya han desaparecido nueve de ellos. La Operación Chamartín, que se está llevando a cabo al norte de la ciudad, de algún modo también está ayudando a que este proceso de destrucción se acelere aún más. “Lo vemos en los barrios que hay más al norte, es donde están comenzando a destruirse estas viviendas de ladrillo”, resalta Granero.

Mapeo vecinal de Tetuán

Todo comenzó un día de cañas, en una conversación informal, hace un año aproximadamente. “Nos pusimos a hablar y todos empezamos a relatar la situación que se estaba dando en el barrio. Éramos conscientes de la clara desaparición de muchos edificios históricos”, apunta Granero. Luego vendría un grupo de WhatsApp, donde había historiadores, arqueólogos, geógrafos y arquitectos, entre otros.

Ese grupo permitió que se pusieran algunas ideas sobre la mesa. Posteriormente hubo una convocatoria en la Huerta de Tetuán. “Ahí ya decidimos organizarnos y repartirnos los diferentes barrios. Los dividimos en una cuadrícula y comenzamos a documentarlo, haciendo fotos de todas aquellas casas con ladrillo y elementos decorativos que había en la zona. También las que estaban enfoscadas y las casitas bajas. Pensamos que todas forman parte de la historia del barrio”, indica Granero.

placeholder Mapa que han hecho los vecinos. (AA.VV.)
Mapa que han hecho los vecinos. (AA.VV.)

El mapeo les permitió registrar más de trescientos edificios, muchos de ellos auténticas joyas del neomudéjar popular. “Tras esta selección decidimos realizar un documento y una propuesta para enviar al Departamento de Gestión Patrimonial del Ayuntamiento, ahí pedimos que se eleve la protección de todos los inmuebles y esta sea parcial”, destaca de una propuesta de protección de más doscientos edificios.

Saben que no es fácil, pero también que es el momento adecuado, con muchos vecinos siendo conscientes de la velocidad a la que los barrios cambian y se uniformizan. “Esta sería una manera de mantener la historia del barrio y que las futuras generaciones conozcan algo de la esencia que había aquí hace un siglo”, dice Granero. Calles como las de Hierbabuena, Algodonales, Beire, Cactus o Federico Rubio y Galí cuentan con algunas viviendas de extremada belleza, pero que corren serio peligro de que la piqueta arrase con ellas

Un movimiento que también quiere dejar claro que no están por los hacinamientos y el proteger los edificios de cualquier manera. “No nos oponemos a que dentro de esas casas se hagan reformas para vivir mucho mejor, pero sí que creemos que de esta forma protegemos la memoria del barrio y de aquellos que lo habitaron al comienzo, cuando Tetuán se llenó de obreros de la construcción”, comentan los dos.

Historia del neomudéjar popular

“La utilización del término Neomudéjar para referirnos a estas viviendas no es baladí”, escriben en el texto de cuarenta páginas enviado al Ayuntamiento de Madrid y que puede consultarse en la web Patrimonio Tetuán. “Sabemos que es una cuestión rompedora porque el Neomudéjar en su concepción hace referencia a un tipo de edificación muy particular. Los edificios de lo que nosotros denominamos Neomudéjar popular tienen más que ver en su planteamiento, población y uso con la vivienda de ladrillo europea, que surge a partir de la problemática específica del urbanismo industrial y el crecimiento de las ciudades”.

placeholder Edificación neomudéjar madrileña. (Cedida)
Edificación neomudéjar madrileña. (Cedida)

Ellos son partidarios de ensanchar esa terminología y agrupar una serie de edificios que son claves para entender la fisonomía de un barrio y una ciudad. “Igual que se hacen paseos en Londres por la serie Peaky Blinders, entendemos que nosotros también deberíamos de estar orgullosos de estas construcciones”, reflexiona Ocaña, quien comenzó a interesarse en su barrio tras realizar un Máster de Arqueología y Patrimonio en la Universidad Autónoma de Madrid. “Hice la investigación sobre el patrimonio que quedaba en el barrio. Para ello realicé entrevistas a personas mayores. Todo ello quedó registrado en varios videos llamados: Tetuán del extrarradio al centro de Madrid”.

Algunos de los mapas son elocuentes sobre la baja protección con la que cuentan muchos edificios del barrio

Mientras Ocaña cuenta ese trabajo, se mueve sigiloso por algunas calles de especial singularidad, como es el caso de la dedicada a Avelino Moreno Ríos, una de las más especiales del barrio, donde uno parece que se encuentre en un pequeño pueblo. “Todas estas casas las hizo un mismo constructor, son de dos alturas y tienen detrás un pequeño patio, a modo de huerto donde los obreros podían tener hasta animales”, detalla.

“Con el aditamento ‘popular’ creemos que hacemos el balance entre la arquitectura de ladrillo obrera de toda Europa y los elementos específicos que se replican del Neomudéjar que encontramos en estas viviendas”, describen unas líneas más adelante en su Propuesta de Protección del Patrimonio Arquitectónico y Cultural de Tetuán. “Sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría de estos edificios fueron ejecutados por maestros de obra y maestros ladrilleros. Creando un término, el Neomudéjar Popular, que alberga un concepto muy diverso, poco estudiado y con influencias y matices”.

Algunos de los mapas que aparecen en esa propuesta son elocuentes sobre la baja protección con la que cuentan muchos edificios del barrio, dejando a las claras como hay construcciones de primera y de segunda. Algo que debe cambiar de un modo radical e inminente si no se quiere que estos lugares desaparezcan.

La ruta termina en la Avenida de la Reina Victoria, junto al Hospital Central de la Cruz Roja, un centro construido por Jose Marañón y Daniel Zabala entre 1893 y 1908 en estilo neomudéjar. Este edificio si cuenta con una protección total. Tirso y Antonio recuerdan que el viernes 20 de mayo, un día antes de la celebración de las fiestas de Tetuán, realizarán varios paseos para informar de su trabajo y poner en valor la arquitectura y urbanismo del barrio. Identidad vecinal y madrileña que debe ser protegida.

Caminando a paso ligero, Tirso Ocaña y Antonio Granero recorren las calles de su distrito, Tetuán, que engloba seis barrios, a cuál más castizo y popular: Cuatro Caminos, Bellas Vistas, Almenara, Valdeacederas, Castillejos y Berruguete. Los dos levantan la vista al unísono y señalan dinteles, frisos y decoraciones varias. No les vale cualquiera. Su interés recae en aquellas construcciones de ladrillo de finales del siglo XIX y principios del XX, la época dorada del neomudéjar.

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