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"Recorrió Escocia en bici. Que haya muerto así es desolador": la historia del bombero atropellado
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"Recorrió Escocia en bici. Que haya muerto así es desolador": la historia del bombero atropellado

La víctima, de 45 años, era el jefe de grupo del parque de bomberos de Manuel Becerra y un apasionado del deporte y de los animales

Foto: Alberto Díaz. (Cedida)
Alberto Díaz. (Cedida)

Quienes conocían de cerca a Alberto Díaz le describen como un “portento físico”. Una de las personas más activas y deportistas que se habían cruzado nunca. “Entramos juntos al parque de Manuel de Becerra en 2003 y tenía unas marcas espectaculares”, señala uno de sus compañeros. Recuerda aquel año como uno de los peores para acceder al cuerpo: solo entraron 55 personas después de tres años sin oposiciones y la competitividad estaba por las nubes. “Pero sentíamos que podíamos con todo, teníamos 25 años”.

Foto: Foto: EFE/Miguel Osés

Además de un físico admirable, del que destacan que “fue bombero, pero podría haber acabado en una Olimpiada” y que “ir a esquiar a Andorra era como ir a por el pan para él”, el deportista, de 45 años, era también un apasionado de los animales. De hecho, el trágico accidente que terminó con su vida se produjo cuando iba de camino a rescatar a un gato de manera voluntaria.

“No tengo coche”

Díaz recibió la noche del lunes un aviso de Los Cuatro de la Empanadilla, el grupo de rescatistas altruistas al que pertenecía. Una gata había quedado atrapada en una bajante de agua en el barrio de la Concepción. Contestó por el grupo diciendo que no tenía coche porque lo tenía en el taller, pero que iría igualmente desde Moratalaz.

Tiempo después, Teresa y los otros dos miembros de Los Cuatro de la Empanadilla se preguntaban por qué tardaba tanto. Después de llamarle varias veces, les contestó un agente de la Policía Municipal explicándoles que había sufrido un accidente. “Fuimos nosotros quienes llamamos a su mujer, Esther, para avisarla. Pasamos la noche con ella en el Hospital de La Paz”, asegura Teresa, arquitecta de interiores de profesión y también apasionada de los animales.

El accidente se produjo en torno a las 10 de la noche en el barrio de Moratalaz, en el camino de Vinateros esquina con calle Marroquina. El ciclista chocó contra un vehículo que se dio la fuga —aunque el conductor ya se ha entregado a comisaría— y, tras ser atendido por Samur Protección Civil, fue trasladado al Hospital de la Paz en estado grave con múltiples traumatismos.

"Nunca le he visto enfadado"

Díaz era el menor de siete hermanos y tenía una hermana melliza. Madrileño de toda la vida del barrio de Ibiza, llevaba más de 10 años instalado en Moratalaz y 19 en el parque de bomberos de Manuel Becerra, el que más intervenciones realiza durante el año. “Le ascendieron a jefe de grupo y no cambió ni de horario ni de destino para quedarse con sus compañeros”, apuntan quienes más le conocían en el ámbito profesional. “Además, participaba en los ciclos formativos de los recién llegados, por eso le conocía todo el mundo y era tan querido”.

placeholder El casco de Alberto Díaz. (Ayuntamiento de Madrid)
El casco de Alberto Díaz. (Ayuntamiento de Madrid)

El suceso ha pillado a todos desprevenidos. Su compañero de promoción hace hincapié en “el ridículo” de la situación. “Alberto y yo nos hemos ido a Roma, Praga, París… Hemos recorrido Escocia en bicicleta, hemos ido a esquiar… Él también hacía mucha escalada, barranquismo y descensos. Que le haya ocurrido esto con una BiciMAD es absurdo”. Teresa apunta que "está claro que no fue su culpa porque era una persona muy prudente. Cuando subía a un árbol a rescatar a un animal con el arnés, decía que su vida valía más. No era el típico loco que cogía la bici sin más, seguro que estaba señalizado".

Los 13 parques de bomberos del Ayuntamiento de Madrid han guardado un minuto de silencio este martes a las 12.00. "Estoy sobrecogido. Nunca le había visto enfadado. De verdad, era un tío excelente", continúa su compañero. Teresa, con quien colaboraba en el rescate de los felinos, asegura que "era brutal. Siempre de buen humor y siempre sonriendo. Además, estaba intentando cambiar los protocolos de bomberos para agilizar los rescates de los animales".

Quienes conocían de cerca a Alberto Díaz le describen como un “portento físico”. Una de las personas más activas y deportistas que se habían cruzado nunca. “Entramos juntos al parque de Manuel de Becerra en 2003 y tenía unas marcas espectaculares”, señala uno de sus compañeros. Recuerda aquel año como uno de los peores para acceder al cuerpo: solo entraron 55 personas después de tres años sin oposiciones y la competitividad estaba por las nubes. “Pero sentíamos que podíamos con todo, teníamos 25 años”.

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