5.000 médicos en huelga, día 1: arranca la protesta de pediatría y medicina familiar en Madrid

Tras haber alcanzado un acuerdo con los sanitarios de los centros de urgencias extrahospitalarias, la Comunidad de Madrid debe hacer frente a otra revuelta médica. Este lunes a las 8.00 arranca una nueva huelga a la que están convocados los 4.240 médicos de Familia y 720 pediatras de la atención primaria. La única esperanza de frenarla se chafó el viernes, cuando naufragó sin acuerdo la reunión entre el Comité de Huelga y la Consejería de Sanidad. Ni tan siquiera hubo un pequeño acercamiento entre las partes, aseguró el sindicato médico Amyts. Esta es la central que convoca los paros bajo dos reivindicaciones: mejoras organizativas y de financiación.

De forma paralela a la huelga que primero convocó Amyts en las urgencias y ahora en la atención primaria, otros sindicatos (trabajadores de SUMMA112, MATS y CSIF) anunciaron la convocatoria de nueve jornadas de paro en los meses de noviembre y diciembre. “Nos reservamos el derecho a iniciar cuantas acciones legales sean necesarias contra los responsables de la Comunidad de Madrid para salvaguardar la salud de los madrileños”, aseguraron. Estos no se sumaron al acuerdo alcanzado la semana pasada entre la Consejería de Sanidad y Amyts, por lo que decidieron seguir adelante con sus protestas. Este fin de semana se han celebrado las primeras jornadas de huelga, a las que se sumarán las previstas entre el 27 y el 29 de noviembre y el 11 y 13 de diciembre. Su objetivo, dicen, es retomar el dispositivo de atención que existía antes de la pandemia.

Qué reclaman

Los casi 5.000 facultativos que inician la protesta piden fijar un máximo de 31 pacientes por consulta para los médicos de Familia y 21 para los pediatras. Quieren que a cada asistencia se le pueda dedicar un mínimo de 10 minutos, y que las agendas de cada profesional estén cerradas. Actualmente, tienen que atender a sus pacientes y a los de otros sanitarios cuando hay demasiada carga. Además, insisten en lograr mejoras en los horarios que "permitan la conciliación", dicta el comunicado remitido por Amyts. El sindicato denunció que este es uno de los "principales motivos" por los que muchos terminan abandonando la atención primaria.

Reclaman mejoras salariales para atraer profesionales a esta especialidad, y reducir la burocracia a la hora de designarlos. "El 20% de las consultas médicas están sin cubrir, el relevo generacional no está garantizado, la sobrecarga estira y destroza profesionales", incidió Amyts, que atribuyó a estos hechos el que haya quienes "no se quieren quedar en Madrid".

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El pistoletazo de salida de la huelga coincide con la celebración de una nueva mesa sectorial. La Comunidad de Madrid se reúne este lunes a las 10.30 para hablar de los compromisos que sellaron con otros sindicatos para frenar otra protesta, distinta a la que ahora comienza. Si el viernes no hubo acuerdo para eliminar el paro en la atención primaria, un día antes sí que se logró poner punto y final a la que había convocada por las urgencias extrahospitalarias. Una reunión maratoniana terminó con un alto al fuego entre CCOO, UGT, SATSE y CSIT y los responsables de Sanidad.

En aquel caso, finalmente, la Consejería aceptó abrir 49 centros con médicos presenciales. Son más de los que en un principio se dijo que operarían sin la polémica fórmula de la videoconsulta, que no sentó nada bien entre los profesionales y órganos sindicales. Pero entonces no se aclararon todos los detalles: ¿cuál será la situación en los 29 ambulatorios restantes? Esta nueva mesa sectorial, en cuyo orden del día también se plantea iniciar las negociaciones por los centros sanitarios 24 horas, podría despejar algunas incógnitas.

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Tras el acuerdo que desconvocó la huelga, los sindicatos pusieron como condición sine qua non para encarar cualquier futura negociación que la Comunidad asuma otras medidas, como la eliminación total de la videoconsulta (siempre y cuando sea para sustituir a un médico presencial), establecer la movilidad entre los PAC como requisito voluntario —y no obligatorio— para los profesionales o, como culmen, la elaboración de un nuevo plan de urgencias y emergencias. Y, desde hoy, las protestas van más allá de los profesionales que atienden en los puntos de atención continuada: se extiende a todos los que operan en horario habitual.

Aunque el acuerdo entre Sanidad y sindicatos no afectó a la convocatoria de Amyts, que finalmente siguió adelante, sí puso fin al paro que otros 200 sanitarios tenían previsto. La crisis por las urgencias extrahospitalarias en Madrid, que terminó elevándose a un debate sobre el estado de la sanidad pública, ha desatado todo tipo de reacciones políticas y ciudadanas. Para la presidenta autonómica, Isabel Díaz Ayuso, está suponiendo una crisis que le ha valido críticas desde todos los frentes políticos, incluyendo a sus aliados habituales de Vox.

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Pero también ha reabierto el debate sobre las costuras del sistema sanitario más allá de Madrid. Los médicos se jubilan sin que haya cantera suficiente para cubrir todas las bajas. Las condiciones laborales para los sanitarios en España llevan a muchos jóvenes a buscar opciones en otros países, o dar el salto a la privada. Lo más curioso, o tal vez no tanto, es que hay más profesionales que antes. Concretamente, los médicos de familia en atención primaria crecieron más de un 20% en la última década. Aunque la insuficiencia de las plazas MIR —la formación para residentes de Medicina— y la comparativa con el extranjero hicieron que el modelo que un día funcionó parezca estar cada vez más obsoleto.

La polémica por las urgencias extrahospitalarias

Desde el inicio de las protestas madrileñas, la Consejería de Sanidad señaló al Ministerio como principal responsable en atajar el problema. También censuró el proceder de la oposición y de los sindicatos, a los que reprochó alentar las protestas sin base justificada. Pero la crisis por las urgencias extrahospitalarias ha terminado poniendo en el foco la gestión del Gobierno autonómico que lidera Isabel Díaz Ayuso. El origen de la polémica comenzó en septiembre, cuando el Ejecutivo regional anunció que reabrirían todos los centros clausurados. En la Comunidad de Madrid había dos tipos de centros donde se prestaban las urgencias extrahospitalarias: 37 SUAP (Servicios de Urgencias de Atención Primaria) y 40 SAR (Servicios de Atención Rural). Los primeros se reparten por la capital y los segundos, por otras zonas de la comunidad.

Todos los SUAP cerraron durante la pandemia, y solo permanecieron abiertos los centros rurales. Pero el anuncio de la presidenta vino acompañado de una reformulación y reestructuración del propio modelo. Todas esas urgencias cambiarían su nombre y pasarían a converger en un mismo tipo: los 80 puntos de atención continuada. Sin embargo, sería prácticamente el mismo número de profesionales (médicos, celadores y enfermeros) que prestaban el servicio en los antiguos SAR los que darían cobertura ahora a la totalidad de centros.