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La arquitectura contemporánea e industrial irrumpe entre las joyas protegidas de Madrid
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Catálogo de edificios protegidos

La arquitectura contemporánea e industrial irrumpe entre las joyas protegidas de Madrid

El Ayuntamiento incluye más de 700 edificios en el catálogo de la capital, sin actualizar desde 1997. Expertos advierten de la necesidad de renovar las protecciones en periodos más cortos

Foto: El Edificio Castelar, en Madrid (Creative Commons)
El Edificio Castelar, en Madrid (Creative Commons)

La ciudad de Madrid, por primera vez en 26 años, ha incluido nuevos inmuebles en su catálogo de edificios protegidos. En total, 736 nuevas inscripciones relativas a la arquitectura contemporánea e industrial, en las que se incluyen diversas edificaciones con gran representatividad en la capital pero que, hasta este momento, no contaban con ningún blindaje. Algunos ejemplos son el Edificio Castelar, viviendas de Carvajal e Higueras, La unión y el fénix español o el Colegio Alemán. Además, la lista cuenta con obras de arquitectos reconocidos como Rafael de la Hoz, Luis Gutiérrez Soto y Miguel Fisac.

Los supuestos para entrar en esta nueva catalogación han sido tres. Por un lado, aquellos edificios de la segunda mitad del siglo XX, en los que se incluyen 688 inmuebles. También se han incluido aquellos edificios considerados “vestigios de la concepción ambiental histórica” de la Ciudad Lineal planificada por Arturo Soria, lo que suponen 31 edificios protegidos. Los restantes 17 inmuebles son palacios y casas señoriales anteriores al año 1900 y otros tantos anteriores a 1936, como iglesias, conventos, teatros, mercados y estaciones de ferrocarril.

placeholder El Colegio Alemán de Madrid, el día de su inauguración. (EFE/Zipi)
El Colegio Alemán de Madrid, el día de su inauguración. (EFE/Zipi)

El hecho de que desde la aprobación del Plan General de Madrid en 1997 no se haya renovado esta lista ha dejado algunos de ellos sin la protección que se merecían dado el gran reconocimiento que la ciudad ya hacía de ellos. Es el caso del Edificio Castelar, en el Paseo de la Castellana. “Es un edificio emblemático de la década de 1970 cuya manera de situarse y entender la ciudad desde su posición es magistral, más allá de su estructura innovadora”, ilustra Ramón Andrada, vocal de Patrimonio en la junta de Gobierno del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM).

Esta innovación, según el experto, radica en que su doble fachada de vidrio fue una de las primeras que aparecían en el panorama arquitectónico madrileño. “La virtud que tiene es que, además de proteger del sol y ayudar a la ventilación, no es un cristal transparente. Tiene cierta textura que se asemeja más a un mineral, una piedra, y eso hace que el edifico adquiera una prestancia en la ciudad diferente a la que tendría que, si fuera de cristal, que cogería todos los reflejos y perdería la fuerza que tiene”, desarrolla el experto.

Los edificios de viviendas también merecen protección

En la lista de más de 700 edificios que a partir de ahora estarán protegidos en Madrid también se encuentran varios dedicados a viviendas, como el caso de la calle Caracas, ideados por el arquitecto Javier Carvajal. “Este es un edificio con un lenguaje propio de los años 70, moderno en aquel momento, con un rigor arquitectónico constructivo excepcional y que encaja muy bien volumétricamente en la manzana”, describe Andrada. A él se suman otros tantos edificios de viviendas que, aunque no siempre punteros, no dejan de ser la mayor masa edificada. Según el miembro del COAM, las viviendas pueden suponer el 80% de las edificaciones de una ciudad.

Foto: Vista de la Ciudad de la Justicia de Valdebebas, en una imagen de archivo. (EFE/J.J.Guillén)

Fernando Higueras firma otro de los edificios de viviendas ahora protegido, sito en la glorieta Ruiz Jiménez y construido a finales de la década de 1960. Según comenta Andrada, “Higueras era un maestro del empleo del hormigón y los encofrados. Este es un caso muy bien resuelto y con gran funcionalidad. Además, desde el punto de vista arquitectónico y constructivo es una de esas edificaciones que hacen ciudad”. La unión y el fénix español, obra del arquitecto Gutiérrez Soto, “es otro de los casos en lo que la edificación asume muy bien el protagonismo en la Castellana, con el remate de la estatua en la cubierta”, dice el vocal de Patrimonio.

Objetivo: contentar a los propietarios

Alberto Tellería es vocal técnico en la asociación Madrid, ciudadanía y patrimonio (MCyP), una entidad que realizó hasta 84 alegaciones al plan presentado por el Consistorio madrileño y ya aprobado. Él también habla de algunos de los inmuebles protegidos: “El Edificio Castelar, muy elegante desde el principio, en su día no recibió el aplauso de la crítica, pero después sí. Se rehabilitó sustituyendo la fachada, incluso recuperando elementos perdidos”. Se trata, dice el propio Tellería, de un caso al que se la ha otorgado la mayor protección por el aprecio que la actual propietaria tiene sobre el inmueble.

“A mí me da la impresión de que al Ayuntamiento le preocupa proteger los edificios más allá de lo que quieran sus propietarios. Por ejemplo, la Casa Vallet de Goytisolo no la han incluido porque sus propietarios la quieren derribar”, critica este experto en la materia. Asimismo, reivindica que las protecciones otorgadas por el Consistorio son parciales o ambientales, “que prácticamente no lo protegen”, puntualiza.

"El valor cultural es lo que debería prevalecer", valoró Alberto Tellería

Desde su punto de vista, el otorgar esta protección está orientada a contentar a los propietarios del inmueble más que a hacer cuidar el edificio. “El valor cultural es lo que debería prevalecer y, aunque nos alegramos de que estas protecciones se extiendan a tantos inmuebles, nos sorprende que sean tan bajas en la mayoría de edificios”, explica Tellería.

La Torre Picasso, ubicada en el barrio de Azca, también está protegida desde esta última renovación del Plan General de 1997. En cambio, para el vocal técnico de MCyP no ha sido de las mejores decisiones: “La han otorgado protección volumétrica, es decir, se protege lo bien que se integra en la ciudad. Para mí, esto es bastante dudoso porque es de lo que menos interés arquitectónico hay en Azca”, opina.

Aprobar el derribo y proteger los restos

En otras ocasiones, es la propia Administración quien admite, de forma sucinta, un error que cometieron en el pasado. Es lo ocurrido con la protección que han otorgado al Colegio Alemán, o a lo que queda de él. Según Tellería, “autorizaron su derribo y hubo hasta pleitos para intentar pararlo. Al final, se salvó una parte del edificio original que es la que ahora protegen cuando hace unos años permitieron el derribo”.

Foto: Estado actual de la fábrica Clesa. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

El integrante de MCyP considera que las valoraciones de este tipo de protección deben estar realizadas en base al “valor y bien común, el valor patrimonial que hay para la sociedad”, pero sin perder de vista el aspecto económico de cara al propietario, a quien habría que ayudarle a sufragar cualquier intervención que vaya orientada a la conservación del inmueble. Por ejemplo, cuando un edificio es considerado Bien de Interés Cultural, está exento de pagar el Impuesto sobre Bienes Inmuebles, pero estas protecciones otorgadas por el Ayuntamiento son tan bajas que no suponen ventajas para los propietarios, a tenor de lo comentado por Tellería.

Proteger los edificios modernos para que no desaparezcan

Otro de los grandes problemas a los que se enfrentan estas declaraciones de protección es que no suelen incluir edificios de arquitectos vivos porque podría afectar a su trabajo de alguna forma. Se trata de un extremo que, para Tellería, es incomprensible: “Los museos tienen cuadros de pintores vivos y no pasa nada”, defiende. Por ello, las últimas protecciones que datan de 1997 apenas entraron en edificaciones construidas a partir de la década de 1950.

En este sentido, Andrada considera que “es necesario que pase un tiempo para que un edificio corrobore que tiene la categoría suficiente para ser protegido, y eso es algo que lo dice el tiempo”. Ahora, la nueva catalogación ha venido a rellenar ese vacío que quedaba abierto hasta 1980, aproximadamente. “Desde el COAM insistimos en aumentarlo hasta el año 2000 porque en este tiempo se ha construido mucho y de gran calidad, pero el Ayuntamiento no quiso hacerlo”, comenta el integrante del Colegio de Arquitectos. Tellería, por su parte, concluye reivindicando que la actualización de los edificios protegidos debería ser algo más escalonado porque “más de 700 inmuebles no adquieren valor patrimonial de golpe”.

La ciudad de Madrid, por primera vez en 26 años, ha incluido nuevos inmuebles en su catálogo de edificios protegidos. En total, 736 nuevas inscripciones relativas a la arquitectura contemporánea e industrial, en las que se incluyen diversas edificaciones con gran representatividad en la capital pero que, hasta este momento, no contaban con ningún blindaje. Algunos ejemplos son el Edificio Castelar, viviendas de Carvajal e Higueras, La unión y el fénix español o el Colegio Alemán. Además, la lista cuenta con obras de arquitectos reconocidos como Rafael de la Hoz, Luis Gutiérrez Soto y Miguel Fisac.

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