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Una mañana esperando al Cercanías de los seis minutos eternos en Madrid: "¡Pero si llevo aquí media hora!"
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Renfe pide paciencia

Una mañana esperando al Cercanías de los seis minutos eternos en Madrid: "¡Pero si llevo aquí media hora!"

El descarrilamiento de un ferrocarril el domingo en los túneles de Madrid provoca demoras en varias líneas, para disgusto de viajeros y trabajadores: "He avisado a mi jefa, pero no le ha hecho gracia"

Foto: Una mujer espera el tren en Pirámides para ir a trabajar, este lunes. (L. B.)
Una mujer espera el tren en Pirámides para ir a trabajar, este lunes. (L. B.)

"Disculpen las molestias", suena por megafonía ante el enfado visible de los viajeros que hace rato esperan a un tren que no llega. Ha ocurrido este mediodía en la estación de Cercanías de Pirámides, en Madrid. Igual en otras que se extienden por la capital. Todo comenzó con un Intercity de Renfe que el domingo descarrilaba y paralizaba prácticamente la estación de Recoletos, en otro punto de la ciudad. Ahora, la impaciencia se ve clara en los rostros de quienes tienen prisa por llegar a su trabajo, sus casas o los planes que tenían concertados. "Pone que llega en seis minutos, ¡pero yo llevo aquí media hora!".

Esto lo exclama, indignada, una de las futuras pasajeras que aguarda junto a la vía de Pirámides. Se llama Silvia, que ya iba bajo previo aviso. Una amiga, con la que ha quedado en otra estación cercana, la de Príncipe Pío, le mandó un mensaje esta mañana relatando los muchos problemas que tuvo para llegar. Su tren también se retrasó bastante, y tuvo que apurar unos trámites y el papeleo que había ido a hacer allí. En la compañía pública ferroviaria, que gestiona también los Cercanías, recuerdan que el servicio sigue interrumpido entre Atocha y Recoletos.

placeholder Seis minutos desde hace media hora. (L. B.)
Seis minutos desde hace media hora. (L. B.)

Esto no afecta a Silvia y el resto de personas que esperan en Pirámides. Su tren llegará, aunque nadie sabe cuándo. El marcador de la pantalla hace rato que marca esos seis minutos eternos que, como relataba esta mujer, hace rato se demostraron "falsos". En su página web, que Renfe va actualizando si hay novedades sobre la incidencia, advierten que el descarrilamiento del domingo aún afecta a estas líneas y también a todos los trenes de media y larga distancia que usen ese tramo. Además, apuntan a que a lo largo de la mañana "se van a producir distintas alternaciones del servicio", más allá de la que ahora se comprueba.

¿La recomendación? Utilizar transporte alternativo para un problema que hace horas es conocido. Otras dos chicas que esperan sentadas en la estación de Pirámides asumen ya que llegarán tarde al trabajo. "Ya he avisado a mi jefa, pero no le ha hecho ninguna gracia", cuenta Carmen, una de ellas. Trabaja en Pozuelo del Alarcón, y teme que hoy tendrá que hacer "horas extra" para compensar el haber entrado más tarde. Gema, que escucha la conversación y se sienta en el banco de al lado, asiente con la cabeza. "Me enteré por las noticias, pero no sabía que sería para tanto", se sorprende.

placeholder Espera el tren con una sonrisa. (L. B.)
Espera el tren con una sonrisa. (L. B.)

Elizabeth, que es brasileña, tiene 70 años y está jubilada, no cabe en sí de la rabia. "No me puedo creer que una situación que ya conocen porque ocurrió el domingo nos siga dando problemas el lunes", considera, antes de contar que ha quedado para ver a una amiga en Aravaca. Por suerte, dice, ella "no tiene prisa" porque va por ocio, pero "todos los jóvenes y las personas que están aquí nada más empezar la semana se merecen como mínimo una explicación", espeta a la compañía pública de trenes, Renfe, que reconoce que aún no sabe cuándo podrá resolverse definitivamente el problema.

"Disculpen las molestias", suena por megafonía ante el enfado visible de los viajeros que hace rato esperan a un tren que no llega. Ha ocurrido este mediodía en la estación de Cercanías de Pirámides, en Madrid. Igual en otras que se extienden por la capital. Todo comenzó con un Intercity de Renfe que el domingo descarrilaba y paralizaba prácticamente la estación de Recoletos, en otro punto de la ciudad. Ahora, la impaciencia se ve clara en los rostros de quienes tienen prisa por llegar a su trabajo, sus casas o los planes que tenían concertados. "Pone que llega en seis minutos, ¡pero yo llevo aquí media hora!".

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