El grupo que ha conquistado a las generaciones más jóvenes con su rock de guitarras aceleradas

Arnau Sanz y Yago Alcover, dos de los miembros del trío Mujeres —que se completa con Pol Rodellar—, aparcan el coche, ponen el manos libres y comienzan a despachar la entrevista. Este sábado es su primer concierto en La Riviera, una meta que parecía inalcanzable hace quince años, cuando comenzaron a tocar en pequeñas salas de toda España. "Es algo que siempre nos había parecido como impensable", comenta el primero de ellos, batería y coros de la formación catalana. "Cuando empiezas un grupo, lo que quieres es tocar delante de tus colegas y que como mucho venga alguien. Tus expectativas son nulas".

Y aquí están, con disco nuevo, Desde flores y entrañas, un homenaje en el título al legendario Potro de rabia y miel de Camarón, y una forma envidiable. También con un poco de miedo y responsabilidad. "Te da un poco de vértigo, pero la gente ha respondido siempre muchísimo con nosotros", responde el segundo, Alcover, guitarra y voz. "Madrid siempre es increíble, es como muy bestia. No he mirado mucha cosa de comentarios de la gente en estos días, que me pongo nervioso, pero yo creo que el público está entusiasmado".

La realidad es que a los catalanes les ha ido muy bien en esta segunda vida, cuando pasaron hace un lustro de cuarteto a trío. "Y sobre todo el último disco, es como que ha habido una subida importante de cariño del público, y como de regularidad", se sinceran los dos. "La nuestra es una historia de un grupo que tiene mucha paciencia, que va poco a poco. Si te fijas un poco es como una especie de evolución muy natural".

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El sonido va evolucionando de un garage norteamericano, que era lo que se llevaba a finales de la primera década de los dosmiles, también cambian de idioma, y luego se encuentran con un público más joven que les recibe con los brazos abiertos. También grupos como Cariño o Carolina Durante, con los que han colaborado, los ven como coetáneos y afines.

Vuelta de las guitarras

"Hubo un momento en el que nosotros perdimos a los grupos de nuestra generación", comenta Sanz de ese paso en el que muchas de las formaciones iban abandonando o desertando, con la excepción de los siempre geniales Biznaga. "Esto es así, nos vimos ahí, como un poco en medio, solos en nuestra franja".

La vuelta de las guitarras y de grupos como La Paloma, de Axolotes Mexicanos, Aiko el Grupo o los mencionados Carolina Durante y Cariño les situó nuevamente en la escena. "Veo que hay mucho compañerismo con los grupos de gente joven que están saliendo y que se alegran de que todo vaya yendo bien", continúa describiendo de este momento. "Han hecho mucha piña, también es verdad que son grupos a los que les ha ido especialmente bien y han podido tener la oportunidad de celebrar todos una situación bastante cómoda".

Malabares y precariedad

Su momento fue un poco más precario. "No tocábamos tanto, no teníamos condiciones tan buenas y no teníamos tanta libertad. Había que hacer un poco de malabares", recuerda Alcover, de un mundo que todavía no estaba tan profesionalizado, en el que todos tenían que hacer de todo: "Hemos estado muchos años trabajando casi de manera independiente, organizándonos bolos y gestionando todo".

Los tres ahora mismo dedican todos sus esfuerzos al grupo y a diferentes actividades. Por ejemplo, Arnau es un importante dibujante, recientemente ha publicado en Astiberri una obra llamada Cuando veo cables me acuerdo de ti, Pol escribe y diseña, colaborando con festivales como el Canela Party, y Yago se encarga de la realización de videos y de colaborar con el laboratorio de cine independiente Crater Lab, entre otros. "Al final todos dejamos nuestros trabajos y lo compensamos con otras actividades que nos llenan", apunta el último de ellos.

Conciertos en Madrid

Sus últimas visitas a Madrid les hicieron pasar por Villaverde, en las fiestas del barrio, y por el festival Tomavistas, que recuerdan muy vivamente. "Estuvimos prácticamente un año sin tocar por un problema de salud mío, y ese fue el bolo de volver", señala Alcover. "Pese a que era muy pronto y una hora en la nosotros no solemos tocar, a las 6 de la tarde, fue increíble. No podemos ser muy objetivos, había muchas emociones mezcladas y estábamos nerviosos, porque no sabíamos cómo iba a salir y si íbamos a aguantar todo el set". Finalmente, fue todo un éxito, uno de sus conciertos más recordados.

Ahora, con la responsabilidad que les da enfrentarse a uno de los espacios más grandes que han llenado, ofrecen un directo intenso y cañero, como les gusta decir. "Obviamente, tocamos algunas canciones del disco nuevo, porque toca presentarlo, pero la verdad es que es un poco una evolución del setlist que habíamos tocado con el disco anterior. Es un repaso", detallan los dos: "Si has oído un concierto nuestro, verás que somos fieles a los discos, pero a la vez lo tocamos todo de forma más rápida”, comentan. “Siempre aceleramos bastante el tempo de la canción, todo es más intenso que en el disco".