Dos hermanos y un sello robado a un matadero de Aranjuez: así estafaba el clan del timo del jamón

A finales del mes de enero, agentes de la Policía Nacional accedieron a una nave de un polígono ubicado al sureste de Leganés para realizar una inspección. Allí, en el local de una empresa dedicada a la industria cárnica, localizaron lo que llevaban buscando desde agosto de 2023: un sello sanitario -propiedad de otro matadero de Aranjuez- que utilizaban para etiquetar sus propios jamones. De esta forma, conseguían vender sus productos con una calidad superior a la que de verdad tenían. Los timadores del jamón se hicieron de oro: se calcula que llegaron a recaudar 17 millones de euros. La operación policial se saldó con seis detenidos.

Pero, ¿quién estaba detrás de este entramado? La empresa estafadora contaba con un organigrama perfecto. La firma disponía de al menos dos naves donde realizaba la actividad: una en Leganés y otra en Seseña, en la provincia de Toledo. El matadero de Aranjuez al que le robaban el sello desconocía por completo lo ocurrido hasta este martes, una vez que ha trascendido la operación policial, según han declarado a El Confidencial.

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A. Farnós

Al frente del negocio fraudulento estaban dos hermanos. Eran los administradores de la entidad y tenían 50 y 57 años. A ambos se les acusa de pertenencia a organización criminal, falsedad documental y estafa. Y a pesar de ser los cabecillas, no trabajaban solos. Otros de sus empleados también fueron arrestados.

La única mujer implicada –que está a punto de cumplir los 52 años–, era la responsable del control de calidad de la empresa. Es decir, se encargaba de asegurarse de que los jamones cumplían con la normativa y estaban en buen estado. Sin embargo, la Policía también encontró carne en malas condiciones en el interior de una cámara frigorífica.

Cuando los agentes llegaron a la nave de Leganés, tuvieron que tirar hasta diez palés de productos por diversas irregularidades en materia de conservación alimentaria. A la mujer se le acusa de pertenencia a organización criminal y falsedad documental.

A los tres detenidos restantes solo se les señala por el último delito. Uno de ellos, de 30 años, era el veterinario del departamento de calidad; el mismo al que pertenecía la mujer. Otro, nacido en 1982, era de origen senegalés y se le vincula con una empresa externa del despiece cárnico. El último arrestado, de 62 años, trabajaba con los muelles de carga.

¿Cómo lo hacían?

Los responsables de la entidad llevaban cinco años enriqueciéndose ilícitamente con esta prácticamente. Sus clientes eran desconocedores de la estafa, por lo que adquirían las patas de jamón y las vendían al extranjero como si de un manjar de renombre se tratase.

En la operación también colaboraron la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social de Madrid y las Conserjerías de Sanidad de Madrid y Toledo.