Misión, rescatar a 'Muelle': una tubería tiene la llave para salvar la nueva firma del grafitero de la Movida

En un edificio de la famosa Cava Alta del barrio de La Latina, en Madrid, apareció esta semana un grafiti inesperado. Entre restos de cemento –y a un metro y medio de altura desde el suelo– puede leerse la palabra Muelle. El escrito aparece con los tres círculos característicos del mismo artista. A simple vista, pudiera parecer un dibujo cualquiera realizado a mano alzada hace años. Lejos de tratarse de una pintada al uso, se trata de la firma del famoso Juan Carlos Argüello, considerado el primer grafitero de España en la década de los 80. La historia de Muelle fue corta (falleció en 1995 a causa de un cáncer hepático a los 29 años), pero su legado es eterno. Los fanáticos del arte urbano y los vecinos del barrio de Campamento -el lugar donde se crió- recuerdan su figura como un elemento indispensable de la Movida madrileña.

No obstante, y a pesar de su reputación, conservar su nueva firma no está siendo tarea fácil. El vestigio urbano ha aparecido en una propiedad privada que, en principio, empezará a ser derruida a lo largo de este jueves. "No tenemos competencias", señalan fuentes del área de Cultura del consistorio madrileño al preguntar por la posibilidad de salvar la firma. No existe una norma concreta para proteger este tipo de hallazgos. Por ello, el portavoz de Urbanismo del PSOE en Madrid, Antonio Giraldo, se personó la mañana del jueves frente al inmueble. "Está la posibilidad de que no tengan que picar sobre el graffiti hasta la próxima semana" y, con suerte, se podría salvar incluso "el 80%" del escrito.

Existen varios factores arquitectónicos que complican las tareas de conservación. Por un lado, el estado actual del edificio. Extraer la zona de la firma no es una opción viable porque la pared podría "deshacerse" al ser de mala calidad. Además, las labores de remodelación conllevan la sustitución de varias bajantes de tuberías que tienen que sustituir. Una de ellas pasa justo por detrás de la firma de Muelle. "Van a intentar eliminar lo menos posible del graffiti. Vamos a esperar a ver exactamente qué zonas tienen que picar y cuáles no", explica el urbanista y geógrafo.

Por otro lado, cabe destacar que no existe un catálogo oficial de arte urbano que permita proteger o documentar estas firmas. De hecho, este ha sido uno de los reclamos de Giraldo: "Madrid necesita urgentemente elaborar un catálogo de arte efímero [...] Actualmente nadie, salvo particulares, documentan obras tan importantes que tenemos salpicadas por la ciudad. Muchas se pierden y muchas se han perdido sin haberse documentado", explicó. El grafitero de la Movida, además, participó en la Feria Arco 87 y protagonizó un documental de TVE sobre su historia en 1990.

Sin embargo, otros graffitis aparecidos con los años en las calles de Madrid sí han sido conservados. Por ejemplo, la firma de Muelle descansó durante décadas en un edificio privado de la calle Montera. Para protegerlo, el consistorio realizó una inversión de unos 700 euros en 2015 para recuperar la firma. Para ello, se aplicaron "técnicas de consolidación" para evitar la "disgregación de la pintura" y frenar así "su estado de deterioro". El Ayuntamiento explica que dicha actuación fue algo excepcional. Dos años después, también se le dedicó una plaza en el barrio de Campamento, el lugar donde creció el grafitero.