Es noticia
Toros de la Feria de San Isidro | Silencio como homenaje
  1. España
  2. Madrid
104 años de la muerte de Joselito

Toros de la Feria de San Isidro | Silencio como homenaje

En los toros el silencio es castigo u homenaje. Castigo por indiferencia, homenaje por respeto

Foto: El diestro Tomás Rufo lidia su primer toro. (EFE/Borja Sánchez-Trillo)
El diestro Tomás Rufo lidia su primer toro. (EFE/Borja Sánchez-Trillo)

Plaza Monumental de Las Ventas, 16 de mayo de 2024

6ª de la Feria de San Isidro. Lleno de no hay billetes. Ambientazo previo y ganas de toreo de emoción y de arte por el cartel anunciado. Tarde soleada pero fría, especialmente cuando cayó el sol, con mucho viento. Con rachas muy molestas para los toreros que impidieron sobre todo el toreo de capote generando momentos de peligro por lo incontrolable de los trapos.

Un toro de Cortés y cinco de Victoriano del Río. Bien presentados, sin exageraciones, serios, pero con proporciones. Con atemorizantes y finas cornamentas sin ser ninguna destartalada. De buen juego en el caballo en el general, la mejor en conjunto en el primer tercio en lo que va de feria. El primero, más feo, bajo y de poco juego. Segundo, tercero y cuarto de juego parecido, nobles y con bravura, pero quizá con falta de fuerza, se fueron apagando en las poderosas muletas de los toreros. Quinto, muy serio, cinqueño con trapío y embistiendo con más sentido, como pensándolo. El sexto de casi seiscientos kilos y seis años, alto, largo, serio, destacó por arriba de sus hermanos. Aun así, igual que el primero y el segundo, sufrió algunas protestas de salida. Fue a menos.

Sebastián Castella, de azul cielo y oro. Silencio y ovación tras aviso.

José María Manzanares, azul marino y oro. Ovación y silencio con algunas protestas.

Tomás Rufo, de azul marino oscuro y oro. Oreja y silencio con leves aplausos.

Al finalizar el paseíllo, se guardó un minuto de silencio en memoria de Joselito 'el Gallo' en el 104 aniversario de su fallecimiento en Talavera de la Reina.

Bien en la lidia del quinto Diego Vicente y bien en general todas las cuadrillas en el tercio de banderillas. Sergio Blasco y Fernando Sánchez se desmonteraron tras parear al tercero, así como José Chacón en el cuarto y Daniel Duarte y Fernando Sánchez en el sexto. Lidia ordenada y precisa que beneficia tanto a los matadores y que tantas veces pasa desapercibida.

En los toros el silencio es castigo u homenaje. Castigo por indiferencia, homenaje por respeto. Ni digo ni hago otra cosa que pensar este minuto en lo que ahora recuerdo. Gracias por recordármelo, quedo callado y sereno al final del paseíllo, y pienso y recuerdo a Joselito, 'Gallito' para los despistados. Los toreros bien cuadrados, el público por los pasillos destrozando el ritual, el de las cervezas interrumpiendo mi trance espiritual. Cuando el ruido distorsiona, aturde, distrae o molesta, en esta sociedad sonora se agradecen los silencios. Hoy hace 104 años que se murió Joselito. Es un siglo de recuerdo para alguien que apenas vivió durante un cuarto. Con veinticinco años, primaveras como se le cuentan al ganado bravo, Bailaor dio con su abdomen con precisión de tragedia y en trance de competencia. La medicina de entonces, las distancias tan eternas, apagaron a una estrella que deslumbraba a España. Hijo de la 'señá' Grabiela, hermano de Rafael 'el Gallo', tenía encandilados a aficionados puristas, a mujeres marginadas por entonces de toros y otros eventos, a políticos y a prensa, a intelectuales y a extranjeros enamorados de nuestra inexplicable anacronía… hace ya más de cien años que se repite la historia.

Tal era su poderío que nadie creyó su muerte. El impacto, en plena competencia con Belmonte, transgredió el mundo taurino y fue la noticia del año, del siglo, pensaba durante el intento de silencio y la consecución del homenaje. Su funeral paró España, su trascendencia, su legado y su importancia la cifran los más de cien años que hace que se le recuerda en Las Ventas cada 16 de mayo. Tuvo que ver su toreo con la condición de mito. Pero añadió visión de genio, como casi siempre pasa con alguien tan memorable, a una vida tan incipiente como al final pasajera. Joselito, con su fuerza de gran torero de masas, anticipó la idea del mundo del espectáculo. Alguien nacido en una finca de la Sevilla rural entendió que el futuro eran las grandes plazas. Que la forma de hacer que vayan todos a los toros era bajar el precio de las entradas. Y ahí se empeñó en construir grandes recintos que el futbol aún ni soñaba. E impulsó construir Las Ventas y hasta quiso inaugurarla. Pero desangrado por un toro, cornicorto y hasta pequeño, en una tarde en la que ni estaba anunciado, se terminó su vida, su proyecto, haciendo nacer la leyenda y el legado de las plazas monumentales como nuestras queridas Ventas. Plaza llena y en silencio recordando a Joselito después de 104 años es tradición suficiente, emoción, historia, cultura y respeto para respetar esta fiesta que se basa en la memoria.

Buen cartel para un festejo que, con los toros de Victoriano, siempre promete espectáculo y expectativas de orejas. Castella con el primero, protestado con criterio, ni se quejó ni hizo mueca, tal es la fuerza de su carácter. Entronca con su rollo samurái eso de que los japoneses a los que dominan su temperamento los describen como hombres de carácter. No como hacemos los latinos que el carácter define más el cabreo, el grito, la bronca y el ruido. Igual de impávido en el cuarto arrancó junto a las tablas dando pases por delante, por detrás y por doquier que el milagro del valor de este francés asceta decidan que embista el toro. Noble astado, peleón pero enclasado, rodeó al toreo hasta que le fallaron las fuerzas y el poderío de Castella parece saber a poco y los pañuelos se ausentan cuando se van las mulillas.

Manzanares reposado, cual tequila fino y caro, contra el viento, y la marea de sus opositores clásicos, engarzó una gran faena a un toro de clase y rango. Buenos pases, forma y fondo, para un torero que huele al mejor de sus momentos. Dejó media estocada en lo alto, tan alto como las expectativas de volver a verle templando, sereno, consciente y entregado en lo que queda de Feria.

placeholder Tomás Rufo corta una oreja a su primer toro. (EFE/Borja Sánchez-Trillo)
Tomás Rufo corta una oreja a su primer toro. (EFE/Borja Sánchez-Trillo)

Rufo cortó una oreja a base de quedarse quieto. De rodillas imploró el triunfo al comienzo del trasteo. Mucho valor y buen temple, profundidad y decoro, emoción a contracorriente del frío que nos venía. Con el caer de la tarde le cortó la oreja al toro caldeando los tendidos con su sincero arrojo. Media estocada bastó para media puerta grande que no pudo rematar con un sexto acaballado, serio y desafiante que se le apagó en dos tandas y que le impidió disfrutar del majestuoso marco que acompaña a los toreros que son llevados a hombros. Esa que soñó Joselito al que aún hoy recordamos.

Plaza Monumental de Las Ventas, 16 de mayo de 2024

Tauromaquia Noticias de Madrid
El redactor recomienda