Es noticia
Toros de la Feria de San Isidro | Poner los cuernos a los miuras
  1. España
  2. Madrid
METROPOLITANO VS. LAS VENTAS

Toros de la Feria de San Isidro | Poner los cuernos a los miuras

La suma de las circunstancias inclinó mi dominical balanza a San Blas en vez de a Ventas. Amigos varios acudieron a la plaza y recopilé su criterio con llamadas y mensajes. Qué toros impresionantes, qué toreros a por todas.

Foto: Un toro de los Miura salta la barrera de Las Ventas. (EFE/Borja Sánchez Trillo)
Un toro de los Miura salta la barrera de Las Ventas. (EFE/Borja Sánchez Trillo)

Plaza Monumental de Las Ventas, 19 de mayo de 2024

9ª de la Feria de San Isidro. Prácticamente lleno, en domingo, lo que no suele ser habitual, con el atractivo torista de los míticos toros de Miura. Tarde primaveral, fresca, con mucho viento y por momentos amenaza de lluvia que no llegó a materializarse.

6 toros de Miura de entre 539 y 637 kilos. Diríamos que bien presentados atendiendo a su procedencia, pero con hechuras de dudosa efectividad para la práctica del toreo moderno. Animales altos, engallados, sueltos de carnes, encampanados y con descomunales cornamentas, siembran el pánico más por su aspecto y por sus impredecibles reacciones que por su agresividad.

Dificultosos, tendentes a la mansedumbre, el quinto, un impresionante cárdeno, saltó en dos ocasiones las tablas buscando escapatoria por el concurrido callejón. Con más lámina que sentido del trapío y de la genética, los Miuras siguen siendo un espectáculo biológico más que taurómaco. Dificultaron todos los tercios, reacios al caballo, parados en banderillas, tapados, dificultando la suerte suprema. Desarrollaron sentido en todas las fases de la lidia. Ninguno dio juego en la muleta. Especialmente difíciles a la hora de matar, esperaban, gazapeaban y huían poniendo en aprietos a la terna que resolvió el trance con meritoria efectividad.

RAFAEL RUBIO 'RAFAELILLO', de gris plomo y oro, silencio y ovación.

JUAN DE CASTILLA, de verde oliva y oro, ovación tras aviso y ovación.

JESÚS ENRIQUE COLOMBO, de nazareno y oro, silencio tras aviso y silencio tras aviso.

Al finalizar el paseíllo, Juan de Castilla recibió una cariñosa ovación correspondida desde el tercio.

Foto: 'El Juli' en Las Ventas. (EFE/Kiko Huesca)
TE PUEDE INTERESAR
Madrid es la capital mundial… del toreo
Rubén Amón

Hoy le he puesto los cuernos a los Miuras. Les he dejado por el fútbol. Si fuera la afirmación en sentido literal, lo de ponerle yo los cuernos, jamás hubiera permitido mi poca valentía dotar de semejantes arboladuras a bóvidos supuestamente lidiables. Les pongo dos plátanos y me quedo tan pancho. Pensando que en el confort del enfrentamiento surge de mejor manera el arte y rinde más la voluntad de entrega, cambiaría fructosa por queratina sin pudor y sin vergüenza.

Sé que es manifiestamente aspiracional de parte de quien no tuvo arrestos, permítanme la licencia. Entiendo que en el evidente peligro del toro está el mérito del torero. Pero es que vi los toros de Miura en proceso de sorteo, vi predicción meteorológica anticipando fuertes vientos, vi que mi padre podía tener interés en el evento y cedí, más interesado que generoso, mis abonos al patrón. Se juntó la circunstancia de que mi compadre Paco, Ramos para más señas, colega de incipientes escarceos toreros hace más de treinta años, acudía al Metropolitano con su hijo, atlético aún iruñekoak, en trance de recuperarse de un incidente futbolero diagnosticado de ictus y de casi no lo cuento.

La suma de ambas circunstancias, la sensibilidad de la gente del Atleti —gracias de verdad, Miguel Angel— para ofrendar tarde memorable al entregado aficionado, ya casi recuperado, visitando el vestuario, unidas a las pocas posibilidades de embestida de los de Zahariche, inclinó mi dominical balanza a San Blas en vez de a Ventas. En la sonrisa del chaval quedaron resueltas las dudas de mi falta de compromiso, de mi debilidad profesional, de esta crónica de oídas, de contar medias verdades que puedes sacar de las consultas de los que se dejaron arrastrar por el mito ganadero.

La suma de las circunstancias inclinó mi dominical balanza a San Blas, en vez de a Ventas

Amigos varios acudieron a la encerrona ventosa y recopilé su criterio con llamadas y mensajes. Qué toros impresionantes, qué toreros a por todas. Que los del siete insufribles, que el viento evitó faenas. Que aplaudieron a Juan de Castilla al final del paseíllo y que luego el reconocimiento se diluyó de inmediato sin explicación ninguna. Que la solera de Rafaelillo vuelve a pasar su trago ante descomunales morlacos que rara vez permiten el lucimiento, imagínense el arte. Que la supuesta emoción que deberían proveer estos toros de Cabrera se vuelven sustos constantes, brincos, recortes, huidas.

Que este cartel tan torista está hecho para otros gustos. Hoy hasta los del siete han sembrado el desconcierto protestando igual al toro que al entregado torero. Es fruto de la falta de academia, la confusión constante. Aplausos, muchos a destiempo, ovaciones inconexas, jaleos descoordinados. Es el mundo del toreo alrededor de un toro poco bravo. Es torear furgonetas, esquivar fórmulas uno, recortar motos GP, sueltas todas de una vez. Es atlético ejercicio el tratar de evitarles ese arrollar constante que no es embestida ni ataque, es huida hacia delante, los toreros bien lo saben.

Honor a la tradición ganadera, a un nombre que nos da miedo, que ha convertido en leyenda a toros que no veo bravos. Y respeto a esas fieras, humildes y peleonas que echan su única moneda a anunciarse con los Miuras pensando en la comprensión del aficionado medio que luego se pone de parte. Mucho mérito los toreros exponiendo sus barrigas, igual poniendo banderillas que rematando faenas, sin más premio que la ovación que suele sonar a alivio en vez de a premio o calor. No es que el resultado del fútbol compensara la elección. Perder por cuatro a uno no ha sido muy agradable. Pero si piensas que el susto más grande que me he llevado en las tres horas de Estadio es que se acababa el catering, pues eso, que puestos a elegir sustos, hoy elegí los sustos —mucho más llevaderos— que nos da el Metropolitano.

Plaza Monumental de Las Ventas, 19 de mayo de 2024

Tauromaquia
El redactor recomienda