La mujer que tiene un 'ejército' de playmobil y camisetas para hacer universal el 'I❤️Vallekas'

La primera vez que Verónica Esteban se atrevió a salir a la calle con todos los abalorios que había hecho hasta la fecha, quedó impresionada. En apenas unos metros de su barrio de toda la vida, San Diego, en Vallecas, consiguió 50 euros. Así comenzó una nueva andadura que ya alcanza casi los 15 años y que, hace apenas unas semanas, ha llegado a otro gran hito: abrir su propia tienda en la que predomina la marca VK, como se conoce a Vallecas popularmente: tazas, vasos de chupito, gorras, camisetas, chapas, pegatinas y hasta un barco Playmobil con sus marineros convertidos en hinchas del Rayo Vallecano.

"Trabajé en una empresa desde los 28 hasta los 38 años. Me agobié y me despedí, y decidí hacerme autónoma", comienza a explicar Esteban. Poco después, se compró arcillas, alambres y unos alicates, y comenzó a crear llaveros y colgantes. Un tiempo después, se percató que podría vivir de eso, sobre todo yendo de feria en feria por toda España.

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Las cosas cambiaron. Este 1 de marzo, una nueva andadura se abría ante Esteban al inaugurar la tienda que, en apenas unas semanas, se ha convertido en el epicentro del merchandising vallecano, llamada El rincón de vallekas. "Mis productos son muy demandados. En todas las ferias la gente me compraba mucho, y siempre me estaban diciendo que cuándo abriría mi tienda", relata la dueña del negocio situado en el número 19 de la avenida de Buenos Aires.

En ella, dos letras son suficientes para situarla en el mapa: "La v y la k son unas siglas que se utilizan desde siempre en el barrio. Alardeamos de que somos el único con unas siglas identitarias, no necesitamos más", se explaya. No hay un origen claro de estas siglas ahora popularmente conocidas, sí se sabe que alguien las patentó con una licencia libre para que nadie se pudiera lucrar al utilizarlas.

Siglas de las que enorgullecerse

Esteban supo ver bien esta oportunidad de mercado, un negocio que no solo está sustentado por los propios vallecanos, sino también por cualquier simpatizante con el barrio: "He hecho cinco diseños de camisetas y el que más se vende es uno que pone vallecanos por el mundo con un mapamundi en el que se forma la VK", comenta. Y añade: "Aquí hay mucha gente que dice que no necesita llevar las siglas para decir que es del barrio, pero a mí personalmente sí que me gusta que se sepa que soy de Vallecas, incluso antes que de Madrid".

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En este sentido, el alma que todavía guarda Vallecas como bastión obrero y reivindicativo juega un papel crucial. "Somos un símbolo de lucha, de rebeldía, de esfuerzo y asociacionismo, de colectivos sociales… Yo he estado en muchos y ahora, en la tienda, me gusta que cada uno de estos colectivos puedan vender su material y aportar a la causa", desarrolla la propia Esteban.

Tazas, chapas, pegatinas, camisetas, sudaderas, pulseras, imanes, placas, lámparas y escudos de madera. Casi todo lo imaginable lo vende Esteban en su Rincón, donde una impresora en 3D le permite realizar las virguerías que demanda el público. "Hemos personalizado hasta nuestro Playmobil, donde los marineros son bukaneros rayistas", cuenta. Su precio ronda los 150 euros, barco de Playmobil y cuatro bukaneros incluidos.

Desafíos ante el nuevo modelo de negocio

Acostumbrada a viajar constantemente por toda España, la vida en la tienda se torna diferente para Esteban. "Yo llevo 14 años viviendo de esto, pagando autónomos y todos mis impuestos, además del alquiler de mi casa. Hay gente que se cree que, por tener un puesto con el que ir a los mercados y las ferias, vivimos en una comuna, cuando solo somos personas que hemos decidido buscarnos la vida de forma diferente", enuncia.

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En estos momentos, el negocio está más pensado para que los clientes vayan a él, a diferencia de lo que sucedía antes. "Antes era yo quien iba a buscar al cliente, el dinero, y de esta forma necesito mucha más publicidad para que se conozca el espacio", asegura esta vallecana. Además, Esteban tiene muy claro qué quiere o no quiere vender. Así lo explica ella misma: "Sé que hay gente a la que no voy a llegar con mis productos. Si alguien quiere una pulsera con la bandera de España, eso no lo va a encontrar aquí", afirma de forma tajante.

Por otro lado, en El rincón de vallekas no solo hay materiales ligados al barrio. Pensado también como una tienda de regalos, en él también se pueden encontrar sacos térmicos, por ejemplo. Aun así, lo que más sobresale, más allá del merchandising ligado a VK, son las 400 referencias de guitarras que tienen en su escaparate en forma de réplicas en miniatura de las originales.

Una línea de ropa propia

Sea como fuere, el gasto medio que suele hacer una persona en la tienda está entre los 20 y 30 euros. "Hay más tiendas, incluso librerías, que venden productos ligados al barrio, pero ninguna en la que haya tantas cosas de Vallecas", sentencia. Para Esteban, todo lo vallecano tiene un poso de orgullo: "Prefiero que mi balda esté llena de grupos vallecanos de flamenco, rock o punk a que lo esté de otra cosa. Me siento muy cómoda vendiendo estas cosas, por eso lo he creado", afirma.

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A los 60 metros cuadrados que tiene la tienda, repleta de expositores, hay un par de espacios más utilizados como almacén y taller, porque también cosen sus propias creaciones. "La idea es sacar una línea de ropa diseñada por mí y cosida por Maribel, mi compañera en el negocio", recalca Esteban. Poco a poco, esta vallecana intentará que el orgullo de sentirse de un barrio como Vallecas, con un acervo de reivindicación y lucha innegable, se convierta en algo cotidiano, algo que poder expresar, algo de lo que nunca olvidarse.