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Los vecinos contentos del Bernabéu: "Se hace más caja y tenemos dos camareros extra por Taylor Swift"
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Los vecinos contentos del Bernabéu: "Se hace más caja y tenemos dos camareros extra por Taylor Swift"

Los hosteleros próximos al estadio aguardan expectantes la marea 'swiftie'. Algunos ya han percibido un incremento en las ventas de hasta el 15%, según sus cálculos La alegría contrasta con el hartazgo de los residentes

Foto: Roldán, del bar Orsay, listo para la 'swiftmanía'. (A. F.)
Roldán, del bar Orsay, listo para la 'swiftmanía'. (A. F.)

La marea swiftieseguidores de Taylor Swift con pulseras de colores– comienza a aparecer en las inmediaciones del Santiago Bernabéu. Son las dos de la tarde del martes y, aunque todavía faltan más de 24 horas para el concierto de la artista norteamericana, el fervor puede palmarse ya en cada esquina del campo. Chicas jovencísimas con sombreros de cowboy hacen fila para comprar merchandising mientras sus padres sujetan las bolsas serigrafiadas. Y antes o después, cae una caña fría en una terraza a la sombra.

Es ahí, en los bares, tabernas y restaurantes, donde el fenómeno fan por la cantante no supone un problema. Más bien lo contrario. Las quejas por el ruido de los vecinos contrasta con las expectativas de los hosteleros. "Al ser de fin de mes nos va a venir muy, muy bien", relatan desde la calle Concha Espina.

Foto: Marta y Alfonso frente al Bernabéu. (A. F.)

En Bernabéu, un barrio residencial de clase media-alta en progresiva transformación, los garitos ahora se enfocan también a un público que no necesariamente disfruta de la Champions. Por ejemplo, hay quienes han apostado por buscarle rédito a los nuevos eventos dentro del estadio. Dentro del bar Orsay, en la calle del Doctor Fleming, los camareros entran y salen con platos combinados, bocadillos y algún refresco. Su apuesta para los próximos dos días es a lo grande. "Hemos contratado a dos camareros extra y tenemos mucho género", dice Roldán señalando a los productos para las comidas.

La dueña del negocio es una mujer mayor que reside cerca del local, pero son Roldán y su equipo quienes sacan el bar adelante a diario. "El primer concierto nos pasamos… tuvimos que tirar comida. El segundo, con Alejandro Sanz, fuimos adivinando y salió muy bien. Estos días estamos haciendo más caja y ya mañana vamos preparados", relata mientras sirve un café con hielo.

placeholder Dejando todo a punto en La Barra de la Bientirada. (A. F.)
Dejando todo a punto en La Barra de la Bientirada. (A. F.)

Los perfiles de los asistentes a los shows son muy variopintos. Es probable que el público que acuda a ver a Taylor Swift sea diferente al que tiene entradas para Luis Miguel –el próximo mes de junio– o para el que fue a escuchar a Hombres G el pasado 11 de mayo. Esto último es lo único que inquieta al manager de La Barra de la Bientirada, en Concha Espina. Por regla general, las swifties son chicas jóvenes; muchas menores de edad. "No es como si viene un futbolero a emborracharse a birra", explica el responsable.

Los locales de la zona están acostumbrados a servir a los hinchas del Real Madrid, vecinos de toda la vida y turistas que quieren hacerse una foto frente al templo merengue. Sin embargo, la sensación es que lo nuevo será bien recibido. Todas las esperanzas están puestas en este miércoles. Las fechas coinciden con el fin de mayo, por lo que confían en que ambos eventos eleven el cierre de las cuentas. Esta famosa calle madrileña está justo frente a la entrada a la tienda de merchandising: una larga fila de personas esperan en la puerta para hacerse con alguna camiseta; otros aprovechan para consumir en los negocios cercanos.

placeholder Dentro de la tienda con el 'merchandising', cedida por el RM. (A. F.)
Dentro de la tienda con el 'merchandising', cedida por el RM. (A. F.)

- ¿Estáis notando el boom de Tay…?

- ¡Sí! – responden de forma rotunda desde el Subway. En el interior del local, justo frente a la tienda oficial del Santiago Bernabéu, se aprecian bolsas con el logo de la cantante.

A la pregunta de qué expectativas hay para este miércoles y jueves, la respuesta es una expresiva mirada, una sonrisa y ningún comentario. Es casi inevitable predecir que aumentará la carga de trabajo.

placeholder 'Swifties' en Subway. (A. F.)
'Swifties' en Subway. (A. F.)

Desde Rafael Salgado y Padre Damián son un tanto más recelosos con el asunto. La primera es el punto neurálgico de las protestas vecinales contra el ruido. La segunda acoge a diario a más de 4.000 niños en un total de cuatro colegios. Los grupos de WhatsApp de estos residentes echan humo desde hace semanas. Fútbol, sí; eventos musicales sin cumplir los límites de decibelios permitidos, no.

Uno de los bares prefiere no decir de forma pública el nombre del negocio porque "es un tema muy sensible". El intríngulis es el siguiente: estos negocios llevan décadas viviendo de los vecinos –en su mayoría, propietarios– de toda la vida. Y son estos últimos los que están hartos de los espectáculos musicales. El local reconoce, con la boca pequeña, que esperan una gran afluencia de gente por la swiftmanía.

Foto: El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida (i), y el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez. (EFE/J.J. Guillén)

Javier Fernández, encargado del Restaurante José Luis, explica que las ventas han aumentado un 15% y que cuentan con 90 reservas de comidas para los dos próximos días. "De momento, aquí se percibe más el incremento de ventas con el fútbol y no tanto con los conciertos", señala.

El que no quiere oír hablar de Taylor Swift es el kioskero: "La gente viene y toquetea todo. Luego solo compran agua. ¡Y mañana me cortan la calle! Me planteo cerrar a las tres de la tarde".

La marea swiftieseguidores de Taylor Swift con pulseras de colores– comienza a aparecer en las inmediaciones del Santiago Bernabéu. Son las dos de la tarde del martes y, aunque todavía faltan más de 24 horas para el concierto de la artista norteamericana, el fervor puede palmarse ya en cada esquina del campo. Chicas jovencísimas con sombreros de cowboy hacen fila para comprar merchandising mientras sus padres sujetan las bolsas serigrafiadas. Y antes o después, cae una caña fría en una terraza a la sombra.

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