Madrid tiene en un barrio de moda el lugar donde encontrar casi cualquier cómic

A solo unos pasos de la Gran Vía, en el madrileño barrio de Universidad, se encuentra la meca madrileña del cómic. Esta zona cuenta con la mayor concentración de tiendas de este tipo de la capital desde los años 80: 15 locales especializados en tebeos en menos de 300 metros. Es algo parecido a Sotokanda, el famoso distrito japonés considerado la meca de esta literatura.

Sus dueños explican que hace 30 años era un barrio muy barato, porque era una zona de drogas y prostitutas que estaba muy deprimida. Sus locales eran muy grandes, perfectos para almacenar cientos de tebeos, y el precio de los alquileres era bastante asequible, así que se fueron asentando en la zona. "Empezamos en los bajos de Plaza de España, pero poco a poco nos fuimos trasladando aquí", cuentan desde la tienda de cómics Metrópolis, una de las más antiguas de la ciudad.

Los años han pasado y Malasaña se ha puesto de moda: la gentrificación ha ido echando poco a poco a los vecinos y los alquileres están más caros que nunca. "Ahora es más caro, pero aquí seguimos", dice Sánchez, de Atom Cómics. En menos de 100 metros, solo en la calle Luna, hay cinco tiendas de cómics. Sánchez, de 42 años, lleva trabajando un año en la tienda desde que abrió. Antes de ellos, en el mismo local, había otro punto de venta especializado que tuvo que cerrar. "La gentrificación se ha querido comer todo, pero aquí seguimos. No hay otra calle como nosotros", afirma el dependiente de la tienda.

Lo que más se vende es manga, es decir, los característicos volúmenes de dibujos animados japoneses, así como novelas gráficas para adultos como Los Monstruos y Moderna de Pueblo. La mayoría de sus clientes son jóvenes entre los 10 y los 35 años que consideran estas tiendas su santuario, el lugar al que van cada semana en busca de novedades y de poder desconectar de la rutina. "Las grandes plataformas de streaming han impulsado mucho el mundo de los cómics. En los últimos años, el sector ha crecido mucho en España", afirma Sánchez, que cree que si alguien le hubiera dicho cuando era niño que iba a terminar trabajando en una tienda de cómics, se hubiera sentido muy orgulloso de haber acabado trabajando ahí.

TE PUEDE INTERESAR

Los derrotados de los barrios: los comerciantes que se llevan la esencia de Madrid al bajar la persiana

Lucía Franco

La mayoría de los locales intentan crear su propia personalidad para distinguirse de otras tiendas, aunque todos vendan los cómics más populares. Mientras que Otaku Center opta por el producto japonés y coreano, Hobby Converters se centra en los productos de segunda mano. Metrópolis, por su parte, se especializa en la importación de tebeos de Estados Unidos.

Sergio Gonzalo, de 34 años, lleva seis trabajando en la tienda Metrópolis, y aunque sabe que son rentables, teme el día en que los vecinos sean finalmente expulsados del barrio y los locales de cómics sean reemplazados por grandes franquicias como las que invaden la Gran Vía. "Aquí hemos visto cómo muchas tiendas han tenido que echar el cierre, ya sea por jubilación o porque ya no eran rentables. Las que cierran hasta ahora no han encontrado quién las releve", cuenta.

"Aquí hemos visto cómo muchas tiendas han tenido que echar el cierre, ya sea por jubilación o porque ya no eran rentables"

Gonzalo cuenta que sus mañanas entre semana son muy tranquilas en el local. "El ajetreo empieza desde el jueves y se prolonga todo el fin de semana", señala. La gente ya sabe dónde tiene que ir si busca un cómic, por lo que, cuentan, se organizan para ir de tienda en tienda: ese es muchas veces el plan de decenas de adolescentes después del colegio. "Aunque nuestra clientela está más orientada a un público que empezó a venir cuando tenía 20 y ahora lo sigue haciendo con 40", señala. Los cómics en Metropolis tienen un precio que va desde los tres euros hasta los 150.

Para intentar impulsar la meca del cómic hace unos años, Daniel Corona, socio fundador y gerente de Otaku Center, lanzó con ayuda de sus compañeros un proyecto llamado Barrio del Cómic. Este busca atraer a los turistas a esta calle en donde los cómics se pelean el espacio entre tiendas de comida china y cafés. Para impulsar esta iniciativa, han creado su propia cuenta en redes sociales, en la cual están todos los locales señalados en un mapa de la zona para que los amantes de los tebeos sepan cómo hacer la ruta sin perderse de nada.

Y efectivamente, aunque sin mapa, por la calle se puede ver cómo grupos de amigos o parejas desfilan por la calle Luna con un único propósito: pasar horas entre cómics. Entran en todas las tiendas, comparan precios, novedades y después de un rato de ir cambiando de acera, finalmente deciden cuál será ese tebeo que se llevarán a casa.

En el local Tinte Luna Blanca entra una pareja. Él tira de ella emocionado para enseñarle el cómic que ella estaba buscando, pero la joven, al ver el precio, decide que no. José Antonio Redondo, de 43 años, es el encargado del local, y al ver la escena no puede evitar reírse. "El cómic ha evolucionado mucho en los últimos años, se está publicando mucho más, lo que hace que haya para todos los gustos. El problema es que el mercado está saturado y han subido muchos los precios", afirma. Aunque ha visto cómo esa subida del precio del papel ha afectado a su negocio, se siente tranquilo: sabe que el hecho de estar en la zona donde está le garantiza siempre tener clientes. "Es una calle de culto al cómic, y eso ha hecho crecer mucho las ventas. Tienes el público asegurado. Si a uno le va a bien, eventualmente a todos nos irá bien", afirma.