La resaca de los swifties en el Bernabéu son unos fans muy 'cafeteros' del trap: "La cola para Duki empieza aquí"

Una semana después de que el fenómeno swiftie arrasara en las inmediaciones del Santiago Bernabéu, un pequeño grupo de fanáticos del reggaetón duerme ahora bajo la sombra de un árbol. Este sábado se celebra el concierto de Duki, el artista argentino de moda. El rapero latinoamericano lleva años dando que hablar en el panorama musical urbano. Su show se llevará a cabo, también, en el templo merengue, pero el fervor por el evento es menor que la locura por la estadounidense. Al lado de la boca del metro -a la que han cambiado el nombre durante una semana por este evento- puede leerse el siguiente cartel: "Aquí comienza la cola para Duki". Sin embargo, apenas hay una decena de personas.

"Llevamos desde el martes", explica a este diario una de ellas sentada sobre una toalla. Las jóvenes, algunas menores de edad, llevan mucha, mucha agua. No obstante, relatan que lo peor de dormir a la intemperie no son las altas temperaturas, sino unos insectos inofensivos a la par que repugnantes: "¡Hay muchas cucharas!", señalan dos primas originarias del barrio de Aluche.

La chavalada viene de barrios del sur, de Chamberí y del Barrio de Salamanca. Y, como ocurre en este tipo de citas para muy cafeteros, algunas no se conocían entre ellas previamente. "Hacemos turnos de ocho horas", explica Carla, otra de las fanáticas del cantante argentino. Según su testimonio, se organizan a través de grupos de mensajería instantánea para no perder el turno en la cola. Este jueves apenas eran seis, un número bajísimo que contrasta con la euforia por este evento al otro lado del charco. De hecho, en las calles aledañas al Bernabéu abundan los corresponsales de medios de comunicación argentinos para cubrir el evento. "Yo no sabía quién era, le he conocido porque va al Bernabéu", relata un madridista. La realidad es que el artista cuenta con más de 13 millones de seguidores en Instagram.

Obras y quejas, otra vez

El concierto se produce en mitad de una fuerte polémica con los residentes de la zona. La cercanía de sus viviendas con el estadio provoca que sea casi imposible conciliar el descanso con el ocio de los asistentes al campo. Para ellos, el Real Madrid ha convertido su estadio en un "fiestódromo", tal y como relataron a este diario la pasada semana. Su argumento es que, después de aguantar las obras del campo de fútbol durante cinco años, la tortura permanece en forma de conciertos. Este jueves, además, volvieron a sonar de nuevo las excavadoras. Los trabajos para reformar las inmediaciones del estadio continúan. Según ha podido saber este diario, el tramo frente a Rafael Salgado no estará listo hasta el mes de agosto. El resultado final contará con una zona de aparcamiento en batería, dos carriles –uno para cada sentido– y una acera mucho más amplia que la actual.

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Andrea Farnós

Hay que tener en cuenta que todos los trabajos se paralizarán cada vez que se celebre algo en el interior del Bernabéu. Es decir, cada vez que hay un partido de fútbol o un concierto, tienen que dejar de trabajar y trasladar el material y maquinaria a Valdebebas. El barrio, además, se enfrenta ahora a otra nueva derivada. Tal y como publicó El Confidencial, el Ayuntamiento de Madrid ha autorizado a la empresa Campus and Sports Events a utilizar un tramo de la calle Doctor Fleming para estacionar autobuses hasta el 7 de septiembre.

"Es una pena, es un destrozo", relata Susana, una vecina del barrio de toda la vida, a este diario. Ella, por suerte, no reside en las calles más afectadas por el nuevo Bernabéu, pero su discurso va en la misma línea que el de los perjudicados: "Hay gente que tiene pisos de 400 metros cuadrados. ¿Cómo van a vender eso ahora? Van a hundir la zona", se pregunta. Este reportaje de El Confidencial explica cómo el precio del metro cuadrado va al alza en esta acomodada zona madrileña, menos en los bloques más próximos al estadio. En cualquier caso, ninguna de estas polémicas conseguirá diluir la ilusión de los más jóvenes.