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Querían ser cineastas y ahora no tienen dinero: la película de terror de los estudiantes de EFTI
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Querían ser cineastas y ahora no tienen dinero: la película de terror de los estudiantes de EFTI

Profesores y alumnos de la escuela de cine y fotografía que cerró por sorpresa la semana pasada hablan con detalle de los problemas y las pérdidas económicas que les ha generado esta situación

Foto: Una exposición fotográfica dentro de EFTI. (EFE/Zipi)
Una exposición fotográfica dentro de EFTI. (EFE/Zipi)

Un mensaje enviado por la noche el viernes pasado, 31 de mayo, hizo que las vidas de decenas de personas se tambalearan en Madrid. El Centro Internacional de Fotografía y Cine (EFTI), de reconocido prestigio e inaugurado en la capital en 1987, comunicó su cierre. La escuela entraba en un concurso de acreedores. La incertidumbre reina entre las más de 200 personas damnificadas, profesorado y alumnado, por este anuncio que nadie se esperaba. Hay estudiantes que han pagado entre 10.000 y 30.000 euros por unos cursos de los que ahora no podrán titularse.

Las quejas y denuncias públicas no han hecho más que brotar en estos días. Entre ellas, que la EFTI, dirigida por José Luis Amores y Agustín Pérez de Guzmán, siguiera admitiendo hasta el último día pagos por matrículas para cursos que tendrían que empezar este septiembre, como que los profesores llevaban meses sin cobrar.

Manlio Molina es uno de esos estudiantes que, con el cierre de EFTI, ve sin dirección todo el proyecto vital que había ideado. Llegado desde Honduras el pasado septiembre y matriculado en el máster internacional de Dirección de Fotografía en Cine, ha realizado un desembolso que supera los 15.000 euros para sus estudios. "Y eso que yo pagaba mes a mes, si no, hubiera sido mucho más catastrófico", comenta. En su caso, como el de tantos otros, al dinero perdido y el no poder terminar la formación, se suma que la estancia legal en España queda suspendida debido a su visado de estudiante.

Ya el año pasado le metieron prisa para matricularse: "Me decían que debía hacerlo cuanto antes, que se agotaban las plazas. Me matriculé en mayo del año pasado y, a los pocos días, sacaron un descuento del máster del 30%. Llamé por si podía acogerme a él, y me lo denegaron. Eso fue lo primero que me olió raro de la EFTI", comenta. La siguiente sorpresa llegó cuando en su máster se encontró a estudiantes del máster de Dirección de Cine "que no se formaban bien, lo que a la larga repercutiría en nosotros, porque en el futuro tendríamos que trabajar juntos en proyectos de la escuela", añade.

Foto: Una de las fotografías de Jordi Socías expuesta en la muestra. (Cedida)

A principios de 2024, preocupado por lo que sucedía y el rumbo que estaban tomando sus clases, en las que se quedaba mucho contenido por explicar, fue a hablar con la dirección. "Les dije que estos estudios eran cruciales para mí, que venía de Honduras y me estaba dejando mucho dinero en ellos, así que les exigí que fueran transparentes. Me respondieron que todo estaba bien". No era verdad. Para entonces, la EFTI ya había iniciado un plan de reestructuración en el que muchos de sus docentes habían aceptado quitarse el 50% de la deuda que la escuela mantenía con ellos en pos de la supervivencia del centro de estudios.

Molina llegó a la capital con la cabeza bien alta. En el país centroamericano, él ya había trabajado en algunos proyectos cinematográficos. De hecho, allí tiene una pequeña productora con la que conseguía mantenerse en Madrid. "El nivel de vida aquí es muy alto, con lo devaluada que está la moneda en Honduras. No nos dan ninguna explicación y yo ya no me creo nada. Lo único que ha hecho esta experiencia algo satisfactoria han sido las personas que he conocido en este viaje, tanto profesores como alumnos", dice con una voz apagada por las circunstancias.

Francesco Bertelli estudiaba el Máster de Fotografía de Moda. Tras un desembolso de 14.500 euros, ahora todo se ha ido al traste después de haber disfrutado de solo cuatro meses de formación, en lugar del año que le correspondía. "El cierre ha sido toda una sorpresa. Esta es una escuela privada y nadie va a querer hacerse cargo de nosotros y nuestros pagos", explica. Además, este estudiante de 32 años es consciente de los testimonios que han salido a la luz tras el cierre de EFTI. “Se escucha que la escuela tenía una deuda de dos millones de euros y que los profesores estaban maltratados laboralmente”, en sus propios términos.

"Nos han timado"

Juan José Arias tiene 20 años, estudiaba el Máster de Fotografía y pagó 10.000 euros por él. "Mi familia y yo no tenemos todos los días ese dinero para regalar a una escuela. Es una inversión muy importante que nos ha costado mucho sacrificio y que ahora no se ve recompensada de ninguna forma", se queja. El cierre de la escuela le ha pillado tan de improviso que, una semana antes del fatídico anuncio, su clase había inaugurado una exposición en una de sus salas. "Teníamos toda nuestra ilusión puesta en esa muestra, y ahora no podemos recoger ni nuestras propias obras, porque la EFTI está cerrada a cal y canto", denuncia.

Foto: Ficciones, el último videoclub de Madrid. (Cedidas)

A sus 53 años, Camilo Rozo ha invertido 22.000 euros en su Máster de Dirección de Cine. En su haber queda haber sido fotógrafo en Colombia, su país natal, para El País. "Pensaba que la EFTI era la escuela con mejor reputación, y ahora es muy doloroso y frustrante ver lo que está pasando. A todo el mundo nos han timado. Solo nos queda superar el golpazo y ver cómo podemos hacer valer nuestros derechos", glosa este estudiante. A él tampoco le vale lo que la escuela le transmitió al estudiantado mediante un correo: "Querían darnos un certificado de las horas que habíamos tenido de clase, pero eso no sirve para absolutamente nada".

Duro golpe para el claustro

El profesorado no se libra tampoco de lo sucedido. Esther Ramón impartía dos talleres anuales en el Máster de Autor. Lleva haciéndolo ocho años y, además, es docente universitaria. "Estábamos dando clases sin cobrar, pero no se lo decíamos a los estudiantes para no asustarles", enfatiza. Ella fue de esas que no aceptaron una quita de la deuda del 50% a principios de año: "Parece que tenían una deuda de dos millones de euros y, de esa forma, la escuela podría disfrutar también de una quita del 50%. Este plan de restructuración salió adelante", agrega.

Desde su punto de vista, EFTI ha sido una escuela de referencia en fotografía, con los mejores profesores, medios y dependencias. "Algo se ha tenido que hacer muy mal ahí dentro para haber terminado así", comenta al respecto. En estos momentos, la mayor preocupación de Ramón, a quien también le debe dinero la escuela, se centra en el estudiantado: "Es gente que ha pagado miles de euros por una formación que nunca va a disfrutar y nadie les ha explicado nada. Lo único bueno de todo esto es lo unidos que estamos. EFTI no solo eran sus directivos, sino el entramado humano que la ha sostenido durante tanto tiempo".

Foto: Facultad de Ciencias de la Información de la UCM. (Jesús Hellín/Europa Press)

En el caso del Máster de Autor, que terminaría en mes y medio, ha sido el propio director el que ha contactado con los profesores que lo imparten para acordar seguir dando las clases que quedan pendientes. "Lo van a hacer gratis, incluso en sus propios estudios profesionales", apunta la misma Ramón.

El fotoperiodista José Antonio Díaz, de 63 años, lleva desde los 17 dedicándose al mundo de la fotografía y década y media colaborando con EFTI. "Han sido miles los estudiantes que han pasado por ahí. Hace poco se hizo un homenaje por los 25.000, creo recordar", afirma este docente. "La escuela era fantástica, pionera en muchas cosas, con unas instalaciones increíbles, con exposiciones deslumbrantes", rememora.

A Díaz también le escribieron en diciembre ofreciéndole la quita del 50% de la deuda que la escuela había contraído con él. "Lo acepté. Hacerlo para salvar a la escuela no me suponía ningún perjuicio", aclara. "Ahora lo más preocupante son los estudiantes. Chavales que se han dejado media vida trabajando en Latinoamérica para poder venir aquí y ahora se va al garete. Es todo muy duro", opina.

Los modelos, también en la estaca

Los modelos y actores con los que trabajaba EFTI se ven sin la posibilidad de seguir colaborando con la escuela, además de deberles el pago de facturas atrasadas desde hace meses. Néstor Rubio, a sus 33 años, es actor graduado por la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid, periodista y comunicador audiovisual. "Hice un trabajo para ellos en julio del año pasado. Tuve que esperar más de seis meses para que me lo pagaran, y eso que intentaron que hiciera uno de sus cursos de forma gratuita en lugar de abonarme el dinero", subraya.

Foto: El colectivo madrileño de artistas El Cubri. (Cedida: Museo Reina Sofía. Colección Archivo Lafuente)

En estos momentos, la EFTI le adeuda algo más de 1.000 euros: "Puede parecer que no es mucho, pero para una persona que vive en Madrid y es artista, supone una gran cantidad. En este tiempo, he tenido que pedir dinero prestado a mi familia para poder vivir". Rubio, que ha trabajado para la escuela durante unos cinco años, considera que ha habido una mala intención por parte de la dirección al cerrar de esta forma. "Hasta el mismo día del cierre, la escuela estaba aceptando pagos de matrícula de nuevos cursos que empezarían este septiembre" concluye este artista que ahora no sabe ni siquiera cómo defender sus derechos.

Un mensaje enviado por la noche el viernes pasado, 31 de mayo, hizo que las vidas de decenas de personas se tambalearan en Madrid. El Centro Internacional de Fotografía y Cine (EFTI), de reconocido prestigio e inaugurado en la capital en 1987, comunicó su cierre. La escuela entraba en un concurso de acreedores. La incertidumbre reina entre las más de 200 personas damnificadas, profesorado y alumnado, por este anuncio que nadie se esperaba. Hay estudiantes que han pagado entre 10.000 y 30.000 euros por unos cursos de los que ahora no podrán titularse.

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