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"Las colas dan la vuelta a la calle": el helado de moda en Madrid viene de Grecia, no de Italia
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"Las colas dan la vuelta a la calle": el helado de moda en Madrid viene de Grecia, no de Italia

La idea de Myka es simple, por eso su éxito sorprende incluso a los dueños del local. El yogur griego es su materia prima y esta es la historia de su primer año de vida

Foto: La cola para comprar un helado da la vuelta a la calle. (Cedida)
La cola para comprar un helado da la vuelta a la calle. (Cedida)

Decenas de personas esperan frente a la puerta de un diminuto local en el barrio de Salamanca. La fila, incluso, da la vuelta a la calle. Abarca más de 100 metros hasta la ferretería de la esquina. ¿Qué hacen ahí? Llegan atraídos por una de las últimas tendencias de la capital. El negocio se ubica a la altura del número 44 de la calle de Ortega y Gasset. Ofrecen helado artesanal elaborado a base de leche y kéfir de cabra, una receta tradicional. La idea de Myka es simple, por eso su éxito causa extrañeza. Pero estos helados no vienen de Italia... sino de la meca de los yogures, en Grecia.

"Hace dos veranos viajamos a Mykonos y nos enamoramos de su cultura. Diría que ahí fue donde empezó todo". Hablan Natalia Morales y Javier Ezquerro, los artífices de esta idea y dueños del establecimiento. Este matrimonio mexicano, que entonces vivía en Miami, decidió dar un giro a su vida y aterrizó en Madrid para abrir una tienda de helados, que inauguró un año atrás. Y las redes sociales fueron el ingrediente secreto de su éxito. El petardazo de los videos cortos promocionales han provocado que Ortega y Gasset siempre esté a rebosar de gente en busca de un yogur griego.

placeholder Varios amigos que viven por el barrio de Salamanca llegan a probar los helados. (L.B.)
Varios amigos que viven por el barrio de Salamanca llegan a probar los helados. (L.B.)

"¡Mi madre lo vio en TikTok!", cuenta Maite, de 16 años, que hace cola con su amiga Laura para entrar al lugar. Los videos de la marca acumulan miles de visualizaciones en la red. Es ahí donde han encontrado su nicho de atracción de clientes: es muy probable que cualquier usuario de TikTok madrileño haya visto algún reel de estos yogures. Marta, que vive en el barrio de Chamartín, se ha acercado a Myka con su madre para probar uno de ellos: "Sí, sí, yo lo conozco por los vídeos", señala.

Las visitas de influencers del ámbito gastronómico han sido otro factor clave de la popularidad de Myka. ¿Qué ocurrió? Que se disparó el éxito entre turistas. El perfil del comprador es principalmente joven y, en buena medida, extranjero: desde estadounidenses hasta griegos o procedentes de Oriente Medio, Australia o Arabia Saudí, apuntan los propietarios del negocio. Debido a su éxito, tuvo que intervenir incluso el portero del edificio de al lado.

“Las colas daban la vuelta a la calle y la gente no podía salir”, comenta Juan, que vio nacer el local y probó, junto a Natalia y Javier, los primeros postres. Las tarrinas y los cucuruchos ahora rondan entre los tres y cinco euros. Pero a él, en su día, le tenían de "catador", explica entre risas a El Confidencial.

placeholder Juan, el portero. (L.B.)
Juan, el portero. (L.B.)

Cerca del lugar, en la calle de Conde Peñalver, hay un centro de idiomas. "Por estas fechas terminan los estudios y vienen siempre en grupos", añade. De hecho, cuenta que "hay gente que coge un Uber solo para venir". "Los usuarios son casi nuestros embajadores. Eso es más potente que cualquier anuncio o publicidad", remarcan los dueños.

Hay más de 20 toppings para elegir, siendo la baklava uno de los más populares. Se trata de un postre turco realizado con una delgada pasta de hojaldre, que se hornea con miel y pistacho. Es el que ha probado Andrea, que descubrió la tienda en un feed de Instagram, red donde el negocio acumula más de 12.000 seguidores. En ella, muestran desde las coberturas habituales –los chocolates de siempre, crumble de frutos rojos, compota de arándanos...– hasta los productos de temporada, como el helado de yogur con turrón, el de maracuyá o el de lavanda.

placeholder Natalia Morales y Javier Ezquerro, creadores de Myka. (L.B.)
Natalia Morales y Javier Ezquerro, creadores de Myka. (L.B.)

A las puertas del verano y tras un año abiertos, el local del barrio de Salamanca se les ha quedado pequeño. Los dueños de Myka preparan la apertura de un nuevo espacio en Ponzano, calle de bares y ajetreo en Chamberí. Los colores azules y blancos, las paredes rugosas y la ambientación helena que caracterizan al local se expanden así por Madrid.

Decenas de personas esperan frente a la puerta de un diminuto local en el barrio de Salamanca. La fila, incluso, da la vuelta a la calle. Abarca más de 100 metros hasta la ferretería de la esquina. ¿Qué hacen ahí? Llegan atraídos por una de las últimas tendencias de la capital. El negocio se ubica a la altura del número 44 de la calle de Ortega y Gasset. Ofrecen helado artesanal elaborado a base de leche y kéfir de cabra, una receta tradicional. La idea de Myka es simple, por eso su éxito causa extrañeza. Pero estos helados no vienen de Italia... sino de la meca de los yogures, en Grecia.

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