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La rotonda que nadie construye y que conectaría el PAU de Madrid al que es casi imposible entrar
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La rotonda que nadie construye y que conectaría el PAU de Madrid al que es casi imposible entrar

Los vecinos de Butarque llevan años solicitando una glorieta en la M-301. El delegado de Urbanismo del ayuntamiento, Borja Carabante, se abrió a reunirse con los afectados. Unas 21.000 personas se beneficiarían de la infraestructura

Foto: Antonio frente al mapa de Butarque donde se señala el problema. (A.F.)
Antonio frente al mapa de Butarque donde se señala el problema. (A.F.)

Vivir en el barrio de Butarque es similar a residir en una península de 950 metros de norte a sur. La zona, ubicada en el distrito de Villaverde y con una extensión total superior a las 600 hectáreas –la mayoría espacios verdes–, condensa su población en urbanizaciones de principios de siglo entre San Cristóbal y Villaverde Bajo. El mayor desafío para muchos vecinos es, paradójicamente, el acceso a sus propias viviendas: como informó este diario, el PAU está rodeado de carreteras, pero apenas tiene acceso a ninguna. La M-40, M-45, A-4, M-301 y las vías del ferrocarril mantienen el barrio encajonado.

Por ello, llevan años demandando la construcción de una rotonda en la zona sur, justo en el punto que corta la M-301 con la calle de las Hullas. Su deseo, al menos de momento, parece continuar en el aire. Sin embargo, este lunes, el delegado de Urbanismo de la capital, Borja Carabante, declaró abrirse a dialogar con los afectados.

El conflicto radica en la ubicación de la rotonda deseada. El Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid no se ponen de acuerdo para ejecutar un plan que solucione el asunto. La M-301 es competencia del Gobierno regional, mientras que la calle de las Hullas, lo es del equipo municipal. ¿El resultado? Nadie construye la glorieta que mejoraría la calidad de vida, según se estima, de unas 21.000 personas. El delegado, además, aprovechó su declaración en la comisión de Urbanismo para recordar que el Ministerio de Transportes, titular de la A-4, tampoco ha habilitado accesos a esta carretera nacional.

Foto: "Para llegar has tenido que pasar por aquí, bajar por aquí, girar por aquí...". (A.F.)

"Estamos dispuestos a mantener reuniones con los vecinos y, si quieren, ir de forma conjunta al Ministerio [de Transportes]", señaló en la comisión. El portavoz de Vox, Ignacio Ansaldo, –y encargado de lanzar la pregunta–, aseguró estar encantado de acudir a "hablar con el Ministerio", pero solicitó que se pusieran "de acuerdo para construir la plazoleta de la 301".

Hoy día, para acceder a Butarque, los vehículos deben entrar por la glorieta partida de la calle del Zafiro. La instalación de otra infraestructura similar a un kilómetro al sur permitiría reducir las retenciones diarias de la zona.

El debate sobre la A-4, además, se produce después de que el Ministerio anunciase en marzo que habilitaría dos nuevos carriles en ambas direcciones para reducir el tráfico a esa altura. Fue ahí cuando los vecinos aprovecharon para demandar una incorporación a la vía –la que había tuvo que ser cerrada por tratarse de un punto negro de siniestralidad–.

No obstante, hay que tener en cuenta se trata de una variante distinta del problema: el levantamiento de la rotonda de la M-301 sería una opción para facilitar el acceso al barrio por el sur, una cuestión diferente a la mejora de accesibilidad a la autovía de Córdoba. Los vecinos, por su parte, solicitan a Carabante que proponga "día y hora" para dicho encuentro, que llevan "meses pidiendo".

El presidente de la asociación de Vecinos, Antonio Abueitah, declara a este diario que la situación es un "cachondeo" y solicita que se pongan manos a la obra para levantar la glorieta. Por otro lado, la demanda es común a todos los partidos políticos. De hecho, y como recordó el representante de Vox en la comisión, el proyecto de la rotonda se aprobó por unanimidad en el pleno de la Junta de Distrito de Villaverde.

Vivir en el barrio de Butarque es similar a residir en una península de 950 metros de norte a sur. La zona, ubicada en el distrito de Villaverde y con una extensión total superior a las 600 hectáreas –la mayoría espacios verdes–, condensa su población en urbanizaciones de principios de siglo entre San Cristóbal y Villaverde Bajo. El mayor desafío para muchos vecinos es, paradójicamente, el acceso a sus propias viviendas: como informó este diario, el PAU está rodeado de carreteras, pero apenas tiene acceso a ninguna. La M-40, M-45, A-4, M-301 y las vías del ferrocarril mantienen el barrio encajonado.

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