¿Por qué a los madrileños se les llama gatos? El motivo que hay detrás del apodo

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En el corazón de Madrid, entre sus bulliciosas calles y vibrantes plazas, los madrileños se conocen cariñosamente como "gatos". Este peculiar apodo tiene sus raíces en una leyenda que se remonta a la reconquista de la ciudad en 1085 por Alfonso VI.

Durante esta época, uno de los soldados más jóvenes y valientes del ejército cristiano, escaló la muralla árabe de Mayrit (como se conocía a la ciudad en el período de la reconquista de Toledo) con gran agilidad y destreza, semejante a la de un gato. Impresionado por su valentía, el rey, también conocido como "el Bravo" exclamó que el soldado había trepado como un felino. No solo logró subir la muralla, sino que también cambió la bandera árabe por la cristiana, permitiendo así el paso de las tropas españolas. Desde entonces, este soldado adoptó el apellido "Gato" como un título honorífico.

Con el paso del tiempo, el término "gato" se popularizó para referirse a los madrileños más valientes. Sin embargo, no todos los habitantes de Madrid pueden llevar con orgullo este apodo. Para ser considerado un verdadero "gato", es necesario que la persona haya nacido en Madrid, y que tanto sus padres como sus abuelos también sean madrileños de nacimiento.

Madrileños de tercera generación

Este apelativo se ha mantenido a lo largo de los siglos, reflejando la identidad y el espíritu de la capital española. Así que, la próxima vez que escuches a alguien referirse a un madrileño como "gato", recuerda que este apodo no solo es un cariñoso término, sino también conlleva un legado histórico de valentía y arraigo en la ciudad. Además, el término es fiel reflejo de las tradiciones castizas que luchan por mantenerse vivas, a pesar de que los intereses de las nuevas generaciones vayan por otros derroteros, muchos de ellos, vinculados con las nuevas tecnologías y las pantallas.

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EC

Además, la etiqueta de "gato" conlleva un orgullo cultural que trasciende lo meramente geográfico, convirtiéndose en una marca de autenticidad y pureza madrileña. Así, los "gatos" representan una élite simbólica dentro de la población de Madrid, reflejando una herencia que se transmite de generación en generación, celebrando la rica historia y el carácter distintivo de la ciudad.