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Cuando coger un tren en Atocha o Chamartín se convierte en una ruleta rusa: "No podemos vivir esto cada día"
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NUEVAS INCIDENCIAS ESTA SEMANA

Cuando coger un tren en Atocha o Chamartín se convierte en una ruleta rusa: "No podemos vivir esto cada día"

La imagen de pasajeros agolpados en los vestíbulos vuelve a poner sobre la mesa las quejas de los usuarios habituales de Cercanías y el resto de servicios de Renfe. Retrasos, parones o averías que se agravan en plena época estival

Foto: La capacidad de estas dos estaciones está al límite debido a la escasez de vías de estacionamiento y a la saturación en el acceso a las mismas. (EFE/Gema García)
La capacidad de estas dos estaciones está al límite debido a la escasez de vías de estacionamiento y a la saturación en el acceso a las mismas. (EFE/Gema García)

"Todos los días estamos igual". Los usuarios del servicio ferroviario de Cercanías en Madrid están ya acostumbrados a los retrasos y las incidencias en los trenes que discurren por la comunidad. El servicio operado por Renfe da servicio a más de medio millón de personas al día en la región y muchos de ellos denuncian la degradación de la red. La cosa tampoco mejora en las líneas de Media y Larga Distancia.

Las estaciones de Atocha y Chamartín se llevan la peor parte y son el epicentro del enfado. El pasado 22 de junio, una nueva incidencia en la segunda de ellas provocó grandes aglomeraciones en los vestíbulos de la terminal. La avería de un pantógrafo ocasionó importantes retrasos en los trenes de alta velocidad con origen y destino en Chamartín.

A escasos diez minutos de las 15 horas se cortó la circulación en la vía 20 de la estación, en este caso por una incidencia en un tren que circulaba entre Madrid y Valladolid. Lo mismo ocurrió ayer, cuando en vísperas de un puente en Madrid, unos problemas con la catenaria volvieron a provocar imágenes de aglomeraciones en los vestíbulos y pasajeros enfadados.

"La vida con Renfe no entiende de horarios, otro día más con retrasos en todos los trenes, sin información y sin publicidad en las redes. No hay respuesta a nuestras peticiones", es lo que cuenta a El Confidencial una usuaria habitual de los trenes que viajan cada día desde Valladolid y Segovia a Madrid.

Silvia Contreras, otra viajera que recurre con frecuencia en estos trenes, afirma que "esto es una aventura diaria, el problema es que cuando llegas a la estación no hay ningún tipo de información", además asegura que no había ni aire acondicionado ni asientos para las personas mayores. "Ya no sabemos si son problemas o más bien excusas", concluía Contreras. Muchos de estos usuarios criticaron en X al Ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, que justo aprovechó el día para publicar unas fotos del nuevo vestíbulo de la estación.

Un día después de este problema, a las 10 y media de la mañana, llega a uno de los andenes de la estación un tren procedente de Jaén. Mientras que la multitud se dirige hacia las escaleras mecánicas, Raúl, un joven y habitual de esa línea, afirma que "uno se acaba acostumbrando al mal servicio. Hay muchos retrasos, averías o problemas de indicaciones". Además, apunta que, ya en el tren, en ocasiones "hay un caos enorme, se dan situaciones de tensión y muchas veces no hay ningún interventor para mediar".

Por otro lado, Raquel, usuaria del mismo tren, se queja por los problemas que tuvo en el viaje que hizo hacia la provincia jiennense hace unos días. "Cogía el tren en Atocha, iba en el Cercanías y el tren se paró a escasos metros de la estación. Estuvimos parados más de media hora y acabé perdiendo el tren" comenta la mujer.

En Atocha, los viajeros que esperan en los andenes tampoco expresan alabanzas. Pilar acaba de salir de trabajar y espera al tren que la lleva a casa: "Hay problemas día sí, día también. La noticia sería que un día no hubiese retrasos en los trenes. Es insufrible". En el andén de atrás, Álvaro aclara que "no podemos vivir esto cada día. Es una aventura y nunca sabes lo que te puedes encontrar".

Foto: Un vagón de Cercanías en la estación de Atocha. (Europa Press/Alejandro Martínez Vélez)

Aunque está de vacaciones, Sofía, estudiante universitaria, cuenta a El Confidencial que el servicio "es horrible, no te puedes fiar de los horarios ni nada". "Yo cojo la línea de Vicálvaro [se refiere a la línea C-7]. Puedes llegar y que falten más de 25 minutos para que arribe el tren". Además, la joven explica que intenta evitar este servicio siempre que puede.

Por su parte, su amiga Danae, comenta que solía coger el tramo de la misma línea desde Torrejón de Ardoz hasta Alcalá de Henares y que, aunque ahora la transita menos, nunca había visto tantas incidencias. "Antes no tenía tantos problemas, los tiempos de espera a veces eran demasiado largos, pero pocas veces me ha pasado que no viniese el tren. Ahora sí que me ocurre con frecuencia", advierte la joven.

Cada año hay más problemas

En los últimos diez años, de acuerdo con la información avanzada por ElDiario.es, los retrasos acumulados en incidencias en la red de Cercanías de la capital se han triplicado, alcanzando 1.100 minutos diarios de retardos durante el 2023 y 46.000 trenes con demoras o directamente suprimidos.

Uno de los problemas de la red reside en la situación límite que viven los túneles de Recoletos y Sol. Estos corredores subterráneos sirven de arterias para conectar las estaciones de Atocha y Chamartín. Esta situación no es nueva y según datos del Plan Integral de Cercanías de Madrid, publicado en 2018, el túnel de Recoletos recibía 3.365 circulaciones semanales y el grado de saturación medio diario de este tramo era del 75%, con niveles en torno al 90% en varias franjas horarias del día. El informe señala que a partir del 50% los niveles de tráficos son altos, lo que puede dar lugar a problemas de saturación. Por su parte, por el túnel de Sol discurrían 2.713 circulaciones semanales y el grado de saturación medio diario de este tramo era del 55%, alcanzando niveles del 70% en varias franjas horarias del día.

A finales de 2023, el túnel Atocha-Recoletos fue foco de numerosos episodios que provocaron el caos en la estación madrileña. El 26 de noviembre, un descarrilamiento de un Talgo que quedó varado tras salirse uno de los rodales al poco de arrancar desde Atocha. Días después, el 5 y el 8 de diciembre, dos trenes de Cercanías quedaron en la misma situación.

El documento confirma la saturación que ya en 2018 vivían las dos principales estaciones de la capital: "La capacidad también se encuentra al límite en las dos terminales más importantes de la red, las estaciones de Atocha y Chamartín, debido a la escasez de vías de estacionamiento y a la saturación en el acceso a las mismas".

Foto: Dos trenes de Cercanías, de nuevo en el foco tras el episodio de ayer, en la estación de Atocha. (EFE/Sergio Pérez)

Ante el caos del lunes en Chamartín, el Partido Popular criticó la gestión del ministro y el Grupo Parlamentario Popular en el Senado ha solicitado su comparecencia en la Cámara Alta. La portavoz del PP en el Senado, Alicia García, exigió al ministro Puente que dé "explicaciones claras y respuesta inmediata".

"Todos los días estamos igual". Los usuarios del servicio ferroviario de Cercanías en Madrid están ya acostumbrados a los retrasos y las incidencias en los trenes que discurren por la comunidad. El servicio operado por Renfe da servicio a más de medio millón de personas al día en la región y muchos de ellos denuncian la degradación de la red. La cosa tampoco mejora en las líneas de Media y Larga Distancia.

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