La 'suerte' de Usansolo: dos millones para el pueblo vizcaíno del que busca su independencia

"Va y justo cae este año, fíjate". Iñaki trabaja en un bar junto a la estación de Usansolo, el pueblo más joven de Vizcaya. Hace apenas un mes que las Juntas Generales aprobaron convertirlo en el municipio 113 de la provincia. Hasta ahora era un barrio más de Galdakao, del que solo lo separan cinco minutos. Y es allí donde, por primera vez desde que recuerdan sus vecinos, acaban de tocar más de dos millones de euros con un quinto premio de la lotería de Navidad. "Nosotros aquí tenemos la administración número 4, pero de momento cero patatero. Que yo sepa, de momento no cayó nada", añade este residente cuando aún no ha terminado el sorteo. E incluso bromea con la coincidencia de que justo el año que logran una reivindicación histórica en Usansolo —independizarse de Galdakao— vaya y se vendan allí 427 décimos premiados.

"Bueno, algo se ha rascado", agregó Neire, que trabaja en el hospital que da servicio a ambos municipios. Está ubicado en Usansolo, pero oficialmente pertenece a Galdakao. Su día a día no ha cambiado en nada desde la decisión de las Juntas Generales. Tampoco lo haría si el Estado finalmente no se opone a la emancipación y todo siguiera como hasta ahora: está previsto que el clínico siga cubriendo todas las áreas. Algunos de los boletos ganadores tocaron en el departamento de Hemodiálisis, así que al menos una parte del nuevo pueblo celebra en petit comité los 6.000 euros que corresponden por cupón. "Ha sido una casualidad tremenda, pero yo no creo que haya gente enrabietada ni nada de eso. Lo de la independencia ha sido algo que aquí se conoce desde hace tiempo, y en los dos sitios la gente se lleva bien", consideró. A pocos metros de allí estaba el bar la Rioja, cuyo dueño aún no se creía que el premio saliera de su local.

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"Y yo que esperaba un jueves tranquilito", ironizó Javi, el propietario desde hace 15 años de la cantina que ya no olvidará el número 43696. Fueron estas cifras las que le hicieron saltar de la silla cuando, horas después de abrir, escuchó por la tele que le habían dado un quinto premio. "No me lo podía creer", cuenta, aún en éxtasis, en los pocos minutos libres que logra sacar. Su teléfono lleva sonando toda la mañana, y no paran de llegar periodistas curiosos o clientes agraciados por el premio. El jolgorio no es para menos, pues tanto él como su compañera Iratxe (ellos dos son los únicos empleados de la tasca) tenían, cómo no, su propio boleto.

"Casi todo irá a pagar deudas", reconoce el hostelero, que admite que la pandemia pasó factura al negocio y aún siguen recuperándose del golpe. Pero este pellizco les da algo de oxígeno y, por qué no, también algún que otro capricho. En la calle no paran de sonar las risas, y la gente entra y sale para felicitarle. Reconoce que le queda un largo día por delante, pero no puede estar más contento. El bar la Rioja tiene medio siglo de historia en Galdakao, aunque él lo adquirió en esta última etapa. No es un negocio familiar, así que fue una apuesta convertirse en su nuevo dueño. "Yo al menos no recuerdo otro premio como este en todos los años que llevo viviendo aquí", asegura. La suerte les llevó a que esta vez fueran ellos mismos los que repartieran nada menos, dice, que 2.562.000 de euros.

El número premiado era el segundo de los ocho quintos premios de la lotería de Navidad, dotado con 60.000 euros a la serie. Y prácticamente todo ha ido a parar a Galdakao. La administración número 2 del municipio fue de donde salieron los billetes que alegraron la mañana a muchos vecinos. En el Ayuntamiento, en cambio, reina la calma. El Consistorio, al menos de momento, también opera en Usansolo. Está a la espera de que concluya el proceso de alegaciones y recibir noticias de la Diputación Foral de Vizcaya, el órgano de contacto con el Estado.

"Incluso aunque se mantenga la independencia de Usansolo, creo que tardará mucho en tener instituciones propias. Estas cosas no se cocinan de un día para otro", explican desde el Gobierno local. El principal problema que presenta la emancipación, y que podría revertir la decisión, es que el nuevo municipio no llega (por muy poco) a los 5.000 residentes que legalmente hacen falta para conseguirlo. La base de esta idea es que todas las zonas que aspiren a ser una localidad cuenten de antemano con recursos suficientes como para hacerlo, y es por eso que en su día se estableció un mínimo de habitantes.

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Hace apenas unos días salió publicado el boletín oficial que iniciaba el plazo de dos meses para presentar alegaciones. La primera vez que Usansolo pidió su independencia fue en 1988, aunque la cosa nunca fraguó del todo. La clave fue un referéndum que evidenció un 80% de apoyo para hacer de este enclave una localidad en sí misma. Meses después, el proceso avanzaba y todo casi culminó con el sí de las Juntas Generales. Pero aún queda un último paso.