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Un autodidacta español de 21 años está lanzando satélites al espacio con Space X

Hacia un futuro mejor por Ec Brands Satélite

El 80% del planeta está apagado o fuera de cobertura. Una empresa española se ha especializado en conectar lo remoto e inaccesible con nanosatélites. Ha puesto en órbita 20 y va a desplegar 80 en los próximos años

En el siglo de las comunicaciones y la tecnología digital, un dato que asombra: el 80% del planeta está desconectado. Océanos enteros, continentes como la Antártida, Oceanía, las estepas americanas o las llanuras y la sabana africana. Vastas extensiones de tierra en las que no es posible bucear en Google ni leer este artículo desde su tablet o móvil.

De esta premisa partió Fossa Systems en 2020 para armar una empresa que trabaja para que la conectividad llegue a casi cualquier punto de la Tierra desde una oficina en la Gran Vía de Madrid. Allí fabrican y ensamblan los nanosatélites y dispositivos IoT satelital (el internet de las cosas, en sus siglas en inglés), en lo que llaman “la sala blanca”. Un trabajo minucioso acorde a una normativa y estándares muy estrictos.

“Conectamos lo no conectado”, resume Julián Fernández, CEO y cofundador de Fossa Systems. “Podemos dar servicio a todo el planeta. No necesitamos una oficina en cada país porque lo hacemos desde el espacio”. Esta compañía española se ha especializado en conectar zonas remotas e inaccesibles mediante pequeños satélites “que no son más grandes que un teléfono”, y que han puesto en órbita hasta formar su propia “constelación satelital” que funciona como un ecosistema de torres de comunicaciones.

Han lanzado al espacio una veintena y planean desplegar 80 en los próximos años. Quedan unos 100 días para el próximo. En total, más de 60K de información y datos transferidos por su circuito de torres, nodos, estaciones y servidores. Detrás de todo esto, precisamente, está el Premio Santander X Global Challenge 2024 a la mejor startup y una colaboración con la entidad que se remonta tiempo atrás: “Hace varios años que trabajamos con Banco Santander y este premio ha sido la guinda del pastel”. Tienen abiertas varias líneas de financiación con ellos como el confirming (financiación a corto plazo que facilita la gestión de pagos y el cobro de facturas)”. Para ayudar a los emprendedores, la entidad cuenta con varias soluciones, desde este tipo de financiación a corto plazo hasta financiación para proyectos concretos o avales bancarios. Además, cuenta desde hace años con su propio ecosistema emprendedor, Santander X.

La plantilla ya pasa de 30 empleados y entre sus clientes “confesables” se encuentran Microsoft y NTT Data. Para poner en órbita sus dispositivos, recurren a Space X y a las lanzaderas norteamericanas de Cabo Cañaveral o California. El CEO ha conseguido todo esto con tan solo 21 años pero, ¿cómo ha llegado hasta aquí?

Creó su primer satélite a los 15 años

Julián Fernández es autodidacta y apasionado del espacio. Creó su primer satélite con 15 años y lanzó otro con 17 después de una colecta en las redes. Tras esto, decidió fundar la empresa junto al ingeniero aeroespacial Vicente González. “El espacio siempre me ha fascinado y me ha parecido una manera muy creativa de tener un punto de vista privilegiado. Decidí lanzar un picosatélite -menos de un kilo- al espacio de una forma nueva, y ahí vino la oportunidad de crear esta empresa”, recuerda un jovencísimo CEO que aún cursa sus estudios de ingeniería.

“El internet de las cosas es la conectividad de dispositivos que nos permite saber dónde está un contenedor en alta mar o si está enferma, estresada o preñada una vaca. Es un pequeño dato y damos cobertura a estos activos en todo el planeta para optimizar los procesos productivos”, relata el CEO de Fossa, que cuenta con una segunda oficina en Lisboa.

¿Y cómo se conecta una vaca? Con una pequeña antena satelital que se le puede colocar, por ejemplo, en un collarín y que reporta la información directamente al teléfono del ganadero. Uno de los retos que han tenido que enfrentar fue monitorizar una ganadería de cerdo ibérico para certificar que habitaban en zona de bellota.

Es un ejemplo de otras muchas aplicaciones en las que el grupo emplea su red satelital entre clientes privados y Administraciones públicas, fundamentalmente, en Seguridad y Defensa Nacional. “Gestión de contenedores, gestión de aguas, de tuberías de gas o monitorizar un oleoducto con sensores para detectar fugas o corrosión. Una información muy útil para la empresa con soluciones que permiten hacer un seguimiento y reducir la huella de carbono”. La multiplicidad de aplicaciones que se pueden controlar desde el espacio tiende a infinito para una compañía que acaba de nacer y ya ha puesto una pica cruzando la estratosfera.

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