Hyatt: "Me muero de ganas de tener un Thompson y un Park Hyatt en Barcelona"

Hyatt pisa fuerte en Barcelona. Apenas 24 horas después de la inauguración del primer Gran Hyatt en la Ciudad Condal, la compañía ha confesado su interés en seguir creciendo con sus buques insignia. “Me muero de ganas de tener un Thompson y un Park Hyatt”, ha señalado Javier Águila, consejero delegado de la hotelera estadounidense para EMEA (Europa, Oriente Medio y África).

El directivo considera que, dentro de la actual estrategia de crecimiento de Hyatt en su región, abre la puerta a contar con entre siete y ocho establecimientos en Barcelona. Por el momento, cuenta con el Hyatt Regency Barcelona Tower y el Grand Hyatt que acaba de inaugurar en el histórico Hotel Sofía.

Para hacerse una idea de la relevancia que tiene esta marca para el grupo estadounidense, basta recordar que fue la elegida para ponerse en lo alto de Torres Glóries (entonces Torre Agbar), cuando el grupo inversor Emin Capital estuvo a punto de comprarlo. Solo la inversión que estimó entonces la hotelera en transformar el edificio ascendía a 35 millones.

Actualmente, Hyatt está inmersa en un plan de venta de algunos de los 35 activos que tiene en propiedad, desinversiones con las que aspira levantar 2.000 millones de dólares. Este dinero irá destinado a financiar los planes de crecimiento que tiene y que, solo en España, podría suponer doblar el medio centenar de hoteles que tiene actualmente.

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En Barcelona, Águila considera que tendría sentido contar con siete u ocho establecimientos, cifra que permite combinar sus marcas de lujo con las de estilo de vida (life style), playa y urbano, turismo y convenciones. Actualmente, la compañía tiene firmados acuerdos que le permitirán sumar 16.000 camas en los próximos tres o cuatro años. El 10% será en España.

Uno de los activos que está negociando es el Miramar, que adquirió hace pocos meses Atom, la socimi hotelera de Bankinter y GMA. De hecho, esta es una de las ubicaciones donde cabría desembarcar con la marca Park Hyatt. Para abordar este rápido crecimiento, Águila está “viendo mucho hacer acuerdos con familias” propietarias de inmuebles u hoteles independientes.

Lo que Hyatt ofrece a estos grupos es la idea de que su modelo asset light, donde solo es gestora u operadora, nunca propietaria, garantiza un estándar de calidad y, sobre todo, de llegada de turistas internacionales. En función del tipo de marca, el papel del grupo estadounidense varía.

En las de lujo, como Grand Hyatt o Park Hyatt, su política es tener la gestión, mientras que en otras insignias opta por la franquicia, donde su papel principal prácticamente se resume en poner la marca y facilitar así el flujo de visitantes.

Nuevo Grand Hyatt

El nuevo Grand Hyatt Barcelona es el segundo establecimiento de esta marca en España, tras La Manga, y el quinto de Europa, ya que esta insignia también está en Berlín, Atenas y Estambul. En toda la región de Emea, hay otros cinco en Amán (Jordania), Kuwait, Abu Dabi, Omán y Doha (Dubai). Este último cuenta con el mayor centro de convenciones de todo Oriente Medio.

“Gran Hyatt es una marca muy seleccionada, que no cabe en cualquier hotel, muy ligada a los grandes eventos y corporaciones”, explica Águila. El hotel es ahora propiedad de AXA y Blasson Properties, que lo adquirieron el año pasado.

Entonces, Hyatt ya estaba bajo el modelo de franquicia, gracias al acuerdo que firmó con el anterior dueño, Grupo Selenta, en 2018. Entonces, la marca era Sofía y formaba para de Unbound Collection.

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Pero el pasado septiembre, ya con la nueva propiedad, la cadena firmó un acuerdo de gestión que le ha permitido tomar las riendas de toda la operativa y poner, una década después del fiasco de Torre Agbar, el sello Grand Hyatt en la Ciudad Condal.

Los 20 millones de inversión que se han necesitado para pasar del Selenta Sofía a Grand Hyatt han sido desembolsados por AXA y Blasson. Los nuevos propietarios se han beneficiado de que el hotel ya había sido reformado en 2018, cuando se llegó al acuerdo de franquicia con la estadounidense. De hecho, las 465 habitaciones y suites que tiene el establecimiento son las mismas de entonces.

Ahora, el cambio se ha centrado en los cuatro restaurantes del hotel, uno de los cuales es el primer Leña de Dani García en Barcelona, un spa gestionado por Natura Bissé, las zonas de eventos y reuniones, y protocolo de servicios y detalles.