De muebles de oficina a hacer las sedes de multinacionales, así crece un 30% Steelcase

Su sello va más allá de las sillas y mesas de oficinas. Su sello también está impreso en las sedes de Allianz, con capacidad para 2.500 personas, de Barcelona y Madrid; también en la de Capgemini en Barcelona, para otras 1.000 personas; o en las cinco plantas de oficinas para Toyota en Madrid. Steelcase, el gigante norteamericano del mobiliario de oficina, se ha convertido, en España y Portugal, en mucho más que un fabricante de muebles. Desde hace varios años, y solo en Iberia, este negocio ya supone el 30% de su facturación, mientras que el 70% restante corresponde a sus servicios como consultora estratégica de espacios de trabajo.

Una transformación de su modelo de negocio que le ha permitido disparar un 30% su facturación en nuestro país hasta alcanzar los 92 millones de euros. Un incremento que se debe, en gran medida, a los servicios de consultoría estratégica, mercado en el que irrumpieron con fuerza hace aproximadamente siete años, en el que compiten directamente con las grandes consultoras y donde han conseguido hacerse un hueco.

El punto de inflexión de reconocimiento por parte del mercado se produjo a finales de 2022, cuando la Asociación Española de Oficinas (AEO) les otorgó el premio en la categoría de Mejor Implantación de Oficinas por su gestión integral en el proyecto de Astara, una empresa en el sector de la movilidad. Desde entonces, el negocio de consultoría no ha parado de crecer.

"Lo que hacemos en la primera fase es dar al cliente un servicio de consultoría de workplace. Nos sentamos con la empresa para entender qué quiere que ocurra dentro de sus oficinas y diseñamos el espacio para que eso que quiere que ocurra. Una vez que tienes hecho ese diseño conceptual, que es tanto cualitativo como cuantitativo, es decir, cuántos metros cuadrados necesita el cliente y dónde, salimos a buscar el espacio, salimos a buscar el edificio", explica a El Confidencial Alejandro Pociña, presidente de Steelcase Iberia.

El 30% de su facturación corresponde a la venta de mobiliario y el 70% a servicios como consultora estratégica de espacios de trabajo

"Nosotros nos definimos como el personal shopper inmobiliario porque, por lo general, nuestros clientes no son expertos en inmobiliario, hacen un proyecto cada cinco o diez años. Les ayudamos en su proceso de negociación con el propietario del edificio y una vez cerrado el acuerdo, aterrizamos el diseño conceptual en un edificio concreto o en un espacio concreto desde cero o ya existente con todas las due diligence necesarias para la mejor toma de decisión por parte del cliente y a partir de ahí hacemos todo, el diseño detallado, la gestión de licencias y, también, lógicamente, el equipamiento. Un llave en mano. Lo que no hacemos es construir el edificio", explica Pociña.

Desde este cambio de estrategia, que Steelcase solamente ha realizado en España y Portugal, ha diseñado y construido más de 150.000 metros cuadrados en España y cerca de un millón de metros cuadrados en intervenciones en espacios de trabajo. ¿Por qué solo en Iberia? "Porque somos disruptores. Vimos que, con la crisis financiera, el mercado inmobiliario cambió y se hundió, las grandes corporaciones se quedaron sin recursos propios para hacer estos proyectos y necesitaban a alguien que lo hiciera todo, de principio a fin, hasta poner los muebles. En Estados Unidos esta situación no se produjo, allí las corporaciones son tan grandes que siguen teniendo muchos recursos", destaca Pociña.

El fin de las oficinas no ha llegado

Las cifras respaldan este cambio de estrategia. "Respecto a los niveles anteriores a la pandemia, la compañía ha crecido un 30% a pesar de que ha bajado muchísimo la facturación de mobiliario. Sin este cambio de estrategia, habríamos decrecido un 50%". Es decir, mientras el inmobiliario se hundía un 30%, Steelcase Iberia crecía un 30%.

Steelcase, como reconoce su presidente en Iberia, trabaja con el 80% de las empresas del Ibex 35, también con casi todas las empresas del sector tecnológico, bancos, pero también con empresas medianas, si bien, "un proyecto de menos de 1.000 metros cuadrados o menos de 100 personas, normalmente no es lo nuestro".

"Lo que hay que desechar no son las oficinas, sino los consejeros delegados rancios"

Respecto a la crisis por la que atraviesan las oficinas con el auge del teletrabajo, especialmente entre los más jóvenes, Pociña se muestra contundente. "No es verdad que los jóvenes no quieran ir a la oficina. No creo en eso, además, tenemos estudios que curiosamente muestran cómo la generación Z, que está saliendo ahora de la universidad y en 2025 supondrá el 30% de la fuerza laboral a nivel mundial, sí quiere ir a la oficina. Ellos no han vivido la experiencia de ir a una oficina, quieren aprender de sus jefes, en reuniones con clientes o con otros departamentos. No desde casa. Tienen un porcentaje de deseo de estar más tiempo en la oficina que los baby boomers".

En su opinión, "lo que hay que desechar no son las oficinas, sino los CEOs rancios. La oficina es un reflejo de la cultura de la empresa y de las dinámicas que allí se producen. Si seguimos teniendo oficinas del tipo a las que se ven en la serie de Cuéntame, probablemente el equipo de dirección sea también de ese estilo. El espacio de trabajo es como el lenguaje corporal de las organizaciones. Y el lenguaje corporal no engaña. Si una empresa dice que es transparente y cercana, eso tiene que verse reflejado en sus espacios de trabajo".

También considera que "aunque la tendencia está en huir de lo que tradicionalmente se ha considerado el típico open space bajo el mantra de que necesitamos comunicarnos, creo que depende más del trabajo que tengas que hacer o de lo que necesites para hacer tu trabajo. Si necesitas un ordenador fijo o necesitas tener la mesa llena de papeles, no te vas a estar moviendo de un sitio a otro, ¿no?".

Predicar con el ejemplo

Desde Steelcase predican con el ejemplo. "Nuestro espacio nos ha ayudado muchísimo en este cambio de modelo de negocio. Antes trabajábamos por procesos y ahora, por proyectos. No te puedo decir dónde está del departamento financiero o la ingeniería porque no tienen un espacio asignado. Cada uno se sienta donde quiere. Y este cambio ha permitido que la gente se conozca, se han creado grupos y actividades fuera de la empresa que no existían antes. Tenemos un grupo de pádel, uno de ciclismo, otro de running... que se han creado de forma espontánea, sin intervención de recursos humanos. Se interactúa más con los compañeros", explica Pociña. "Con el nuevo diseño del espacio en nuestras oficinas hemos reducido el número de correos electrónicos que nos intercambiábamos en un 80% y tenemos una tasa de rotación no deseada mínima", añade.

Sin embargo, no todas las compañías están abiertas al cambio. De hecho, reconoce que cuando mejor trabajan es "cuando hay algún proceso de transformación en la empresa, una transición, un cambio de cultura... Y cuando el CEO entiende que el espacio es una palanca para que ocurran las cosas que él quiere que ocurran. El espacio, por sí solo, no hace lo que un CEO quiere que ocurra, pero esto es una palanca superpotente, pero tiene que haber una voluntad de la compañía, de la dirección, para transformar cosas".

Steelcase Iberia no solo trabaja en el sector de oficinas. Sanidad y educación son otros dos sectores en los que está muy presente. De hecho, han trabajado y trabajan con la universidad Alfonso X el Sabio, CUNEF, IESE, ESIC, Nebrija, Universidad Europea, Juan Carlos, Camilo José Cela... "Nos demandan espacios que ayuden a su modelo educativo, nos explican cómo quieren que los alumnos aprendan y los profesores enseñen y diseñamos esos espacios. No hacemos las típicas aulas de toda la vida, como en las que estudiábamos nosotros, sino que diseñamos el espacio para que ocurran cosas. Y, en hospitales, es similar. Nuestro partner es la Clínica Mayo, con quien diseñamos espacios que ayuden a los pacientes, a los familiares de los pacientes y al personal".

Las oficinas de Steelcase se encuentran sobre la fábrica en donde se fabrica el producto de mobiliario de oficina para toda la región EMEA, una fábrica de 25.000 metros cuadrados que se ha ido reforzando con el paso del tiempo. "La fábrica, muy cerca del Hospital 12 de Octubre, pasa bastante desapercibida. Fabricamos prácticamente para todo el mundo, sobre todo para EMEA, y España sólo es un 20% de lo que vendemos".

En el último ejercicio fiscal, Steelcase registró una cifra de negocio a nivel global superior a 3.000 millones de dólares, lo que supone un 14% más desde 2022. La compañía supera los 800 concesionarios distribuidos por todo el mundo y cuenta con más de 12.000 empleados. "En España hemos cerrado con 92 millones de facturación, una parte muy pequeña, sin embargo, a nivel de resultados, España pesa mucho más. Por eso nos dejan hacer lo que nos dejan hacer, porque nosotros, de alguna manera, actuamos como una startup dentro de una gran corporación", concluye Pociña.