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Susskind, gurú de la abogacía: "La presión que hay para bajar los honorarios es enorme"
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Susskind, gurú de la abogacía: "La presión que hay para bajar los honorarios es enorme"

El autor, considerado el gran gurú de la abogacía, analiza el impacto de la IA en el sector, la futura relación entre despachos y empresas y da algunos consejos a los abogados del futuro, que tendrán que estudiar algo más que Derecho

Foto: Susskind posa durante una sesión de fotos. (Alejandro Martínez Vélez)
Susskind posa durante una sesión de fotos. (Alejandro Martínez Vélez)
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Richard Susskind (Escocia, 1961), el gran gurú de la abogacía, tiene un par de mensajes para todos los profesionales del sector jurídico preocupados por el impacto de la inteligencia artificial (IA) en la profesión. Por un lado, considera que se ha exagerado mucho el impacto de la IA a corto plazo y tranquiliza a todos aquellos que temen que mañana puedan ser sustituidos por una máquina. Por otro, advierte de que sí tendrá un profundo impacto en la profesión a medio-largo plazo y se muestra preocupado por la formación de los futuros letrados, a los que recomienda que cuenten con una sólida base tecnológica para mantenerse competitivos. Este es uno de los temas que Susskind analiza en una entrevista con El Confidencial con motivo de su visita a España para participar en un ciclo organizado por GLTH, entidad global de legaltech, en la sede de Esade Law School.

PREGUNTA. La inteligencia artificial ha llegado para revolucionar el sector legal. ¿Qué valor va a tener el conocimiento humano en el futuro?

RESPUESTA. Para empezar diré que soy consciente del enorme entusiasmo que hay por la inteligencia artificial, pero para responder a esta pregunta todavía tienen que pasar unos años, quizá cuando lleguemos a la década de 2030, pero no es algo que pueda contestarse a corto plazo. Creo que hay mucha exageración sobre el impacto que la IA va a tener a corto plazo en el sector. El efecto va a ser profundo, pero por razones culturales, regulatorias y tecnológicas no va a haber de la noche a la mañana una sustitución de los profesionales por máquinas.

A largo plazo, todo depende de la tecnología. Para mí la clave es que las máquinas son cada vez más capaces. Tienen mayor capacidad para hacer cosas y asumen tareas que antes creíamos que requerían experiencia y conocimientos humanos. No obstante, eso no significa necesariamente que usen los conocimientos humanos del mismo modo que nosotros. Esta diferencia la analizo separando lo que es el proceso del resultado. En medicina, por ejemplo, queremos resultados en forma de salud y en el proceso contamos con los médicos. Hay que diferenciar entre la optimización de la prestación de servicios y la transformación de la manera de ejercer. Si hacemos una comparación entre la abogacía y la medicina, en ambas lo importante no es el proceso, sino el resultado. ¿Tenemos que cambiar nuestra forma de trabajar y los procesos que utilizamos y distinguirlos de los resultados que la gente desea? Creo que las máquinas van a sustituir gran parte del trabajo que hacen los profesionales. Es difícil evitar la conclusión de que a medida que las máquinas sean cada vez más capaces, los profesionales humanos cada vez tendrán menos cosas que hacer. Esto supone que el conocimiento humano, tal y como lo obtenemos y usamos hoy, puede ser menos demandado, pero eso no significa que las máquinas trabajen como nosotros o tengan conocimientos como nosotros. Son formas de trabajar totalmente distintas.

P. ¿Entonces qué ocurre con ese conocimiento humano?

R. Muchos de los conocimientos humanos que custodiamos son valiosos por sí mismos. La curiosidad forma parte de nuestra inteligencia como seres humanos. Una parte de nuestra inteligencia quiere tratar de ampliar el conjunto de conocimientos que poseemos, y parte de eso puede ser con un propósito. También puede ser simplemente por un impulso evolutivo. Como seres humanos pensamos que hay un valor intrínseco en reunir y poseer conocimientos. En definitiva, estar bien informados. Es algo que nos da confianza, perspicacia y nos ayuda a comunicarnos mejor con los demás.

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Foto: A. M. V.

Es importante distinguir entre el conocimiento instrumental, que es el conocimiento que usamos para un fin concreto que podría ser sustituido por máquinas; y el conocimiento intrínseco, que seguirá existiendo mientras haya seres humanos. Este es el deseo de reunir conocimientos, de pensar, razonar, especular, teorizar y experimentar. Es el conocimiento que no creo que se vea amenazado por las máquinas. Decir dentro de 20 años que el conocimiento humano no será relevante es una conclusión muy superficial. Tenemos que pensar de forma más profunda en las diferentes formas en las que trabajan las máquinas y los humanos, y por qué el conocimiento puede ser valioso.

P. ¿El conocimiento intrínseco es algo, entonces, natural del ser humano y por eso las máquinas no podrán reemplazarlo?

R. Querer ampliar conocimientos forma parte de la condición humana. A la mayoría de la gente le gusta tener más conocimientos. Y no es solo porque te permite hacer x, y, o z. Es porque creo que satisface esta curiosidad. Y ese conocimiento puede ser de la ciencia médica, o puede ser de cómo construir una cuerda. No hay nada necesariamente académico o intelectual en ello, pero parece formar parte de la condición humana que queramos adquirir más y más conocimientos. Y por eso es una cuestión de futuro, ya que tenemos sistemas y seres humanos increíblemente capaces unos al lado de otros. ¿Qué tipo de conocimientos asumimos y seguimos valorando, y qué tipo de actividades pensamos que es mejor pasar a las máquinas? Eso es lo que tenemos que preguntarnos ahora.

P. En un futuro lleno de máquinas con tantas capacidades, ¿tiene sentido para los jóvenes del mañana estudiar Derecho? ¿Qué habilidades necesitará un abogado en el futuro?

R. Es una gran pregunta. Por eso escribí mi libro titulado Los abogados del mañana (Tomorrow's Lawyers: an introduction to your future), porque me frustraba que las facultades de Derecho no parecieran estar modernizándose. Y la pregunta que me hago es: ¿para qué estamos formando a los jóvenes abogados? Mi temor es que estemos formando a los jóvenes abogados para que sean abogados del siglo XX en lugar del siglo XXI. Para mí está muy claro que gran parte del trabajo que los abogados hacen hoy y han hecho durante décadas no lo harán en el futuro. No todo el trabajo, pero sí gran parte de él. Y eso plantea algunas cuestiones interesantes. ¿Qué harán los abogados humanos? Gran parte del trabajo que realizarán las máquinas es el trabajo rutinario que solía utilizarse para formar a los jóvenes abogados. Así que afirmar que las máquinas asumirán parte del trabajo jurídico plantea en realidad algunos problemas de formación importantes. ¿Cómo te conviertes en un experto si no haces el trabajo rutinario que van a hacer las máquinas? Y en segundo lugar, ¿cuál es la contribución distintiva que los humanos podemos hacer? Nuestras máquinas son cada vez más capaces de hacer más y más.

Foto: La UCO de la Guardia Civil registra la Diputación de Badajoz en el marco del proceso contra el hermano de Pedro Sánchez. (Europa Press/Andrés Rodríguez)

P. ¿La fórmula del éxito pasa por cambiar los métodos de trabajo?

R. Hoy lo que más vemos es la estrategia de competir y de decir que los abogados humanos van a competir con los sistemas de IA. Creo que no es una gran estrategia porque si las máquinas son cada vez más capaces, cada vez habrá menos cosas que los humanos puedan hacer mejor que las máquinas, así que me parece que se están arrinconando. Por otro lado, está la opción de participar en la construcción de los sistemas que sustituyan a nuestras viejas formas de trabajar. Creo que es ahí donde los nuevos profesionales tienen que poner el foco en los próximos diez o veinte años. No hablo solo de la práctica jurídica, también es aplicable a la medicina, auditoría, fiscalidad... Nuestros métodos de trabajo están anticuados y no generan confianza entre los jóvenes. En mi opinión, lo que deberíamos hacer como profesionales es crear sistemas de inteligencia artificial que sustituyan a nuestros antiguos métodos de trabajo. Eso significa, por tanto, que lo importante es ser un pensador del diseño (design thinker), un ingeniero del conocimiento, un analista de procesos y un científico de datos. He identificado 15 trabajos diferentes para lo que yo llamo los abogados del mañana. ¿Y quiénes son? Son las personas que construirán los sistemas que sustituirán a nuestras viejas formas de trabajar. Muchos abogados de mi edad dirán que eso no es ser abogado, y yo les respondería que no es ser el tipo de abogado que nos han enseñado a ser. Lo que debemos hacer los profesionales del sector legal es asegurarnos de satisfacer las necesidades legales de tanta gente como sea posible.

P. Hay una pregunta que sobrevuela el sector jurídico con el impacto de la IA. ¿Van a hacer falta menos júniors?

R. Tendremos menos necesidad de abogados jóvenes que hagan el trabajo que tradicionalmente han hecho los abogados. Es decir, habrá una menor demanda de abogados dedicados a hacer búsquedas de jurisprudencia o a la redacción de documentos básicos, que serán asumidos por las máquinas. Sin embargo, veo muchos nuevos puestos de trabajo disponibles para abogados, como por ejemplo ingeniero de conocimiento. Quiero dejar claro que todo esto no significa el fin de los abogados ni un aumento del desempleo, sino que va a primar la redistribución del trabajo. Necesitamos profesionales jurídicos haciendo cosas diferentes.

P. ¿Qué papel juega el New Law en todo esto? ¿Vamos a necesitar más proveedores de servicios jurídicos alternativos? ¿Van a nacer nuevas funciones como las operaciones jurídicas?

R. Habrá nuevos roles, pero quiero que se distinga, por un lado, la diferencia entre automatizar y hacer más eficiente la forma de ejercer la abogacía y, por otro, transformar completamente los procesos jurídicos. Muchas de las personas que trabajan en legal operations, muchos de los proveedores de servicios jurídicos alternativos, siguen prestando servicios jurídicos de manera tradicional, pero reduciendo los costes. Han visto que los servicios jurídicos son demasiado caros, así que no se transforman, sino que prestan el servicio desde organizaciones que son mucho más eficientes. En los últimos 15 años, cuando hemos hablado de innovación y cambio en la abogacía, normalmente se ha recurrido a la subcontratación de personal, al uso de asistentes jurídicos y procesos diferentes al uso de manuales y formularios estandarizados. Todo eso no ha cambiado el negocio jurídico, simplemente lo ha hecho más eficiente. De lo que hablo en el futuro es de algo adicional a eso, se trata de ver cómo se transforma la forma de trabajar.

"De lo que hablo en el futuro es de algo adicional a eso, se trata de ver cómo se transforma la forma de trabajar"

P. ¿Cree que los despachos corren el riesgo de perder trabajo? ¿Cómo impactará en la relación entre los despachos y las asesorías jurídicas de las empresas?

R. Para responder a esto tenemos que distinguir dos fases diferentes. En una primera fase tenemos a los despachos que usan esta tecnología para ser más eficientes y productivos, pero no cambian lo que hacen. A la vez, los clientes tienen el reto de lo que yo llamo “más por menos”, que es cuando dicen que están presionados para gastar menos en despachos externos y reducir el número de profesionales de sus departamentos jurídicos. Todo ello en un momento en el que hay más trabajo jurídico que nunca. El mundo cada vez es más complejo y hay una mayor regulación, por lo que la necesidad de asesoramiento jurídico es cada vez mayor. La pregunta más interesante es cómo se satisfará en el futuro la necesidad de asesoramiento legal. A día de hoy, los despachos de abogados asesoran a las empresas, que a su vez cuentan con sus propios departamentos jurídicos internos.

A corto plazo, todas las tecnologías emergentes pueden ayudar a los clientes con su necesidad de optimizar costes, porque pueden decir a los despachos de abogados que tienen herramientas que deberían permitirles cobrarles menos. Al mismo tiempo, los despachos de abogados ganarán en eficiencia, pero un cambio en sus honorarios alteraría su rentabilidad. En el futuro habrá un debate y será el mercado el que decida cómo se resuelve. La pregunta que planteo es si el aumento del uso de estas tecnologías va a redundar en un mayor beneficio para los despachos o en menores honorarios. Actualmente, la presión que hay para reducir los honorarios es enorme.

En una segunda fase hay que pensar que a largo plazo el mayor competidor que van a tener los despachos de abogados es un cliente capacitado por la IA. Es decir, un cliente que pueda hacer mucho trabajo por sí mismo sin necesidad de externalizarlo. Esto no es solo una amenaza para las firmas externas, también para el propio departamento jurídico de la compañía, aunque no afectaría a todo el trabajo que se hace.

P. ¿Cómo puede una empresa que no tiene ninguna relación con la abogacía utilizar la inteligencia artificial con fines legales? ¿Tiene sentido no contratar a un despacho de abogados?

R. Imaginemos un futuro en el que las empresas tengan muy pocos abogados internos y no recurran a muchos despachos de abogados externos porque la mayor parte de su trabajo se lleva a cabo de forma interna. En un escenario así, ¿quién se convierte en proveedor? Todas las organizaciones necesitan ayuda jurídica. Ahora mismo tenemos una forma concreta de ofrecer los servicios jurídicos y eso va a cambiar con el tiempo. Si hacemos el ejercicio de viajar a 2030 podríamos hacernos las siguientes preguntas: ¿Tendríamos todo un equipo de despachos de abogados externos?, ¿tendríamos departamentos jurídicos internos? Tendremos servicios complementarios, al menos durante un tiempo. Humanos haciendo un trabajo, máquinas haciendo otro. La gente que dice que las máquinas nunca serán tan buenas como ellos no están entendiendo la trayectoria del desarrollo de la IA.

placeholder Foto: A. M. V.
Foto: A. M. V.

P. ¿Las llamadas 'soft skills' pierden importancia con la IA?

R. Hice un experimento y le pedí a una versión de ChatGPT que escribiera una carta a un amigo cuyo padre había muerto. El resultado fue una carta muy emotiva que era tan buena como una escrita por la mayoría de seres humanos. Con este ejercicio quise señalar que hay tecnologías que pueden identificar y responder a las emociones humanas. Es habitual escuchar que las máquinas no son empáticas ni creativas, pero no podemos ignorar lo que está haciendo la IA generativa con pinturas, dibujos animados, diagramas y dibujos. Está produciendo resultados maravillosamente creativos. En términos de empatía, no quiero decir que una máquina se sienta triste por nosotros, pero sí veo que pueden detectar la emoción y responder a ella. Y pronto lo harán mejor que nosotros.

P. ¿Qué usos van a tener los modelos de legaltech en el futuro?

R. Los abogados a menudo me dicen que los despachos de abogados no son empresas de tecnología, pero yo les digo que son empresas de contenidos, y que si la gente acude a ellos es por su contenido. Esto está relacionado con lo que hemos comentado antes, tu contenido es tu conocimiento y experiencia. Lo que digo es que en futuro ese contenido se va a entregar de una manera diferente gracias a la tecnología. Eso sí, los despachos no creo que puedan hacer esto solos y será necesario que se asocien con empresas tecnológicas que les ayuden con el desarrollo de plataformas. Los abogados van a seguir ayudando a sus clientes a resolver sus problemas, pero el servicio se proporcionará probablemente con la asistencia de terceros.

P. Le vamos a pedir que nos dé algunas predicciones para los próximos cinco años.

R. Lo primero que diría es que mucha gente habla de alucinaciones y de todos los problemas de los sistemas actuales de IA generativa, pero lo cierto es que en los próximos cinco años la mayoría de estos problemas estarán superados. En segundo lugar, nuestras vidas van a cambiar en ese mismo plazo de años gracias a tecnologías que aún no se han inventado. Este es el punto más importante, porque las nuevas tecnologías que todavía no existen van a llevar a la IA a un nivel completamente nuevo. Los sistemas actuales se mejorarán y serán más fiables, y a la vez se inventarán toda una serie de nuevas técnicas. Lo más significativo del futuro de la IA son los sistemas aún no inventados. En el año 2000 teníamos Internet y no teníamos redes sociales. Hace 18 meses teníamos sistemas de aprendizaje automático conocido como machine learning, pero no teníamos IA generativa. Ahora los avances tecnológicos llegan cada dos años.

P. ¿Tiene alguna recomendación para los abogados júnior del futuro?

R. Lo primero, por supuesto, es recomendar mi libro El abogado del mañana. Lo segundo es que los abogados tienen que convertirse, no digo en tecnólogos, pero sí tienen que dominar la tecnología. Tienen que entender su potencial y sus limitaciones. Y la tercera, y se basa en lo que estaba diciendo antes, es que se debe planear una carrera en la construcción de sistemas que sustituirán a las viejas formas de abogacía en lugar de optar por competir con los sistemas emergentes.

P. Transformar la forma en la que trabajan es la solución y el reto del futuro...

R. Los abogados tienen tres opciones. La primera es optimizar, es decir, seguir haciendo lo que se está haciendo, pero de forma más eficiente. La segunda es transformarse, es decir, seguir queriendo ayudar a los clientes, pero cambiando fundamentalmente la forma de ayudar a los clientes, pasando del asesoramiento humano a un servicio basado en la IA. Y el tercer reto, creo, es diversificar y ampliar la gama de servicios que se prestan. Esta es una gran oportunidad para los abogados. Los abogados suelen estar muy centrados en el trabajo jurídico, pero hay muchas otras cosas como la ética de la IA, por ejemplo, o la ciberseguridad, hay muchas otras áreas en las que los abogados podrían participar. Optimizar es la opción cómoda. Y eso solo durará 2 o 3 años. Lo que tienen que hacer es prepararse para transformarse y diversificarse.

Richard Susskind (Escocia, 1961), el gran gurú de la abogacía, tiene un par de mensajes para todos los profesionales del sector jurídico preocupados por el impacto de la inteligencia artificial (IA) en la profesión. Por un lado, considera que se ha exagerado mucho el impacto de la IA a corto plazo y tranquiliza a todos aquellos que temen que mañana puedan ser sustituidos por una máquina. Por otro, advierte de que sí tendrá un profundo impacto en la profesión a medio-largo plazo y se muestra preocupado por la formación de los futuros letrados, a los que recomienda que cuenten con una sólida base tecnológica para mantenerse competitivos. Este es uno de los temas que Susskind analiza en una entrevista con El Confidencial con motivo de su visita a España para participar en un ciclo organizado por GLTH, entidad global de legaltech, en la sede de Esade Law School.

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