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Así se organiza el núcleo duro de fanáticos de la Lotería de Navidad
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CADA AÑO ESTÁN AHÍ, DISFRAZADOS

Así se organiza el núcleo duro de fanáticos de la Lotería de Navidad

Un año después vuelve a celebrarse de forma presencial y decenas de personas acampan para ser los primeros en entrar

Foto: Jesús Ruiz, uno de los clásicos del sorteo, vestido de obispo.
Jesús Ruiz, uno de los clásicos del sorteo, vestido de obispo.

Enloquecieron. En el grupo de WhatsApp que lleva por nombre 'Los Amigos de la Lotería' llevaban meses esperando el anuncio oficial de la Lotería de Navidad sobre si el sorteo de este año se iba a hacer con público o sin gente, como el año pasado, por la crisis sanitaria de la covid-19. “Tenemos mono. Llevamos más de 600 días sin poder pisar el Teatro Real y este año hay aforo reducido, por lo que tuvimos que venir antes a hacer cola”, explica el Obispo. Cuando supieron que se permitiría el acceso de público al Teatro Real, estallaron de alegría.

El anuncio llegó el pasado viernes, cuando Loterías y Apuestas del Estado comunicó que está prevista la asistencia de "un aforo reducido de público en el patio de butacas". En ese momento, sin pensarlo, los 33 integrantes del grupo de WhatsApp, una pandilla de locos de la Lotería de Navidad que han trabado amistad acampando durante años a las afueras del Teatro Real para poder presenciar in situ el sorteo más famoso de España, empezaron los preparativos del viaje a Madrid.

Desde León, Cantabria, Galicia y Barcelona empezaron a buscar las mejores opciones de transporte. Tenían menos de una semana para culminar los últimos detalles de sus disfraces, pues hasta el más novato sabe que ir a la Lotería de Navidad con uno comprado da mala suerte, y para terminar de adquirir sus décimos. Un reto para casi cualquiera que no lo es para ellos. Los más experimentados, que llevan más de una década cumpliendo con este ritual, tenían ya su viaje cerrado y su maleta preparada para ir a Madrid en apenas unas pocas horas.

placeholder Los Amigos de la Lotería (L.F.)
Los Amigos de la Lotería (L.F.)

Se trata de auténticos fanáticos. El año pasado, incluso, unos cuantos decidieron desoír los consejos sanitarios, saltarse los cierres perimetrales de sus comunidades autónomas y el toque de queda para ir a las puertas del Teatro Real y, aunque fuese desde fuera, sentir el caer de las bolas y escuchar, como un lejano rumor, el canto de los niños de San Ildefonso.

Fue el caso de Juan, el Obispo, que vino desde León con un justificante médico para no perdérselo y que este año llega a Madrid con más ganas que nunca. La posibilidad de quedarse fuera por una cuestión de aforo, sencillamente, no era una opción para él, y sin saber el número de sillas que habría en el Teatro Real, no se la podían jugar. Lleva en la cola desde el pasado sábado a las 6 de la mañana.

Los administradores del grupo fueron los primeros en poner su silla reservando su puesto en la cola: en el primer puesto está Jesus Ruiz, Chus, que a sus 51 años se plantó en la cola el pasado viernes a eso de las 10.00 de la mañana, antes incluso que el Obispo. Después, dio comienzo la fiesta del reencuentro de los Amigos de la Lotería de Navidad.

En el grupo, además de compartir ideas de disfraces y consejos para comprar los mejores décimos y organizarse para acampar el día del sorteo, los integrantes han encontrado un lugar en donde, más allá de compartir su afición por la Lotería de Navidad, tienen un grupo de amigos y un plan divertido cada fin de año. “Nos vamos turnando para poder ir al baño y comer”, explica Ruiz.

Cada minuto que pasa los acerca al momento de la apertura de puertas del Teatro Real de Madrid. En consecuencia, va llegando más gente a la cola. Todos buscan una entrada para ver el sorteo en primera fila. Pero los de siempre, los del grupo de whatsapp, se reconocen a distancia y se encuentran como si no hubiera pasado el tiempo desde la última vez que esperaron horas y horas en el frío. “Me lo paso muy bien, por eso siempre vuelvo”, afirma el Obispo, que en el grupo de la aplicación móvil aparece bajo el nombre de El Comandante. Por supuesto, es uno de los administradores. A sus 40 años, regenta el Café Azaila, una cafetería de León que lleva funcionando desde 1930. Allí entrega a sus clientes calendarios con su foto disfrazado de obispo para invocar en ellos la misma suerte que busca para él cuando deja de ser Juan y se convierte, una vez al año, en el Obispo de la Lotería.

placeholder Francisco Guzmán, con su único décimo (L.F.)
Francisco Guzmán, con su único décimo (L.F.)

Por él no va a quedar: el Obispo ha comprado 72 décimos en busca del Gordo. Lo que le hace más ilusión, sin embargo, no es el dinero, sino ver cómo se abren las puertas del teatro y ser el primero en entrar. “En ese momento empieza para nosotros la Navidad, con el primer sonido de los niños que gritan: ¡1.000 euros!”, dice entonando como un niño de San Ildefonso.

Una de las cosas que más debate suscita en el seno del grupo es la mochila que tienen que preparar para tratar de sobrellevar el frío de las duras noches de diciembre madrileñas. Ruiz saca una maleta azul de detrás de su silla y hace recuento: “Primero el cartón, porque esto hace que no pases tanto frío, después un edredón viejo, por encima otro edredón, el saco de dormir, almohada y un gorro”.

Así han dormido estas noches a ras de suelo contra el lateral del Teatro en el barrio madrileño de Ópera. Además, cada uno ha llevado su silla. Bajo los disfraces, nadie ha olvidado llevar su ropa térmica: “Leggins negros y camiseta negra, así no paso frío”, dice Ruiz mientras se levanta la primera capa de ropa.

Lleva asistiendo al sorteo desde hace 14 años, primero en Guzmán el Bueno, donde se celebraba la Lotería de Navidad antes, y después, desde 2012 en el Teatro Real. “Vengo todos los años para cumplir una promesa a mi padre y mi tío”, explica. Cuando era pequeño, su padre, con quien escuchaba cada año el sorteo por Radio Nacional, le prometió que un día lo llevaría a Madrid a verlo en persona. Nunca lo pudieron hacer, pero ahora Ruiz cumple la promesa por los dos. “Esta fecha es muy especial para mí, se me vienen los recuerdos de mi niñez”, dice este enterrador cántabro. Por eso siempre lleva el mismo número: el 00000, que era el de la suerte de su padre.

Lo lleva junto con otros 51 décimos, uno por cada uno de sus 51 años. Este año se va a disfrazar de Papa reivindicativo, pues junto con el disfraz de Sumo Pontífice lleva también un cartel con varios mensajes: “Todos con la Palma. No a la violencia de género. Limones solidarios”.

Incluso octogenarios

La más veterana del grupo es Manoli Sevilla, de 84 años. Es la tercera en la cola. Cada año se cose sus propios disfraces con la ayuda de sus hijas. Ha asistido al sorteo vestida de Sirenita, de árbol de navidad y de ranita. Este año dice que es sorpresa, para no espantar a la suerte.

Lleva con ella 35 décimos anotados a mano en un folio blanco. Este año sus hijas no le dejaron acampar. Por ello, reservaron para ella un hotel cerca del Teatro Real. Ella, sin embargo, no se aparta un instante de la cola. Cada año sin falta ha asistido al sorteo desde que empezó a hacerse en el Teatro Real en el 2012, y lo quiere hacer hasta que ya no esté en este mundo.

Los Amigos de la Lotería pasan el día compartiendo dulces, divirtiéndose con juegos y apostando. Les encanta hablar con todo el que pasa por enfrente y tomarse fotos. Son los auténticos protagonistas de la Lotería de Navidad.

placeholder 2. Jesus Ruiz, con la pancarta de todos con La Palma (L.F.)
2. Jesus Ruiz, con la pancarta de todos con La Palma (L.F.)

El grupo de WhatsApp está abierto a todas las personas que quieran formar parte de esta tradición. Una de las últimas incorporaciones ha sido el dominicano Francisco Guzmán, de 70 años. “Es mi primera vez, y quise probar suerte”, dice. Recién llegado a Madrid, le hace especial ilusión entrar y ver cómo se hace el sorteo, ya que en su país no se celebra nada parecido. Solo ha comprado un décimo: “¡Lo apuesto todo a este!”, dice lleno de fe.

Este año, debido a la pandemia y a la limitación de aforo, se facilitará una entrada en la taquilla del Teatro Real con la correspondiente butaca numerada. Asimismo, cada asistente deberá identificarse con su DNI o NIF y facilitar un número de teléfono o un correo electrónico para garantizar la trazabilidad de los contactos durante el sorteo. La entrada es gratuita.

“Como te llamas Lucía, seguro que Santa Lucía nos da suerte”, dice el Obispo mientras entrega a El Confidencial uno de sus archiconocidos calendarios. Entre todo el que pasa frente a la cola frente al Teatro Real y repara en el grupo de Los Amigos de la Lotería de Navidad, sin embargo, cunde la sensación de que ellos ya han ganado.

Enloquecieron. En el grupo de WhatsApp que lleva por nombre 'Los Amigos de la Lotería' llevaban meses esperando el anuncio oficial de la Lotería de Navidad sobre si el sorteo de este año se iba a hacer con público o sin gente, como el año pasado, por la crisis sanitaria de la covid-19. “Tenemos mono. Llevamos más de 600 días sin poder pisar el Teatro Real y este año hay aforo reducido, por lo que tuvimos que venir antes a hacer cola”, explica el Obispo. Cuando supieron que se permitiría el acceso de público al Teatro Real, estallaron de alegría.

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