Y tras la Lotería de Navidad, a por el Sorteo del Niño: la lotería que es más fácil ganar

El sorteo extraordinario de la Lotería Nacional, extensa y popularmente conocido como Lotería de Navidad, ya ha llegado a su fin, pero no toda la suerte está echada. Después del sorteo del 22 de diciembre, que reparte cinco grandes premios que van desde los 400.000 euros brutos a los 6.000 por décimo premiado, amén de la pedrea y las aproximaciones, existe otro momento en el que se puede probar suerte. Si te ha caído un pellizquito, por muy pequeño que sea, escucharás mucho la frase de "Y con lo que te ha tocado, a jugar al Niño"; si no te ha caído nada, la frase será más del estilo de "Pues ahora toca probar suerte con el Niño". En cualquier caso, a la vuelta de la esquina se encuentra el Sorteo del Niño, otro de los sorteos navideños de la Lotería Nacional que se celebra cada año el día 6 de enero, día de Reyes.

Es un sorteo completamente diferente, mucho más corto, con menos premios... pero con más probabilidades de ganar. La Lotería del Niño reparte casi 19 millones de premios; con una emisión equivalente a mil millones de euros, se destinan a premios el 70%, es decir, 700 millones de euros, con tres grandes premios: uno de 200.000 euros por décimo, un segundo de 75.000 y un tercero de 25.000 euros. Sin embargo, luego se añaden los premios por extracciones y aproximaciones, y aquí es donde está la 'estrella' del Sorteo del Niño: en el sorteo del 6 de enero se destina casi un 30% a los reintegros, mientras que en la Lotería de Navidad solo se destina un 10%. Esto implica que la probabilidad de ganar algo en el sorteo del Niño es del 7,82%, frente al 5,3% de las probabilidades durante el sorteo de Navidad.

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Y. Derbyshire

El primer premio de la Lotería de Navidad es mucho mayor, el doble concretamente: frente a los 200.000 euros (brutos) que se entregan con el primero de los premios durante el sorteo del Niño, en la Lotería de Navidad con un décimo premiado con el Gordo uno recibe 400.000 euros (también brutos). Eso sí, en este caso las probabilidades de conseguir este premio son exactamente las mismas: tanto el Gordo del 22 de diciembre como el primer premio del 6 de enero se dan a un único número entre los 100.000 que juegan, por lo que las probabilidades de que nos toque un primer premio son las mismas: del 0,001% en ambos casos.

¿Cómo funciona la Lotería del Niño?

A diferencia del sorteo del 22 de diciembre, el del 6 de enero utiliza más bombos y dura mucho, mucho menos. Lejos de las cerca de cuatro horas que dura la Lotería de Navidad, el sorteo del día de Reyes dura poco más de media hora y los cánticos son mucho más aburridos que los de las niñas y niños de San Ildefonso el día de la Lotería navideña. Este sorteo se celebra en el salón de sorteos de Loterías y Apuestas del Estado (SELAE) y arranca a las 12:00 de la mañana del día 6 de enero, casi al mismo tiempo que la mayor parte de los niños españoles (y de muchas otras partes del mundo) disfrutan de los regalos que les han dejado los Reyes Magos bajo el árbol de Navidad, junto a sus zapatos o en el calcetín colgado en la chimenea.

En lugar de los dos bombos de la Lotería de Navidad, el Sorteo del Niño utiliza un total de cinco bombos, uno para cada una de las cinco cifras que componen los números afortunados. Cada bombo arroja una bola que se corresponde, en este orden, con la decena de millar, unidad de millar, centena, decena y unidad. Este día comienza la 'fiesta' con las primeras extracciones, de solo dos cifras, para continuar con las de tres cifras, que son un total de 14; continúan con dos extracciones de cuatro cifras y finalmente dan paso a los grandes premios: tercero en primer lugar, segundo después y, por último, el primer premio. Por último se cantan los reintegros, que son dos números, a los que se suma también la terminación del primer premio.

Si bien suelen ser niños los que cantan los números afortunados de este sorteo, debido a las restricciones de la pandemia en 2021 el Sorteo del Niño fue cantado por adultos, bajo una mascarilla higiénica, ataviados con guantes de látex y, además, sin apenas público al frente del escenario.