Los tiburones están desapareciendo de la Costa Brava

El incremento de la presión pesquera en el litoral catalán de la Costa Brava amenaza las poblaciones de algunas especies de tiburones, muchas de las cuales pueden haber desaparecido. La coincidencia de las zonas de pesca con el hábitat natural de distribución de los tiburones en esta concurrida área turística del Mediterráneo agrava aún más el riesgo de captura accidental de los escualos.

A estas conclusiones ha llegado un equipo de investigadores de la Universidad de Barcelona (UB) y la organización conservacionista Submon en un artículo sobre el estado de conservación de las poblaciones de tiburones pelágicos y de profundidad en la Costa Brava, publicado en la revista 'Aquatic Conservation: Marine and Freshwater Ecosystems'.

El mar Mediterráneo cuenta con una gran biodiversidad de peces cartilaginosos (condrictios), catalogados como especies vulnerables por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), como por ejemplo el tiburón peregrino.

La mayoría de estos peces cartilaginosos tienen una madurez sexual tardía y anteponen la calidad de su descendencia a su cantidad, lo que hace que tengan una tasa baja de crecimiento y de fecundidad, "unas condiciones que dificultan la posibilidad de soportar una explotación pesquera intensa, y que los hace más vulnerables que muchos peces óseos [teleósteos]", explica el profesor de la UB Lluís Cardona.

Cuando la UICN llevó a cabo una evaluación en 2007, concluyó que el 43% de la población de condrictios del Mediterráneo estaba en peligro. Así lo reflejaba WWF en su informe de 2019 'Tiburones en el Mediterráneo: una llamada a la acción'. Según dicho informe, a pesar de las advertencias y los esfuerzos de gestión llevados a cabo, la situación parece estar empeorando de manera alarmante.

Para Manel Gazo, profesor de la UB y director de Submon, la mejora de la tecnología pesquera "ha permitido extender la pesca a más zonas, a más profundidad y durante más tiempo. Esta interacción con el sector pesquero ha limitado la supervivencia de las poblaciones de tiburón, tanto si son especies objetivo como capturas accidentales".

TE PUEDE INTERESAR

El Mediterráneo se calienta un 20% más rápido que los otros mares de la Tierra

Agencias

En el marco del trabajo de investigación, los autores del estudio han analizado las capturas accidentales registradas por pescadores de arrastre y de palangre de los puertos pesqueros de la Costa Brava, obteniendo información sobre cinco especies de escualos de tamaño grande (más de 200 centímetros): el zorro marino (Alopias vulpinus), el tiburón peregrino (Cetorhinus maximus), la cañabota gris (Hexanchus griseus), el tiburón mako (Isurus oxyrinchus) y el tiburón azul o tintorera (Prionace glauca), además de tres especies de talla mediana (90-100 centímetros), como el cazón (Galeorhinus galeus), la mielga (Squalus acanthias) y la musola (Mustelus spp).

Entre los resultados del estudio, llevado a cabo entre octubre de 2016 y julio de 2017, destaca la ausencia de capturas de musolas, un hecho que sugeriría la desaparición de esta especie en la Costa Brava, mientras que las poblaciones del tiburón peregrino y mielga se encontrarían en pleno declive.

En colaboración con los pescadores

El estudio pone de relieve el conocimiento ecológico local ('local ecological knowledge', LEK) aportado por el sector pesquero como elemento esencial en la metodología del estudio. Para Manel Gazo, autor del trabajo, "contar con la colaboración del sector pesquero ha sido clave para llevar a cabo el estudio. El conocimiento actual, y sobre todo pasado, de la presencia de diferentes especies de tiburón solo nos puede venir de ellos", explica. "Aún no se ha encontrado una forma eficaz de evitar las capturas accidentales de tiburones, salvo la aplicación de las políticas de cuotas o algunas modificaciones en las artes de pesca", continúa el experto, "lo que está claro es que la solución deberá surgir teniendo en consideración el sector pesquero".

Potenciar la formación de los pescadores en técnicas de manipulación y liberación de los tiburones atrapados por el arte de pesca o incorporar mecanismos de reducción de capturas accidentales pueden ser opciones para paliar la mortalidad de los tiburones causada por las pesquerías. La designación de áreas marinas protegidas también ayudaría a reducir la pérdida de biodiversidad.

Un papel ecológico fundamental

Los tiburones son los grandes depredadores de los ecosistemas marinos, tanto costeros como oceánicos, y su rol es decisivo para el mantenimiento de la cadena trófica. Sin embargo, todavía existe un gran desconocimiento sobre la biología y la ecología de los tiburones en el Mediterráneo. Para el profesor Lluís Cardona, "aunque desconocemos cuál era su papel ecológico anterior, lo que sí sabemos es que ahora mismo un pez de más de 25 cm no tiene ningún depredador en el Mediterráneo occidental, a excepción de los humanos, algo que no ocurría así cuando los tiburones eran más abundantes".

Un total de 21 especies de elasmobranquios (tiburones y rayas) están protegidas por una recomendación de la Comisión General de Pesca del Mediterráneo (CGPM), normativa de obligado cumplimiento para todos los países mediterráneos de la UE por transposición de la normativa a los Estados miembros. El marco normativo ya está. Lo que haría falta es mejorar su aplicación, para lo que es imprescindible mejorar la formación del sector pesquero y de los inspectores respecto de dicha normativa vigente y las especies protegidas.