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El teletrabajo se convierte en el mejor aliado del medio ambiente urbano
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El teletrabajo se convierte en el mejor aliado del medio ambiente urbano

Compaginar y conciliar la vida familiar con la laboral, en una única superficie o espacio cerrado, ha sido y continúa siendo un auténtico reto para muchos

Foto: El teletrabajo ha llegado para quedarse. (EFE)
El teletrabajo ha llegado para quedarse. (EFE)

En marzo de 2020, el mundo se paró en seco. Las ciudades se convirtieron en un oasis de silencio, con las calles y autopistas vacías, creando una estampa insólita, casi apocalíptica, pocas veces vista en este siglo XXI. Las infraestructuras de transporte, que son las arterias de nuestro sistema socioeconómico, dejaron de cumplir su principal función. Sin embargo, los flujos de información e intercambio de datos no se detuvieron; al contrario, se incrementaron.

Gracias a internet, el mundo continuó latiendo, aunque a un ritmo más lento. Buena parte de ello se debió al teletrabajo, una práctica muy implantada en otros países europeos, pero residual en las oficinas españolas. Trabajar sentados frente a nuestro ordenador era una tónica habitual, pero no desde nuestras casas, acompañados, en muchas ocasiones, de nuestros familiares. Tras sufrir un proceso abrupto de adaptación, parece que ya nadie duda de que el teletrabajo ha llegado a nuestras vidas para quedarse.

Según las entidades ecologistas, el teletrabajo no solo se debe mantener, sino que se debe promover y facilitar

En el primer trimestre de 2021, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) realizó una encuesta en la que un 67,8% de los encuestados avalaba que “el teletrabajo ha permitido mantener muchas actividades profesionales desde casa con un alto nivel de calidad”. Así mismo, el 70% de quienes disponían de conexión a internet aprobó su utilización durante el confinamiento y el 62,6% afirmaba que le gustaría seguir teletrabajando tras la pandemia.

Foto: Episodio de alta contaminación del aire en Barcelona. (EFE)

Debido a este incremento sin precedentes, el teletrabajo necesitaba una regulación acorde para evitar abusos y malas praxis. Así, el Gobierno aprobó, el 22 de septiembre, el Real Decreto 28/2020 de trabajo a distancia, que estipula y rige las pautas sobre el número de horas de la jornada laboral, las herramientas, el equipo técnico y los gastos asumidos por la empresa, teniendo en cuenta el carácter voluntario y reversible del teletrabajo, lo que requiere la firma de un acuerdo por escrito entre ambas partes.

Reducir la congestión del tráfico

Compaginar y conciliar la vida familiar con la laboral, en una única superficie o espacio cerrado, ha sido y continúa siendo un auténtico reto para muchos, pero ha supuesto una reducción de los niveles de contaminación del aire de nuestras ciudades. Nunca antes las estaciones de medición habían registrado caídas tan drásticas en la emisión de gases procedentes de los vehículos de transporte por carretera.

placeholder Las Ramblas de Barcelona, vacías durante el confinamiento. (EFE)
Las Ramblas de Barcelona, vacías durante el confinamiento. (EFE)

El histórico tijeretazo en las emisiones por el descenso de los desplazamientos al trabajo se puede apreciar en los niveles de dióxido de carbono (CO₂), uno de los principales gases de efecto invernadero (GEI). Así lo confirma el estudio publicado en la revista 'Nature Climate Change', donde se destaca que España sufrió una caída de un 32% en los niveles de GEI, respecto a los datos de 2019, en los meses de confinamiento estricto. A nivel mundial, la disminución fue de un 17% a principios de abril de 2020 y casi la mitad de esta reducción se debió al sector del transporte.

Según el informe 'La contaminación por ozono en el Estado español durante 2020', de Ecologistas en Acción, en la Comunidad de Madrid, las emisiones de este gas, que es un factor de riesgo para el desarrollo de diversas patologías respiratorias, se redujeron un 27% entre enero y septiembre de 2020.

Foto: Foto: Jesús Hellín.

Como evidencia el 'Google Mobility Report 2021', en España, el promedio de viajes de trabajo se ha reducido un 26%, una tendencia que se repite, en mayor o menor medida, en todos los países. No cabe duda de que la implantación de esta nueva rutina podría suponer una excelente herramienta para rebajar las emisiones asociadas al transporte y mejorar la calidad del aire que se respira en las grandes ciudades, una vez superada esta dramática crisis sanitaria.

Inesperadas ventajas

Sin tener en cuenta los casos extremos que se vivieron en pleno confinamiento domiciliario, el teletrabajo, además de reducir la contaminación sonora y química, ha producido una migración temporal de personas a las zonas rurales, al no ser obligatorio el trabajo presencial, distribuyendo y diversificando la microeconomía en la España vaciada.

Numerosas asociaciones ecologistas insisten en que no solo se debe mantener el teletrabajo pasada la pandemia, sino que se debe promover y facilitar, para que la persona que así lo desee, y se encuentre en una empresa o sector capacitado para llevarlo a cabo, pueda optar a ello sin ningún perjuicio económico o laboral, disponiendo de todas las facilidades técnicas para realizarlo.

placeholder El teletrabajo ha facilitado el repoblamiento rural. (EFE)
El teletrabajo ha facilitado el repoblamiento rural. (EFE)

Según los cálculos publicados por Greenpeace en su informe 'Un año de teletrabajo: su impacto en la movilidad y en las emisiones de CO₂', un día de teletrabajo a la semana reduce un 3% las emisiones del transporte, favoreciendo el ahorro de 400 toneladas diarias de dióxido de carbono (CO₂) en la Comunidad de Madrid o 600 toneladas en la provincia de Barcelona. Igualmente, afirman que curiosamente las personas que más contaminan son las que más capacidad tienen de teletrabajar, poniendo el foco en aumentar el acceso a internet del mayor número de individuos posible para que no se convierta en una barrera laboral que complique obtener un empleo.

Como destaca también la Fundación Renovables, la incentivación fiscal para promover el teletrabajo es otra herramienta para favorecer su implantación. Para alcanzar el objetivo de un millón de personas entre el sector privado y público en 2021, proponen reducir, en las bases de cotización, tres puntos porcentuales a aquellas personas que teletrabajen el 60% de la jornada laboral en el ámbito empresarial. Sea cual fuere la fórmula definitiva, el teletrabajo, sumado a la implantación de la nueva movilidad sostenible, podría convertir las ciudades en lugares donde, por fin, se pueda respirar un aire más limpio y de calidad.

En marzo de 2020, el mundo se paró en seco. Las ciudades se convirtieron en un oasis de silencio, con las calles y autopistas vacías, creando una estampa insólita, casi apocalíptica, pocas veces vista en este siglo XXI. Las infraestructuras de transporte, que son las arterias de nuestro sistema socioeconómico, dejaron de cumplir su principal función. Sin embargo, los flujos de información e intercambio de datos no se detuvieron; al contrario, se incrementaron.

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